Lo Desconocido

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Lo Desconocido

Un embarazo asgardiano duraba siete meses. Pero este niño solo tenía la mitad de la sangre de Asgard y por lo tanto, el tiempo de gestación resultaba incierto. Loki se lo planteó a su esposo más tarde, ya instalados en la recámara del joven. Thor seguía tan fascinado con la noticia que solo atinó a tomarlo de los brazos y depositarle otro beso. Un gesto que en otro tiempo a Loki le hubiera resultado patético pero al que ahora respondió con una sonrisa ligera. El príncipe no cabía en sí de la alegría porque tendría finalmente un heredero. Loki todavía no se reponía de la sorpresa y ya no sentía tanto miedo, y su dicha lo contagió.

Los reyes llegaron para felicitarlos. Emocionada, la reina abrazó a Thor con cariño y a Loki con más fuerza. Al apretarlo contra su cuerpo, percibió instantáneamente los temores del joven por su origen y el del bebé, y el alivio que Thor le había dado.

-Será un hijo hermoso y sano – le aseguró al oído -. Una adorable mezcla tuya y de Thor. No tienes nada que temer porque sea como sea, tu padre y yo lo amaremos.

Se separaron y Loki la miró interrogante. Su madre le acarició la mejilla y se apartó de la cama.

Odin felicitó a Thor, apoyándole la mano en el hombro, y a Loki con un asentimiento de cabeza, pero no se acercó al lecho. Dispuso que en tres días se diese el comunicado oficial en la Corte y se homenajease al heredero con un banquete. Cuando se preparaba para despedirse para continuar con sus funciones, Loki le confesó.

-Majestad, antes de desmayarme descubrí el origen de la fuerza que creó el portal.

Odin volteó hacia él y parecía más interesado que en la noticia del niño.

Loki pidió a Thor la libreta con las anotaciones, que había ordenado traer de la biblioteca para enseñársela.

Esta vez el rey sí se acercó a la cama, mientras que Thor tomaba solícito a su madre del brazo para acompañarla afuera. Al salir y cerrar la puerta, el príncipe se disculpó.

-Lo siento, madre. Hubieras deseado permanecer más tiempo y sé cuánto te molesta cuando asuntos de Estado, que pueden esperar, interrumpen momentos familiares.

Frigga sacudió la cabeza.

-No, hijo. Está bien. Es el momento adecuado. Esta es la manera que encontró Loki de demostrarle a tu padre que desea cooperar y compartir un momento con él.

-Es increíble lo mucho que Loki está cambiando – confesó Thor con alegría.

-Loki te necesita más que antes por los cambios que está sintiendo y sus temores – advirtió Frigga sabiamente. Su hijo asintió -. Al abrazarlo, percibí el torrente de emociones que están luchando dentro de él: ansiedad, expectativas, resignación porque su orgullo le reprocha haber aceptado el enlace, alegría que le cuesta expresar, y temor por el aspecto que tenga el bebé y un eventual rechazo público.

-Eso ya me lo ha dicho – recordó Thor.

-Y lo consolaste – añadió su madre con una sonrisa -. Loki necesita demostraciones de cariño. Aún no se acepta a sí mismo porque se considera tu sombra y un jotun rechazado más que un miembro de la casa real de Asgard. Lo amas y él necesita saberlo de forma constante con distintos gestos.

-Todo el tiempo me preocupo por su bienestar – confesó el joven resignado -. Cuido de él, trato de que se sienta cómodo, busco que no esté solo y soy muy afectuoso.

-No lo dudo.

-¿Qué más puedo hacer, entonces?

-Debes recurrir a más gestos – contestó Frigga -. En Midgard aprendiste lo románticas que pueden ser las personas con aquellos que las atraen. Utiliza sus métodos. Puede que Loki aparente sentirse molesto y te espete demasiado sentimentalismo, pero en el fondo se sentirá amado y reconfortado. Piensa en esa clase de gestos midgardianos Thor.

El príncipe asintió, conforme con la propuesta.

•••••••••••••••••••••

Odin se ubicó en una silla junto al lecho. Loki se acomodó algunas cobijas en la espalda y le pasó la libreta. El rey la hojeó sin entender el significado de la mayoría de los números y los símbolos. Leyó las runas al pie de página (frases escuetas o palabras sueltas) sin encontrarles sentido alguno.

-¿Y bien, hijo? – lo apremió -. ¿De dónde proviene esa fuerza?

-Como ya lo habían deducido, no proviene de ninguno de los Nueve Reinos, tampoco de los mundos materiales más allá de las fronteras. Esta fuerza es la más poderosa, destructiva y sobrenatural que existe –Loki hizo una pausa para aumentar el interés -. Proviene directamente de Hela.

-¿Hela? – Odin no ocultó la sorpresa y temor -. ¿Malekith se unió a Hela y están ayudando juntos a Jotunheim?

-Así me temo.

Odin se frotó la frente con actitud cansada. Hela era la diosa del Inframundo, a su morada llegaban las almas de aquellos que no habían muerto en batalla sino por enfermedad, o muerte natural, y se convertían en sus desgraciados esclavos. Pocos la habían visto y habían sobrevivido para contarlo y la describían como una mujer, mitad hermosa y mitad putrefacta, manipuladora y poderosa como ningún otro ser. Existía la leyenda que cuando Hela prestara su ayuda, exigiría a cambio la llegada de Ragnarök, para llevarse la mayor cantidad de almas esclavas de los Nueve Reinos.

Loki entendió lo que el rey pensaba.

-Una de las teorías del inicio de Ragnarök, es el nacimiento de un niño de sangre real – opinó el joven y se apoyó la mano en el vientre plano.

Asombrado, Odin lo miró.

-No puedes asociar esa teoría incomprobable con la llegada del heredero de Asgard.

-¿Por qué no?

-Loki – suspiró el soberano, sacudiendo la cabeza -. No crees problemas donde no los hay. Con esta noticia tenemos suficiente. Habrá que estudiar distintas medidas. ¿Estás en condiciones de exponer esto en una reunión con el Alto Consejo?

-Claro que sí.

-De acuerdo – concordó Odin, levantándose -. En pocas horas, convocaré a una urgente. Loki – lo miró a los ojos -. Ni Thor ni yo permitiremos que seas entregado a los jotuns.

-No creo que llevando al heredero, ni el rey ni el príncipe lo permitan – replicó Loki secamente.

Odin se detuvo, apoyando las manos en el respaldo de la silla.

-Sabes que lleves heredero o no, ni Thor ni yo permitiremos que te canjeen. Si solo pudieras confiar más en nosotros – suspiró y se mantuvo en silencio.

-Asistiré a la reunión cuando se disponga – cortó Loki, sin ganas de escucharlo -. Gracias por la visita.

-Te mandaré llamar – se despidió Odin y salió cerrando la puerta.

••••••••••••••••

Un par de horas más tarde, Loki expuso su teoría ante el rey, en la sala del trono, rodeado de los nueve consejeros, los dos científicos más prestigiosos de Asgard, y Thor. Lo escucharon atentamente y cuando comprobaron que las pruebas eran irrebatibles, ninguno pudo esconder la ansiedad por el futuro que se avecinaba.

Ahora entendían que el ataque de los jotuns reclamando a Loki no había sido más que una excusa para exponer su poder. Su verdadera intención salía a la luz: demostrar a los asgardianos que Hela era su aliada.

La noticia no tranquilizó a nadie. Los científicos buscaron distintas formas de refutar el estudio de Loki pero el trabajo resultó infructuoso y finalmente admitieron que de haber tenido más tiempo y más conocimientos de magia, habrían arribado a la misma conclusión que el joven. Thor habló de viajar a Jotunheim para reclamar una audiencia con su rey, pero Odin le negó la autorización. Entonces, mientras Loki rodaba los ojos ante su insistente estupidez, propuso visitar el Inframundo para pedir una tregua a su diosa.

Esta vez Odin ni siquiera se molestó en rechazarle el viaje y fue el mismo Consejo el que de forma unánime le negó la propuesta.

-¿Qué medida vamos a tomar? – reclamó Thor molesto.

-Por el momento, ninguna acción directa hacia ellos – replicó el rey -. Ustedes – se dirigió a los científicos -, recolectarán todos los datos referidos a Hela. No es mucho lo que se sabe de ella, pero nuestra biblioteca es la más completa y encontrarán suficiente material. El Alto Consejo conmigo, seguirá debatiendo en base a la información que ustedes nos alcancen. Tú, Loki – se volvió hacia su hijo menor -, investigarás por tu parte sobre Ragnarök. Sé que sabes del tema pero necesitamos que amplíes tus conocimientos.

-¿Ragnarök? – musitó uno de los consejeros y en su rostro se dibujaba el mismo espanto que en sus ocho compañeros y los científicos.

Disfrutando enormemente de tal expresión, Loki tomó la palabra.

-Saben que lo que la diosa del Inframundo más ansía es la llegada de Ragnarök para conseguir la mayor cantidad de almas. En Midgard, donde ingenuamente nos consideran divinidades, llaman a Ragnarök "El Ocaso de los Dioses". Hasta esos ignorantes comprenden que se trataría del final de todos, incluidos los dioses, o sea nosotros mismos.

-Pero para que se desate deben ocurrir una serie de eventos – intervino uno de los consejeros -. Una sería la batalla final, que se explica con la alianza de Jotunheim y Svartalfheim contra nosotros. Pero además, se necesita la sangre de un niño recién nacido de una Casa Real.

Instintivamente Loki se apretó el vientre y por un segundo pensó que por toda la magia del universo no permitiría que nadie, dios o mortal, le quitara una sola gota de sangre a su hijo. Thor sintió lo mismo y notó su gesto. Con una mirada cariñosa, le atrapó la mano para demostrarle que estaban juntos en esto. Pero Loki odiaba las demostraciones de afecto en público y le apartó bruscamente la mano.

Odin observó a sus hijos con su único ojo y anunció.

-El Príncipe Thor y su consorte, Loki de Asgard, están esperando un hijo. La noticia se hará pública en tres días por medio de una ceremonia, por lo tanto, apelo a su discreción.

Los consejeros miraron a los jóvenes y en sus rostros adustos no se pudo leer ni decepción ni aprobación. Los científicos asintieron obedientes a su soberano.

El rey dio por finalizada la reunión y los convocó al Alto Consejo y a Thor para el día siguiente.

Ya afuera, el príncipe acompañó a Loki a sus aposentos.

-Los nobles fueron discretos al no hacer comentarios sobre Ragnarök y el niño – dijo Thor para romper el silencio mientras caminaban. Volteó para observar a los dos guardias que los seguían lo suficientemente alejados para no oírlos -. Una sola opinión al respecto y les golpearía a los nueve con Mjolnir en la mismísima sala del trono.

-No me sorprende tu brutalidad – contestó Loki a secas.

-Sería una brutalidad necesaria – se defendió el príncipe -. Es una estupidez asociar a nuestro hijo con el niño necesario para desatar Ragnarök – lo miró de soslayo -. Tú sí lo pensaste y me asombra.

-Por supuesto que lo pensé – replicó Loki -. Los hechos, mal que nos pesen, son concluyentes: Hela se alió a Jotunheim y Svartalfheim mientras tú y yo nos enlazábamos. Más tarde los jotuns nos invadieron con su poder y cuando lo compruebo, me entero al mismo tiempo de que concebí un hijo. No puedes llamar a esto meras coincidencias.

-¿Estás diciendo. . .? – comenzó Thor enfadado.

-Me estoy basando en la evidencia, Thor – interrumpió Loki y se detuvo para enfrentarlo -. Quizás sea una estupidez, así lo espero, pero lo que sí lo es innegablemente fue tu propuesta de viajar para desafiar a la diosa del Inframundo. ¿Qué crees que podías hacer? ¿Atemorizarla con un golpe de tu martillo todopoderoso?

-No fue una estupidez – contestó el príncipe herido -. Fue un modo de buscar la paz.

Loki rió burlonamente.

-Como pacificador eres un fracaso, esposo mío.

-¿Cuál sería tu propuesta para evitar la guerra? – reclamó Thor, más enojado.

-Enfrentarme a Hela definitivamente no – replicó el joven con soberbia y siguió caminando.

-Me asombra porque no hace mucho tiempo, tres años para ser exactos, tú me hubieras acompañado – espetó el príncipe.

-Tres años atrás no me hubiera enlazado contigo y menos que menos, estaría esperando un hijo tuyo.

-No, pero me acompañarías al Inframundo, hasta te ofrecerías para engañar a Heimdall – rió Thor, ahora divertido -. Vamos Loki. Pareciera que te olvidaste que en otro tiempo fuimos compañeros de batalla, peleamos juntos, nos protegimos y defendimos juntos. Lo estoy pensando y tienes razón, viajar al Inframundo suena un tanto estúpido pero es la única opción que existe en este momento. . .

-¡No vuelvas a pensarlo siquiera! – cortó Loki.

Thor quedó de una pieza.

-¿Por qué te molesta tanto si. . . ? – se dio cuenta y su rostro se iluminó -. Temes que algo malo me suceda. Sí, como aquella vez cuando madre te llamó para que me salvaras.

Loki miró al techo y parpadeó. Había dos cosas que detestaba más que nada: una, demostrar sus sentimientos y dos, que Thor le ganara una discusión.

Thor bajó la cabeza para esconder su sonrisa, sin añadir nada. Loki se preocupada por su seguridad, lo que significaba que lo quería. Thor no había tenido antes la oportunidad de comprobarlo. Se hacían el amor con mucha pasión, sí, pero el príncipe se había preguntado si el frenesí provenía del amor o solo de la ansiedad de Loki por alcanzar el clímax. Sin embargo, esta preocupación por no dejarlo enfrentarse a la diosa escapaba a la búsqueda de un orgasmo. Loki lo protegía y no deseaba que ningún daño le ocurriera.

Llegaron a los aposentos en silencio. Los guardias permanecieron afuera y Thor entró para despedirse. Mas apenas cerró la puerta, Loki lo enredó en sus brazos y lo besó con ansioso apetito.

No demoraron en terminar desnudos en la cama.

••••••••••••••••••••••••

La terraza desde donde se admiraba el Puente de Bisfrost estaba desierta. Loki podía escuchar el eco de sus pasos mientras subía uno por uno los escalones hacia el balcón. Le fascinaba este lugar desde niño. Se recordaba a sí mismo de pequeño cuando apenas conseguía apoyar el mentón sobre la barandilla para observar el puente. Le había excitado viajar y conocer los otros reinos desde que tenía uso de razón. Quería conocer personas nuevas, hacerse de amigos y ser respetado por gente que lo estimase por lo que era. Quería vivir en un sitio donde las figuras omnipotentes de su padre y de su hermano no lo eclipsaran. Ahora recién Loki comprendía por qué deseaba tanto conocer mundos nuevos, en el fondo, lo que siempre había anhelado fue sentirse amado y aceptado por una familia.

Era irónico que renunciando a su orgullo y planes de grandeza lo hubiera conseguido. ¿Pero había renunciado finalmente al trono? No lo sabía a ciencia cierta porque era tal el caudal de emociones encontradas que no podía pensar con claridad. Estaba enamorado de Thor y quería protegerlo, aunque se negaba a admitirlo. Loki consideraba los sentimientos como signos de debilidad y sometimiento. Amar a alguien significaba entregarse en cuerpo y espíritu, algo que no deseaba hacer. Sin embargo, en su corazón temía que ya lo estuviera haciendo.

-La vida es una contradicción constante – susurró su madre a sus espaldas. Loki sonrió, pocas personas podían sorprenderlo sin que él las oyera antes y Frigga era una de ellas -. Toda tu vida luchaste por sentirte amado. Digo sentirte porque siempre lo hemos hecho, sólo que no podías reconocerlo.

Cuando Loki volteó para refutarle, ella lo silenció apoyándole el índice en los labios.

-Por primera vez te sientes querido y protegido – continuó la reina -. ¿Por qué te empeñas tanto en negarlo?

Loki no le contestó.

Frigga se ubicó junto a él y observó el puente. A ella le había preocupado que su hijo menor deseara tanto conocer otros mundos porque sabía que no lo hacía por un afán hacia lo desconocido (Loki era un intelectual, no un aventurero) sino para encontrar allí algo que le faltaba en su propia casa. ¿Y qué podía buscar afanosamente un niño si no era el amor de una familia?

-Recorriste muchos mundos buscando lo que anhelabas – prosiguió ella suavemente -. Pero solo lo hallaste al regresar a casa.

-Hela y el nacimiento de mi hijo podrían desatar Ragnarök – interrumpió Loki para cambiar de tópico.

Frigga sonrió ante su treta inocente.

-Los sentimientos son un terreno desconocido para ti pero no significan debilidad, sino valor y entrega, Loki. No sigas huyendo – y con este consejo, dio media vuelta y se alejó.

El joven permaneció un rato más en el balcón y regresó a su alcoba.

•••••••••••••••

Tres días después se realizó el anuncio de la llegada del heredero. La familia real estaba sentada en la plataforma, mientras que los nueve consejeros se encontraban a los pies de los escalones. Odin estaba regio en el trono, su esposa elegante en una silla alta a su derecha y sus hijos a la izquierda. Loki estaba vestido con una túnica verde oscuro de gala y calzas negras. No llevaba cinturón para mostrar su estado aunque aún el vientre no le hubiera crecido. Los reyes y el príncipe estaban vestidos con sus mejores ropajes y tras el anuncio, Thor tomó a su consorte de la mano, se levantaron y acercaron a la muchedumbre, que los ovacionó a pleno.

Más tarde tuvo lugar el banquete. Esta vez, Loki permitió que su esposo lo consintiera en público y Thor fue lo suficientemente sutil para no incomodarlo. El joven solo asentía ligeramente cuando el príncipe le apretaba la mano o le susurraba algo al oído pero en ningún momento lo rechazó. Además sabía que las miradas estaban puestas en ellos y la Corte esperaba verlos en buena relación.

En el momento del brindis, Thor se puso de pie, alzó su cáliz y declaró que esta era la jornada más feliz de su vida. Al sentarse, Loki le murmuró "mentiroso" y ambos rieron discretos y cómplices.

Thor no sabía si la acusación se refería al día que hicieron el amor por primera vez o el día que supo que serían padres.

-Me refiero a ambos momentos – le contestó el joven -. Esta noche no es más que un asunto protocolar. Odin es el que realmente disfruta de esta ceremonia.

Thor miró a su padre de soslayo mientras bebía un poco de vino.

-Quizás después del banquete podríamos convertir esta jornada en la más dichosa.

-Eres insaciable – recriminó Loki con falso reproche.

Thor rió y le apretó la mano. Loki sintió que el toque lo encendía y comprendió que con público o sin él, se sentía a gusto con la presencia y cariño de su esposo.

En otra mesa, Fandral los observaba con suspicacia. Al terminar de comer, se acercó a Sif, que permanecía de pie junto a una columna, observando a la pareja.

-¿Qué piensas del Príncipe del Engaño, ahora que va a dar un heredero a Asgard? – preguntó el guerrero.

Sif contestó secamente.

-Es eso, que es el Príncipe del Engaño. Embaucó al bueno de Thor como otras tantas veces, tendrá un hijo y seguramente como premio, Odin le devolverá su título y derechos de príncipe de Asgard. Cuando lo consiga, quién sabe de lo que será capaz para que finalmente se nombre rey al niño y él pueda convertirse en su regente.

-Se comenta que Loki le salvó la vida a Thor hace un par de meses, cuando lo trajimos malherido.

La joven bufó con desprecio.

-Si no lo salvaba, ¿con quién iba a engendrar al necesario heredero? Entiendo que la reina y Thor lo estimen porque una vez lo consideraron de la familia, pero ¿cómo Odin, el Padre de Todos, puede estar tan ciego? Loki está esperando la ocasión para traicionarnos. Concebir un hijo fue una jugada astuta y el primer paso.

-¿Qué podemos hacer nosotros? – cuestionó Fandral, intranquilo.

-Solo esperar atentos – contestó Sif -. Y proteger a Asgard y a Thor, porque cuando más seguro se sienta, Loki mostrará sus verdaderas intenciones.

Fandral observó a la pareja, tratando de descubrir en Loki algún vestigio de su verdadera naturaleza pero como siempre, el joven resultaba un misterio indescifrable.

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Aclaración: En la mitología, Hela es una de los cuatro hijos de Loki pero en este fic no tienen ninguna relación de parentesco. También me he tomado libertades con el mito del advenimiento de Raganrök y lo he adaptado para la trama de la historia.

Fuego Helado (Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora