Corazones rotos, corazón a salvo

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Esa noche, después de que Niall terminó de bañarse Maddie también se fue a bañar. Al terminar, los dos se recostaron en la cama y se quedaron dormidos mientras se abrazaban. Pero durante la 1 de la mañana la chica comenzó a tener una pesadilla.

Maddie corría y corría, atravesando un gran laberinto de paredes, sus piernas ardían y su frente era testigo de el sudor que caía como agua por todo su rostro. La chica volteaba constantemente hacia atrás, sabía que debía huir de algo pero no estaba segura de que. Atravesaba todo el laberinto pero llegó hasta un callejón sin salida. Intentó escalarlo pero fue inútil. Una silueta se acercaba cada vez más y al estar frente a Maddie era Armando quien tenía un cuchillo en la mano y lo levantó al cielo, sostuvo a la chica por el cuello, entonces el cuchillo lo hundía en la blanda piel de la chica.

Maddie despertó gritando, sentados en la cama y con la respiración agitada. Niall se despertó de la misma forma.

Enseguida el chico la abrazó. Ella lloraba en su pecho.

—No puedo —habló Maddie.

—Si puedes cariño, eres muy fuerte, hazlo por todos nosotros. Yo sé que tú puedes. Ahora por favor vamos a dormir. ¿O quieres que te prepare un té o un café?

—No Niall, gracias. Vamos a intentar dormir de nuevo.

Él besó la frente de la chica, y se volvieron recostar. Niall abrazaba muy fuerte a Maddie.

A Niall le costó un poco volver a dormir pero lo logró. Por otro lado la chica no podía. Estaba muy cómoda, olía el aroma de Niall, escuchaba y sentía su respiración pero la situación la estaba matando. En su mente comenzaron a surgir millones de escenas sobre lo que pasaría después de que ella se entregara. Ella sabía para que deseaba tenerla, pero quería escapar. Trataba de encontrar una forma de escapar de eso o que Niall lo notara y fuera a buscarla pero era muy inútil. Estaba bajo su control y eso la frustraba porque su vida dependía de ello, total y completamente.

Llegaron las 9 de la mañana y Niall comenzó a moverse, en ese momento se despertó. Maddie no pudo dormir. Sus ojeras y ojos hinchados delataban su angustia y desesperación. Se volvería loca.

—Buenos días amor  —habló Niall— hoy tenemos que dar el primer paso para recuperar a Theo. Mañana estará con nosotros, lo prometo.

El chico abrazó a su novia y ella correspondió a su abrazo.

—Yo también te lo prometo.

Ambos bajaron a desayunar. Después de hacerlo, él fue directamente al banco para retirar el dinero y hacer todo lo que le había pedido aquel hombre despiadado.
En cuanto el auto de Niall abandonó la casa, Maddie recibió una llamada, obviamente era Armando.

—Buenos días linda. ¿No te parece que hoy es un gran día?

—¿Qué quieres? —esto desató la furia de Armando.

—¡Cuida como me hablas maldita perra! —dejó de gritar— recuerda que tengo a Theo y si tus actitudes no son como yo quiero él muere.

—Lo siento —dijo Maddie.

—Bien. Llamo para ver si ya está todo listo. Quiero que me sorprendas con lo que dirás a Niall. Te recuerdo que lo estaré viendo y escuchando todo. Cualquier actitud que no me guste te llamaré y escucharás como le disparo en la cabeza a tu sobrino. ¿Entendido?

—Entendido. Sé que le diré —la chica lloraba— sólo quiero pedirte un favor.

—Te escucho.

—Quiero que me dejes hacer el amor con él. Por última vez, por favor.

No Trates De Recordarme |Niall Horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora