Los Reyes de la Mafia (Terminada)

Capitulo 27

Narrado por Carolina

Mattias estuvo muy amoroso además de atento ¿que le habrá pasado? sera que Jonathan le dijo algo, estuve pensando en cosas, pero da igual, lo deje pasar ya que me encantaba estar con él, no preguntaba nada del secuestro y nada que me incomode. Estuvimos todo el día paseando a caballo, nos metimos hasta en el lago en ropa interior jugando como dos niños pequeños y cuando salimos del agua nos quedamos dormidos en la hierba, yo estaba apoyada en su pecho mientras él me rodeaba por la cintura, me encanto estar asi ya que el solo llevaba sus boxers de color negro, vi como esas pequeña gotitas resbalaba pos su cuerpo bien formado, que pena que tuviera el periodo, porque sino lo hubeira echo allí mio, pero no era solo su cuerpo era sus tataujes que recorreria cada centimetro de su cuerpo, bueno, casi todo su cuerpo quedaba algunos huecos. Cuando se durmio aproveche, me pegue mas a él con la excusa de estar dormida y poner mi mano sobre su pecho, iba bajando poco a poco hasta llegar a esa zona en la que el boxers me dejaba ver su gran tamaño, de repente el me abrazo más fuerte, pensé que era porque estaba dormido pero no fue así,  me susurro al oido— tienes que dejar de tentarme mi reina— me puse roja, mis ganas pudieron conmigo, avergonzada no dije nada solo deje mis manos donde estaban y me dormí.

Ese día fue maravilloso, solo estuvo ahi para mi, nos hicimos hasta preguntas, bueno mejor dicho el me hizo a mi preguntas como ¿que día fue el más humillante par mi? ¿que animal me gustaba más ? cosas asi, creo que queria conocerme más y eso me hablando el corazón, se esforzo tanto que lo perdone solo un poco más, a la noche no pudo quedarse ya que tenia que arreglar unos papeles .

—¿Pero porque no te quedas?

—Lo siento mi reina, debo terminar unas cosas pero mañana estare aqui lo mas temprano y me quedare toda la noche, vale.

—Me lo prometes.

—Si —con eso me dio un beso en la frente y se fue. Las 10:00 de la noche me dirigí al comedor para la cena con Cristo y Jonathan, me puse distante con Cristo por lo que paso el otro día, no se que le paso por la cabeza y Jonathan no lo veia ya mucho como antes.

—Carolina— dijo Jonathan— ¿que paso hoy? estas muy contenta.

—Mattias me trago unos regalos y se quedo conmigo todo el dia jugando.

—Ya veo y fueron muchos.

—Algunos los devolvio ya que no me gustaron.

—Me gustaria verlos estoy intrigado.

—Te traere el que más me gusto.

Me levante de la mesa sin antes terminar de cenar , corriendo hasta mi cuarto en busca de aquel osito blanco, baje al comedor y al entrar se lo puse encima de él, el se reia.

—Vale, vale si me lo pones encima no lo vere bien.

—Perdón —lo parte un poco.

—Así que te gusta estas cosas.

—Siempre quize uno de estos pero nunca tuve ocasion de comprarlo.

—Ya veo.

—Además— me miro —huele a él.

—Veo que lo haz perdonado.

—No, no del todo solo le he dado unos puntos.

—Bueno son tus sentimientos, no puedo cambiarlos— me soprendieron aquellas palabras y viniendo de Jonathan aún más, en ese momento había despertado algo en él, sin dudarlo me acerque a él y le di un beso en la mejilla, el por su parte me miro sorprendido.

—Siempre seras mi héroe.

—Venga termina de cenar— dijo Jonathan medio nervioso.

Todo fue tranquilo, ni siqueira Cristo había hablado en toda la cena, el notaba que me sentía algo incomoda a su lado, y si mi intuición me decía que también había desperatdo algo en él.
Mattias era igual, un hombre frío sin corazón, no le importaba nada, es lo que pense al principio,  ese corazón nunca se descongelaria pero parece que poco a poco empeze a llegar a ese corazoncito, pero  el cambio no fui yo quien lo hizo, él decidio hacerlo por su cuenta,  no queria que cambiara por nada del mundo y menos por mi ya que me gusta tanto sus enfadados, sus celos, su encanto y también sus otros dotes,  pero te dijo que hasta me gusta cuando mata a alguien. aunque no lo haya visto en acción y no quiero, pero es algo que tampoco cambiaría para nada, y los dos hombres que estan sentados a mi lado son asi de igual que él, hasta Tyler es igual y lo mismo que hize con Mattias se lo hize a ellos, no hago nada, es solo es ser yo misma a pesar de tener un mal carácter, a veces pienso que si me hubiera tocado en otro sitio ahora mismo no estaria en este mundo.

Me acabe acordando de lo que mi madre siempre decia "siempre destacara por tu forma de ser no por tu belleza" siempre lo decía cuando me separaba de la gente, pero no era porque yo quisiera, a veces eran tóxicos y me daba cuenta siempre al último momento, aunque me lo decían  o también porque yo metia la pata, ya que me dejaba llevar por las otras, pero aprendi y no tenia que mentir delante de nadie, solo era yo misma y sino te gustaba me daba igual y eso es lo que paso, Mattias le gusto que le contrariada en todo.

—Buenas noches— dijo Cristo sacandome de mis pensamientos.

—Buenas noches— dije, salio por la puerta sin antes removerme el pelo, aunque me sentía incomda con él, me gustaba que me hiciera eso .

—Creo que ire igual, Jonathan necesitas que te ayude con los papeles.

—Tranquila no hace falta, ve a descansar.

Narrado por jonathan

—Te traere lo que mas me gusto.

Es lo que dijo ante de salir corriendo del comedor. Me dolía que con esas cosas ella le perdonara, pensaba que era una chica dura y no como las otras, con un simple regalo ya la tenias a tus pies, pero me equivoque.

—Dolorido— le mire.

—¿Porque?

—Se te nota en la mirada.

—No se de que me hablas.

—De que sientes cosas por Carolina, pero eres listo y sabes que ella no te correspondera ya que su corazón pertenecea Mattias, y..... asi sera siempre— lo dijo como un suspiro y la vez un poco dolorido en sus palabras, le iba a responder cuando Carolina entro y me pego un enorme peluche en la cara, esa acción me hizo mucha risa ya que parecia una niña.

Me  sorprendí  de aquel gesto de darme un beso y decir "siempre seras mi heroe " pero yo queria ser mas que su heroe, queria ser su rey. Después de la cena fui a mi despacho para rellenar los documentos y dejar de pensar en ella, cosa que fue difícil , solo pensaba en los regalos, a parte del peluche que le regalo tenía un pequeña pulsera azul, creo que hasta ella se olvidaba que la llevaba puesta, no se cuanto tiempo estuve alli cuando senti que algo anadaba mal, el ambiente habia cambiado como si fuera a pasar algo. Tocan en la puerta

—Joni.

—Carolina.

Ella intentaba abrir la puerta pero la había cerrado con llave para que nadie entrara, al abrirla la vi llorando como un niña, vestía un pequeño vestido rojo de tela, uno de los regalos de Mattias seguro.

—¿Que paso?— asustado la miraba de arriba a bajo hasta que repare en su mano —¿que paso?— estaba temblado y no era de frio—KEVIIN.

—Dijame —dijo a mi derecha.

—Trae el botiquín, ve y mira en su habitación, busca a los alrededore y llama al doctor.

—Si— con eso se fue.

La lleve dentro y la sente en el sofa, estaba asustado no dejada de sangrar y no encontraba la herida causante.

—¿Que paso?— la miraba y solo lloraba eso me aterrorizaba más, una vez limpiada la sangre se aprecio alguna cortaduras en la mano, pero la causante de tal sangrado estaba situda encima de la muñeca, Kevin dejo el botiquin y se fue a inspecionar dejandonos solos, donde a los minutos volvió.

—Señor— me levante y me separe un poco de ella—no ha entrado nadie, no ahi forcejeo, en la habitación solo la ventana rota y el peluche en el suelo.

Me di cuenta de que volvió a darle uno de los ataques, al principio le daban ataques de ansiedad pero lo que me preocupaba era aquello, como dijo el doctor, confundia la realidad con lo ocurrido, se repetia muy a menudo, seguro que se imagino uno de los atacantes y quizo defenderse, a causa de eso le dio un golpe a la ventana.

—Carolina— me miro, tenía un vacio en su mirada— estas a salvo nadie ta hara daño, estoy aquí —ella se acerco, apoyo su cabezita en mi pecho.

—Era tan real— dijo casi en sollozo, me dolia verla así.

—Tranquila mi pequeña, estas a salvo, quieres dormir conmigo— ella afirmo y eso hice, tendría que explicarle todo a Mattias y eso iba a hacer muy pero que muy duro.