Capitulo 34

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No tardaron mucho en encontrar a las demás, me sorprendió que Mattias hiciera eso, como era el rey de la mafia no se ecargaba de salvar a gente, pero creo que lo hacía porque yo se lo pedía, estaba pensando en decirle que no hiciera nada pero yo no era así, no iba a dejar aquellas chicas a su suerte, asi que no le dije nada. Era un día como otro día de invierno, Mattias tuvo un aviso de Jonathan de que habían encontrado uno de los lugares y no estaba muy lejos del otro en la que me había encontrado— dejame ir Mattias —el notaba lo importante que era para mi asi que me dejo ir sin ninguna queja, por supuesto Cristo, Marco y Peter nos acompañaron al llegar al lugar ya se encontraba Larry hablando con un hombre de su misma estatura, según me dijo Mattias se llamaba Mauro Pechk eran viejos amigos y siempre estan juntos, Larry me lo confirmo de que no tenía nada que temer y si hacia algo indebido se encargaria él de matarlo pero no entiendo porque Mattias tuvo miedo al principio y eso lo vi alli mismo, las chicas estaban saliendo, todas heridas y sucias pero me alegraron de que estuvieran vivas, sin perder un momento me baje del coche y me acerque mejor para verlas hasta que las vi, estaban muy flacas pero a America se le notaba la barriga—América, Angela— me acerque a ellas corriendo y al verme no pudieron evitar alegrarse, con dificultad daban unos pasos pero yo llegué antes y las abraze— tranquilas estáis a salvo ya nadie os hara daño— note como empezaban a llorar como unas niñas, estuve un rato con ellas hasta que se subieron a la ambulancia que las llevaria al hospital, le dije que la iria a verlas y que no se preocuparan de nada, cuando todas se habian ido Mattias estaba hablando con algunos de sus guardias, tenian amarrado algunos de los secuestradores.

— COMO OS ATREVEIS— grito Mauro acercandose a ellos, vi como sostenia una pistola y una navaja en la mano.

—¿Que va a hacer?— dije alarmada.

—Lo sentimos señor no queria....— no le dio tiempo a responder ya que el balazo en la cabeza no lo dejo, con la navaja empezo a cortar cuellos y con la otra a disparar, quería apartar la vista pero no podia y el seguia sin piedad mientras sonreia. Ahi me di cuenta de el porque Mattias le temia, estaba loco y esos son los peores, Larry intervino.

—Ya Mauro, si lo matas no sabremos donde estan las otras.

Así paro y se fue lleno de sangre, aquello fue una matanza, paso por mi lado y yo estaba seria no quería que me viera asustada y mucho menos el miedo que sentía.

—Siento que haya visto eso señorita.

Le mire y le sonreí—estoy acostumbrada, ha hecho un buen trabajo— con eso lo deje alli y me acerque a Mattias, vi lo preocupado que estaba y me acerque a él, sabia que a su lado estaba más segura— Matti vamonos por favor— sin decir nada más salimos de alli dejando a los demas a cargo de todo.

—Mi reina.

Le mire— estoy bien, solo que ya vi porque te asustaba ese hombre

—No es miedo, lo que temo de lo que pueda hacer si bajamos la guardia ya viste lo que hizo.

—Puedes parar el coche por favor— lo paro, baje de coche y alli mismo eche la pota, aquella escena se repetia una y otra vez en mi cabeza, una vez mejor, subi y nos fuimos a casa, alli me lave y me limpie bien la boca sin poder alejar aquellas imagenes, decidi ir a ver la tele al salón para ver otras cosas que no me dieran repeluz, Mattias se encontraba en el despacho con Marco y Peter desde que llegamos a la casa, no ha salido, me meti en la sala, encendi la tele y empeze a ver unos dibujos, a ver si asi me reia un poco. No habia más que problema por todos lados y ni siquiera hemos averiguado quien esta vendido información de nuestro paradero, suspiro.

—¿Cansada?— mire para la puerta y vi a Cristo.

—Un poco ¿y tu?

—Igual pero tengo algo que nos animara— sobre la mesa pone tres tarrinas de helado y varias tableta de chocolate.

—Me gusta por donde vas.

—¿Cual te gusta?

—Pon los tres.

—Eso me gusta— empieza a servirlo en unos boles y parte la tableta de chocolate en trozitos y los pone encima— que aproveche— empezamos a comernos mientras veiamos unas escenas de comedia—siento que tuvieras que ver eso.

—No te preocupes tengo que acostumbrarme.

—Carolina no debes hacerte la fuerte delante de mi—le mire y me estaba mirándome— eres bastante especial ¿lo sabias?— empezo a acercarse y yo me aleje.

—¿Que haces Cristo?

—Eres hermosa Carolina, no lo olvides— me dio un beso en la mejilla y se fue por donde vino

—¿Que ha pasado? —no le di mucha importancia asi que al rato vi que Mattias entraba por la puerta.

—Mi reina ¿que haces?

—Aquí viendo algo— se sienta y se desata la corbata—¿mucho trabajo?

—Si, sino fuera por que me ordenaz todo los documentos hubiera terminado más tarde— le ofrecí un poco de helado— me vaz a engordar— se lo come.

—Si, así cuando lo estes nadie se fijara en ti y te tendre sola para mi.

—¿Y me seguiras queriendo así?

—Uffff estaras gordo pero seguiras siendo el mismo— empezó reirse y me quito el bol de helado— ¿cuantas llevas ya?

—5 con esta.

—Vaz a engordar mi reina.

—Oh, de eso no te preocupes.

—¿Porque?— se lleva una cucharada a la boca—¿quién de los dos va al gym?— me miro y sonrió.

—Eso es jugar sucio— le sonreí.

—No, no lo es, además si quieres que engorde tendre que operarme y eso no lo haré.

—Mmm no te vendria mal unos  kilitos.

—Lo dice el que se pone fofo.

—Pues bien que te gusta como estoy Heee— me coge de la cintura y me pone encima de él.

—Eso no te lo niego— le pongo las manos por el cuello y me acerco— pues tu tampoco niegues que te gusta mi cuerpo porque bien que lo disfrutas.

—Ufff no te lo niego— empezamos a besarnos con deseo, me separe— lo siento mi vida esta vez lo haremos oral ya que tengo el periodo.

—Oh, eso me gusta pero no creo....— antes de que pudiera le responder le toque el miembro.

—Espera y veras.

A la mañana siguiente Mattia se levanto muy contento parece que le gusto lo que le hize esa noche, los gemidos que salian de él no eran propios de él, espera que se me valla y retome el control ,si le gusto, imagínate lo que puedo hacer.
Se fue al despacho bastante contento y Marco y Peter se reían, yo me econtraba dandome un baño —nunca pense poner esas cosas en practica —enrojecida y contenta salí, pero me asuste al ver a Tyler alli sentado en la cama —¿que haces aquí?— se levanto de un salto.

—Quiero hablar contigo— se iba a acercar pero me acerque a la mesa de noche y saque la pistola que Mattia guardaba,  le apunte y se detuvo a unos centimetros de mi.

—No te acerques a mi.

—Tranquila, vine solo hablar.

—Pues lo que tengas que decir lo puedes hacer desde ahí.

—Quiero disculparme por lo que hize nada más.

—Una disculpa no es suficiente, si Mattias estaria aqui te hubiera metido un balazo en la cabeza.

—Lo sé, me dejo casi en coma por la paliza que me dio, pero solo era eso, queria disculparme y espero hacer la pases en un futuro— con eso salio por la ventana y desaparecio entre los arbustos.

—Señorita— veo a la sirvienta—tiene una llamada.

—Voy— cuando termine de hhablar por teléfono me acerque al despacho, abri la puerta y entre.

—¿Carolina que pasa?

—Tyler estaba en la habitación.

Los Reyes de la Mafia (Terminada) Where stories live. Discover now