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𝙿𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚊 𝚐𝚛𝚊𝚗 𝚊𝚢𝚞𝚍𝚊.

Busán, Corea del Sur.
10:45 pm.

Sintió una el frío viento pasar por su cuerpo, la fría brisa de la noche temblaba de manera abrupta mientras aun mantenía sus ojos cerrados fuertemente.

Se encontraba aún tirada en el suelo, temiendo hacer algún movimiento. 

Logro escuchar unos pasos apurados que se dirigían rápidamente hacia ella, instintivamente cerro sus puños con fuerza para contener un poco su respiración, el primer pensamiento fue  pasarse por muerta, que ellos pensaran que aquella luz la arrolló sin piedad.

Sin embargo, sintió unos leves toques en su cuerpo que la hicieron llegar a estremecer por la delicadeza que ejercían, se sentía como si no buscaban hacerle más daño.


¡Por los dioses! — grito preocupado. —¿Estas bien? ¿Sigues con vida?

Una voz desconocida para ella le hablaba con mucha preocupación.

—Llamaré una ambulancia, Hyung. —comenta apresurado una nueva voz. —mierda, no hay señal.

Dijo mientras miraba su teléfono en busca de algún lugar que hubiera señal.

¿Debía confiar?

No parecían malas personas, se acercaron a ayudarla, además, no eran parte del grupo que la veían siguiendo.

Abrió lentamente sus ojos y frunció el ceño cuando sintió que la luz le llegaba fijamente al rostro. Con sus manos se trataba de reincorporar de apoco, pero el dolor que sentía en todo el cuerpo era más fuerte provocándole un pequeño sollozo.

Observo con cuidado alrededor en busca de aquellas personas, se encontraban un poco lejos de ella dándole la espalda.

Aun con la poco iluminación que le ejercía la oscura noche, logró distinguir una cabellera rubia y una rosa. Entre ellos se hablaban desesperados tratando de buscar una solución que les aseguraba poder a ayudar a la persona que les había salido de la nada desde el interior del bosque.

El rubio tomó su cabello desesperado y volteo hacia el lugar en donde ella se encontraba causándole un pequeño susto. Este mismo, abrió sus ojos en sorpresa y se acercó rápidamente hacia ella y agacharse a su altura.

—¡Gracias a la Luna te encuentras con vida! —Soltó un sollozo. —¡¿Como se te ocurre lanzarte de la nada hacia la carretera?!

Le regaño mientras la abrazaba sutilmente soltando sollozos.

—Suéltala, Seokjin hyung. —le dice el pelirosa al rubio. —la asustas. Además no sabemos si tiene alguna lesión.

El rubio se separó de apoco mirando con reproche a su amigo, debía de estar de la misma forma que el, casi arrollan a una persona en el camino.

—No se si estas consciente de la situación, Jimin. —comenta Seokjin. —Casi la arrolló.

Jimin suspira buscando calma, su Hyung tenía razón. Así que con una amable sonrisa, también se agacha a la altura de la chica que se encontraba  observándoles con miedo.

—¿Te encuentras bien? —pregunto con una pequeña sonrisa. Sin embargo, no recibió respuesta alguna. —¿Como te llamas?

Intento nuevamente, y como la primera vez, la castaña se negaba a responder. Seokjin suspiro, era normal desconfiar de las personas que prácticamente, por poco, te matan. Estaba asustada.

En cambio Jimin, decidido observar detalladamente a la castaña. Su vestido blanco se encontraba sucio y con pocas salpicaduras de sangre, tenía en sus extremidades varios raspones. Imagino que eran por lo que se lanzó bruscamente hacia la carretera, sin embargo, sus muñecas se encontraban con fuertes moretones, como si anteriormente se encontraba atada a una soga. Su rostro tenía leves rasguños, frunció el ceño al observar las pequeñas letras en la comisura de su cuello.

E-27.

Surgió un mal presentimiento en su interior, sin embargo no le presto mucha atención.

—La fiesta se cancela. Avísale a los demás. —Jimin asiente. —Te llevaremos a nuestro hogar y te ayudaremos allí, ¿Esta bien?

La pequeña castaña asiente y se deja ayudar por los dos para llevarla al auto.

No sin antes que dirigiera su mirada hacia el lugar donde minutos antes la venían siguiendo. Siendo testigo de como aquellos ojos rojos la miraban con mucha furia. 


Esto apenas comenzaba para ella, involucrando vidas inocentes.

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Término de colocarse su camisa bajo la mirada deseosa que le ofrecía su acompañante desde la cama que había sido testigo de su hecho.

—¿Te vas tan rápido, kookie? —Pregunta coqueta.

—Tengo cosas que hacer. —responde distante.

La pelirroja hace una mueca, Jungkook no era alguien que caía fácilmente. Pero antes de que dijera algo, este salio de su habitación.

Jungkook prendió un cigarro mientras bajaba las escaleras, la música comenzaba nuevamente a retumbar en sus oídos. Todavía se encontraba enojado por que sus amigos lo habían dejado plantado, Pero, consiguió distraerse un poco con la pelirroja que había organizado la fiesta. Con la patética intención de ver al castaño.

Dio un suspiro dándole la última calada a su cigarro para subirse a su motocicleta dispuesto a llegar a casa.

Sin embargo, observó como salían 5 personas del interior del bosque, todos cambia formas. Lo supo por el aroma fuerte que desprendían y su magnifico sentido del olfato por ser igual que ellos. 

Uno de ellos le miro fijamente, pero Jungkook no le dio tanta importancia y emprendió su camino a casa.

Sin embargo, no logró percatarse que esa persona lo quedó observando hasta perderse de su visita con una pequeña, pero siniestra sonrisa.

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Predestinados#1 |𝙹𝚎𝚘𝚗 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔| 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎Where stories live. Discover now