Los Intrusos

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Los Intrusos



Gracias al somnífero, Loki durmió toda la noche como un midgardiano. Thor pasó la noche sentado a su lado, preparado para servirle en lo que necesitara pero su esposo no despertó. Al llegar la madrugada, el Alto Consejo se preparó para la primera reunión y Thor debió acudir en su calidad de príncipe. Se marchó antes de que su esposo despertara y Loki no supo que había velado su sueño.



Recuperado después de tanto descanso, Loki abrió los ojos a media mañana y se encontró con los dos guardias a los pies del lecho, inmóviles como rulos de estatua. 



-Buenos días – saludó con sorna. Era molesto tenerlos todo el tiempo recordándole que era un prisionero -. Será mejor que preparen el bozal y los grilletes porque hoy no pienso quedarme encerrado.



-No habrá más bozal ni grilletes, señor – contestó uno.



Loki se disponía a salir de la cama cuando la noticia y el término "señor" lo dejaron de piedra.



-¿Perdón?



-Su Alteza así lo dispuso, señor.



"Ah, Thor, el bueno", pensó Loki aunque por dentro bien le agradecía el gesto.



-¿Lo de "señor" también fue una orden suya? 



-Sí, señor – respondió el otro guardia.



Loki salió de la cama y se percató de que lo habían acostado solo con una camisa y las calzas. Por el bien de su flamante esposo, esperaba que hubieran sido los sanadores quienes le quitaran su túnica de ceremonias y no Thor. Al menos, tenía otra vez el vientre aplanado y los dolores eran cosa del pasado.



-Necesito vestirme a solas, soldados – declaró el joven, mientras se dirigía a uno de los armarios. Encontró colgadas muchas túnicas de diferentes gamas del verde, a cual más exquisita, y adivinó enseguida que la elección había sido de su madre por el buen gusto.



Los guardias se retiraron a la sala contigua para darle privacidad. 



Loki escogió una túnica verde oscura con apliques de plata y volvió a ceñirse el cinturón oscuro. Acto seguido, llamó a los soldados.



-Quiero recorrer el palacio – ordenó.



Los guardias tenían la orden expresa de su príncipe heredero de vigilar y además servir a su consorte, por lo tanto cada uno alzó un cristal multicolor.



-Ah – sonrió Loki con sorna -. Ya que no hay bozal ni grilletes, anularán mi magia con eso. Buena idea.



Ya se disponían a marcharse, cuando Thor entró convertido en una tormenta y tifón juntos.



-¡Afuera! – gritó a los guardias, que lo obedecieron sin rechistar. Acto seguido, movió la silla junto al escritorio y se arrojó en ella.



Loki lo estudió un rato.



-¿Se puede saber a qué se debe esta entrada dramática en mis aposentos, Alteza?



Furioso, Thor volteó hacia él.



-No estoy para tu sarcasmo, Loki – golpeó el escritorio con el puño, volcando la pluma y el frasco con tinta -. El Alto Consejo nos está presionando y Padre de Todos no dice nada pero con su silencio los apoya.



Loki se sentó en la punta de la cama, hecho un mar calmo tras la tormenta. 



-Déjame adivinar – se puso en pose pensativa -. Por presionarnos a los dos debo entender que te están reclamando un heredero.

Fuego Helado (Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora