"𝐿𝒶 𝒶𝓁𝓊𝓂𝓃𝒶 𝓈𝓊𝓂𝒾𝓈𝒶"

Parte 38

-COMO UN CORREDOR SE CANSA DE SU RUTINA, EL CORAZÓN TAMBIÉN ENCONTRÓ UN LÍMITE.

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MELINA

Desperté algo abrumada el día de hoy, no sé, debería estar feliz por el hecho de regresar con mis compañeros y mi mejor amiga, pero siento algo dentro de mi que no me provoca nada de paz en lo absoluto.

Me arreglé perfectamente para mi día, Kika me preparo unos deliciosos hot cakes, de verdad que me agrada demasiado, se nota que es una buena mujer.

Tome el desayuno y me lave los dientes, me miré al tocador y terminé de darme unos toques finales, una vez lista me perfume y baje a la sala.

Melina: PAPÁ (grite) Ya estoy lista...

Papá: Venga hija (tome las llaves) Vayamos a la escuela...

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Papá durante todo el trayecto me pregunto si sabía algo de mi mamá, pero le dije que no, porque realmente no sé qué ha sido de ella, no puedo negar que me preocupa muchísima ya que es mi madre, pero lamentablemente ella no fue nada buena conmigo.

Al fin había llegado al colegio, me despedí de papá y le di un beso en la mejilla... baje del auto en dirección a mi viejo salón...

A lo lejos visualicé a mi mejor amiga, Irlanda.

Corrí hacia ella, mientras ella corría hacia mi y nos envolvimos en una muy fuerte abrazo, mientras ambas llorábamos de la alegría.

Irlanda: Tonta, te extrañe demasiado (Dije limpiando mis lágrimas)

Melina: Perdona, ya estoy aquí, no me iré nunca más (Dije sonriendo)

Irlanda: Tienes tantas cosas que contarme, ya sacaremos tiempo, vayamos al salón y tomemos asiento juntas.

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Irlanda tomó asiento junto a mi, frente al asiento del profesor, platicamos de cómo había estado ella en todo el tiempo que no estuve aquí, me platicó que había conocido a un chico, pero que pues todavía seguían siendo amigos.

De pronto unos tacones retumbando por la entrada del salón hicieron que nos calláramos, ya que indicaba la entrada de la profesora.

Sonreí tan seria, tan fría, como cuando la conocí.

Maldita Juliette, ¿otra vez aquí?...

Asentó sus cosas en la mesa del profesor, y quito sus gafas negras, dejando libremente la expresión de sus ojos, miro fijamente a todo el salón hasta que su mirada chocó con la mía, aunque trate de evadirla y mirar hacia otro lado.

Juliette: Jóvenes, solo debo informar que seguiré siendo su profesora de Francés, ya me conocen, lo único que cambiará aquí, es que ahora ya no me ando con ningún tipo de juegos, quiero alumnos destacados, no mediocres... al final del año el examen ordinario será entablar una conversación en Francés conmigo durante un tiempo Máximo de 15 minutos, sin titubear, sin equivocarse... (mire a todos, aunque mi mirada se fijaba más en la chica que tenía frente a mi) bueno, trabajaremos ahora sobre los acentos en el Francés...

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Irlanda: Hey (Dije en voz baja dirigiéndome a Melina) ¿Que sucede, porque no te alegra verla?

Melina: Te cuento en el descanso...

La maestra nos marcó escribir unos párrafos en francés, mejor dicho traducirlos del español al francés... cosa que no se me dificulto como a mis compañeros, incluyendo a Irlanda, pero la ayude...

Durante toda la clase pude sentir la mirada de mi profesora sobre mi, pero es algo que no puedo confirmar porque no la mire, no quería que notara nada que la hiciera pensar que aún la "quiero".

Gracias al cielo la clase había acabado, bendito sea el timbre.

Las demás clases pasaron perfectas, incluyendo la de mi hermosa "Cate"... durante su clase hubieron cruces de miradas entre ambas, aunque tratábamos de disimular ya que corríamos peligro de mirarnos entre muchas más alumnas.

Durante el descanso, Irlanda y yo fuimos a la cafetería, ordenamos el desayuno y tomamos asiento bajo de un árbol que nos dejaba mirar la dirección.

Fue ahí donde decidí contarle todo lo sucedido a Irlanda, dejándola con la boca abierta.

Irlanda: Hay, de verdad que tú vida debería ser una telenovela, o debería ser escrita en un libro... no te puedo dejar de ver en unos meses, porque luego tienes tanto que contarme...

Melina: (reí por su comentario) No se Porqué tuve que enamorarme de ella...

Irlanda: AMIGA (la mire) así es el Amor, nunca podremos decidir de quien enamorarnos...

Melina: Ahora estoy con Cate, pero no es igual...

Irlanda: Juliette no dejo de mirarte durante toda la clase, sus ojos reflejaban tristeza... en cambio Cate, estaba feliz....

Melina: ¿& eso que tiene que ver?

Irlanda: Creo que es momento de que seas feliz con Cate, le has dado tanta oportunidades a La profesora Monforte, pero ella no ha sabido valorarte...

Melina: No sabes cómo deseo olvidarla, pero cada vez que cierro los ojos ella viene a mi mente, sus besos, sus labios, su voz, su mirada... Es imposible no pensarla... y eso me da miedo, me da miedo no poder sacarla nunca de mi cabeza...

Irlanda: Desearía poder ayudarte, pero no puedo cambiar lo que tu corazón siente....

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JULIETTE

Como es el destino, la volví a encontrar.

Nunca pensé verla nuevamente, mucho menos en el colegio, aunque pude notar que ella trató de evadirme.

Hoy fui decidida a desquitarme con mis bellos alumnos, pero al verla ahí sentada en frente de mi, las palabras amenazaban con no salir.

Mi maldito corazón latía con fuerza, mientras mis ganas de besarla crecían con el tiempo.

Durante toda la clase me dediqué a mirarla, es tan hermosa, ¿Cómo pude ser una tonta? ¿Cómo pude dejarla ir?...

Tenía la esperanza de que ella me mirara, aunque sea por unos segundos ser quien se adueñe de sus hermosos ojos, pero no!... no me miro en ningún momento.

Termino mi clase con su grupo y salí algo molesta, quería que me mirara.

Durante mi trayecto a mis demás aulas, me topé con Cate, y la noté ¿Feliz?...

Me saludo y siguió su camino, mientras que yo seguía mi trayecto hacia la dirección... para poder leer un poco durante el receso.

Tome un libro en mis manos y fijé mi vista a las ventanas de la dirección, pidiendo visualizar el árbol, y bajo de el a Melina junto a Irlanda.

Mentiría si les digo que no me dedique a mirarla, porque no fue así, tenia unas impotentes ganas de ir hacia ella, besarla, hacerle el amor como nunca, decirle que mi único amor es ella.

Quede tan absorbida en mis pensamientos que no escuché el timbre que indicaba el término del receso, reaccione a los cinco minutos más tarde, llegando así unos minutos tardes a mi clase...

Mi querida Melina, ¿me seguirás amando?...