Capitulo 3

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Narrado por mattias

Es la única oportunidad para sacarme a esa tía loca de encima y que me dejen de fastidiar con un heredero. Además quiero ver hasta dónde llega para conseguir su libertad. Al principio pensé que no iba a aceptar, pero me sorprendió.

—Acepto, pero con varias condiciones.

—No estas en condiciones para pedir nada —dije.

—Solo nada de meter mano y nada de intentar acostase conmigo.

Eso me hizo mucha risa.

—Tranquila prefiero contratar a alguien para hacerlo antes de acostarme contigo, nadie lo hará con una chica como tú.

Me arrepentí de haber dicho aquello, vi la decepción en sus ojos, parece que en su hogar se lo decían mucho, no entendía nada que pasaba con esa chica, pero lo que si sabia era que aparenta ser fuerte cuando al final no lo es.

—Yo también pongo una condición —me acerque a su oído y le susurre —nada de enamorarse de mi.

Y salí de la habitación, pensé que tendría alguna queja, pero no fue así, también que rompería algo, pero tampoco, así que volví sobre mis pasos y abrí un poco la puerta viendo que seguía en el mismo sitio, pero al verla llorar me impacto, seguidamente cerré la puerta y me fui. Llego el día de la fiesta y ya me encontraba en la entrada con mis hermanos.

—A quien esperamos —dijo Tyler.

—A mi acompañante —dije.

Uno de los guardias se acerca y me comunica que ya está preparada.

—Que rápida.

Cuando salió de la esquina me quede mudo, ¿era la misma chica que vino al principio?, lucía un vestido largo negro, con encaje en los brazos, el pelo lo tenía recogido hacia un lado como si fuera una trenza y con un poco de maquillaje sencillo. Mis hermanos se quedaron igual hasta pude notar que la miraban con deseo, eso me lleno de rabia.

—Vas a llevar al juguete —dijo Tyler sin dejar de mirarla.

—Algún problema —dije medio mosqueado.

—No quiero que nos deje en ridículo.

—No lo hará.

Me acerque a ella y le ofrecí el brazo, ella sin rechistar lo cogió y empezamos a caminar hacia la salida.

—No pensé que un juguete feo sea tan hermoso —dijo Tyler.

—Nunca habéis oído el cuento del patito feo donde se convierte en cisne —dijo ella con una gran sonrisa.

Me hizo mucha gracia lo que dijo, dejo a Tyler con la boca cerrada, hasta pude notar su enfado, no me importo, ella es mía y nadie podía tocarla sin mi permiso y menos hacerle daño, la necesitaba sin ningún rasguño para no tener mala noticias.

—Necesito que me digas tu nombre para poder presentarte.

Ella suspiro cansada, pensé que no me lo iba a decir, pero me volví a equivocar.

—Carolina, Carolina Merz.

Narrado por carolina

Empecé a bajar los escalones y allí los vi a los tres hombres, bien vestidos cada uno con un color diferente pero da igual si estaban los tres, el que más destacaba era él, no sé si es por ser guapo o porque enmanda poder, no lo sé, note que se habían quedado sorprendidos al verme pero no le di importancia, al contario me reí por dentro al ver sus caras de asombro, no se esperaban que fuera tan bonita.

Seguía molesta por lo que me dijo Mattias en aquel momento "Tranquila prefiero contratar a alguien para hacerlo antes de acostarme contigo, nadie lo hará con un chica como tú" esa frase seguía rebotando en mi cabeza a pesar de que me dolía el corazón de solo pensarlo, creo que se porque tal dolor y de solo pensar de que nunca he tenido novio o que de alguien me haya dicho guapa, eso me lastima y se dentro de mí que un chico como Mattias no se fijaría en una chica como yo.

Nos montamos en un Lamborghini de color rojo como la sangre, era muy bonito, al entrar y sentarme note que todo era de cuero.

—¿Te gusta? —dijo el sonriendo.

—Prefiero las motos.

Solo mire por la ventana, pero note que se quedó sorprendido por mis palabras, pero no le di importancia. Los hermanos nos seguía atrás con diferentes coches, no sé cuáles eran y tampoco me importaba solo quería que esta noche se acabara ya que desde ayer no me sentía bien.

—Escucha no te separes de mí, no hables con nadie sin mi permiso a no ser que yo te lo pida y no bailes con nadie —estaba serio y se le notaba.

—Está bien, pero no bailare ya que no se —rodé los ojos.

Él sonríe, pero no dice mas nada, al rato llegamos a una gran mansión, desde afuera se podía ver a mucha gente entrando, cada uno bien arreglado, Mattias bajo primero del coche para abrirme la puerta y a ayudarme a bajar, la mitad de la gente se nos había quedado mirando, mayor parte mujeres mirándole con deseo, pero él no miraba a nadie solo a mí y eso me desconcertaba, a veces pienso que intenta leerme. El golpe de la puerta me devuelve a la realidad, lo veo ofreciéndome su brazo y yo con gusto lo cojo. La sala estaba repleta, costaba un poco caminar, pero nos ingeniamos para llegar a una de las mesas, no reconocí a nadie ni ningún famosos, ni presidente así que pensé que eran mafiosos o que tenían que ver algo con ellos, al que si vi si fue al tío de Mattias que se acercaba con decisión y eso me altero ya que sin darme cuenta apreté el brazo de Mattias.

Narrado por Mattias

Pude notar su alteración ya que sentí presión en mi brazo, al girar la cabeza supe la causa, no me extraña que se asuste fue la que la trago a la fuerza y averigua que le dijo o echo durante el trayecto. Cuando llego a nuestra altura vi cómo se quedaba embobado mirándola y eso me enfureció.

—¿Que quieres?

—Veras el señor Ortega quiere verte —dijo sin dejar de mirarla.

La cogí del brazo y la lleve conmigo dejando a mi tío allí, durante toda la noche no he parado de ir de un sitio a otro, estas cosas me cansan, solo quiero irme, deje a Carolina en una de las mesas y me aleje un poco, pensé que se sentaría o se tomaría algo, pero no fue así, se quedó toda la noche de pie, sin tocar nada, desde que se subió al coche la vi media pálida pero no me atrevi a preguntar ya que la herí bastante.

—Señor mattias —dice una voz masculina.

—Eh, si perdón —mira al señor de mediana edad.

—No deja de mirar a su acompañante, ¿le pasa algo? —él sonríe.

—Déjalo cariño, no vez que está enamorado —me sorprendieron esas palabras —es una chica muy bella, no la deje escapar —me guiña un ojo.

—Si me disculpáis —dije con educación y me aleje.

Me acerque con paso firme a ella, vi como mi tío intentaba tocarla, pero ella no se dejaba, eso es lo que me gusta de ella que sabe qué hacer y su mirada me hace mucha gracia como lo miraba con odio y parece que a mi tío no le gustaba.

Al llegar la cogí de la cintura y la acerque a mí, parece no importarle.

—¿Que haces? —le mire enfadado.

—Nada hablando con la señorita —él sonríe.

—Sino te importa no me gusta que te acerques a ella —me miro y noto mi enfado.

Solo dije eso y a continuación nos alejamos dejándolo allí plantado, salimos de la mansión y note que ella se tambaleada, pensé que eran por los zapatos, pero cuando la mire, le costaba respirar y eso fue lo que me alarmo, cuando estábamos llegando al coche la cogí en brazo y la metí, subí y arranque el coche, salimos de allí a toda prisa. Durante el camino ella se durmió, aproveche para tocarle la frente y es lo que me temía, está ardiendo en fiebre, le pise más al coche ya que mucha gente no había sobrevivido al frio de Alemania y por una vez temí en perder a alguien.

Los Reyes de la Mafia (Terminada) Where stories live. Discover now