Capitulo 40

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Toda la casa fue reformada, mande a poner más seguridad para que no se volviera a repetir lo de la última vez, al llegar y instalarme sentí un gran vacío en la casa y sabía que era por ella, me sentía mal por haberla dejado allí, así que decidí llamar a una de sus doncellas. Al segundo tono contesto.

—Si señor.

—¿Como amaneció la señorita?

—Pues vera señor —me colgó y después me hizo una video llamada— es mejor que lo vea por usted mismo.

Al poner la cámara frontal vi que en la habitación había muchas cosas tiradas por el suelo la mayor parte rota, incluso hasta ropa y la mayor parte era mía, la doncella movió el móvil hasta que pude verla sentada en la cama llorando, sujetaba una de mis camisas blancas.

—Salga por favor— hizo lo que le pedí— cuida de ella hasta que vuelva.

—Si señor.

Con eso colgué, sin  pensar en nada me dirigí al despacho para tener mi cabeza ocupada, pensé que me tendría distraído pero no fue así.
Había pasado ya tres días y seguía concentrado en el papeleo, no tardo mucho en llegarme una invitación de Susana, una fiesta que se celebraba ese fin de semana.

                 "Querido Mattias Bartholion me he enterado lo que le ha pasado a tu prometida,                                                               lo siento mucho, cuenta conmigo para encontrar a ese mal nacido y para levantarme el animo, te invito a la fiesta que celebro este sábado. Ya sabes donde es"                                                                                                                                                                                                                             Besos Susana

El plan iba bien, hicimos creer a la gente que Carolina había fallecido, cuando la envenenaron en la discoteca, para llamar la atención y sobre todo de ella. Hacia tiempo que no iba a una fiesta asi y cuando mire mi armario, me quede un buen rato observando— ¿Que me pongo?— pensé al final de tanto pensar me decante por una camisa blanca de botones dejando la mitad de mi pecho al descubierto junto con las mangas remangadas, un pantalón negro con unos zapatos del mismo color, me puse mis anillos y mi reloj de oro.

—Que guapo— mire para la puerta y allí estaba Jonathan, vestido de la  misma manera que yo— si Carolina te viera así, se le mojaría las bragas— le mire enfadado— Tranquilo, era solo una broma.

—No quiero que la nombres, vamos— dije encaminándome hacia él— cuanto terminemos antes ire a buscarla.

—Si señor.

Nos fuimos a la fiesta y como era de esperar estaba todo abarrotado, las fiesta de Susana suelen ser las más locas de toda la ciudad y millones de gente quería asistir a ella, aunque tampoco suele ser por la diversión, más bien era  la manera mas fácil de encontrar drogas y armas, entramos por la puerta principal y ya encontrabas a más de uno durmiendo en el suelo, adentro ya encontrabas a gente tomando cocaína o enrollándose allí mismo. Decidimos separarnos para abarcar mas terreno, sabía que Cristo y Tyler estaban pero no llegue a encontrarlos, salí a la zona de la piscina y justo al lado de esta habían puesto una barra, me acerque y pedí un ron dorado con hielo, cuando lo tuve y me gire, alli la vi, llevaba un bikini rojo que solo tapaba lo necesario, no había cambiado nada seguía teniendo un cuerpo espectacular, pero eso era lo único que tenía, un cuerpo de plástico de las tanta operaciones que se ha hecho, Carolina no es así, es un poco plana cuando la conocí, no tenia ese gran pecho ni ese culo, bueno, no tenia culo directamente, pero ahora esta un poco gordita y eso es lo que mas me gusta, recuerdo el día que la lleve conmigo hacer ejercicio, al segundo día no volvió.

Los Reyes de la Mafia (Terminada) Where stories live. Discover now