Extracto Diario de Kellan Brahms

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6 de julio de 1840

Por fin pude verla, a toda ella y...

Ella es hermosa.

Tan hermosa.

Pero verla en ese estado está matándome lentamente. Y es por eso que lamento haya podido conocerla dadas las circunstancias que llevaron a ello.

Si antes, cuando pensé que la había perdido, sentí morir, verla sufriendo de esa manera es una lenta agonía.

Marya está asustada, aterrorizada y no para de llorar. Y no es para menos, estuvo cerca de ser masacrada por los Itzalas. Muy cerca.

En vez de mi compañera, las bestias asesinaron a una de mis empleadas. Alicia. Una loba joven y fuerte. Les dije a todos que no se alejaran de casa, que permanecieran cerca del perímetro establecido como seguro y que no trataran de ir al bosque o al río. Pero Marya no hizo caso y ahora Alicia está muerta. Me siento mal por haberle gritado, ahora ella se siente culpable por lo que sucedió, pero es que estaba molesto, molesto y aterrorizado, tenía tanto miedo, aún lo tengo, mis manos siguen temblando mientras trato de escribir estas palabras, me sobrecoge la idea de que pude haberla perdido y esa fue mi manera de desahogar el dolor que casi me desgarró por dentro.

Aún no lo entiendo, ni a mí, ni a mis sentimientos por mi compañera. Ni la forma en la que reaccioné hacia Marya, hacia ella.

Cuando se dio la alerta de dos Itzalas presentes en nuestro específicamente en el bosque que rodea mi casa, pensé lo peor. Seguí el olor y mi cuerpo entero se congeló, mi lobo aulló y mi corazón se detuvo al oler la sangre de Marya y Alicia en el aire. Fue Kenneth quien se acercó al desastre sangriento, yo no pude hacerlo, no podía moverme.

Pero, cuando mi hermano susurró "No es ella", mi lobo cobró vida y comenzó la cacería. Si ellos se la llevaron, es porque todavía vivía. Empezamos a rastrearlos, mi lobo y yo, él al mando y seguimos el olor de Marya, pero unos cuantos metros más allá descubrimos que su aroma y el de los Itzalas tomaban direcciones diferentes; corrí al río, donde su aroma se perdía, la busqué, traté de volver a encontrar su olor, pero no estaba. Si había tomado alguna dirección, no se podía saber cuál era.

Sin embargo, antes de que escogiera una dirección para buscarla, una forma se levantó del río, tambaleante y débil, un animal, pequeño y oscuro, tan oscuro. Sus preciosos ojos grises llenos de miedo, de angustia y dolor, era ella. Mi Marya. Mi loba. Y su exquisito aroma me lo confirmó

Estaba mojada y empezaba a anochecer, por lo que no pude ver que tan herida se encontraba. Sin embargo, verla con vida... el alivio se derramó por todo mi cuerpo como bálsamo, mi corazón renovó su latido ferozmente y mi lobo aulló regocijado por verla con vida.

No sabría describir la forma en la que me sentí cuando ella me vio, cuando su loba corrió hacia mí y se acurrucó bajo mi cuerpo, asustada, confundida. El olor de su sangre se hizo más fuerte, por lo que mis deseos de muerte y los de mi lobo tomaron más fuerza. Lamí su hocico y ella me correspondió con un aullido lastimero. La olí, buscando sus heridas y al encontrarlas, mi lobo trató de atenderlas. Pero ella necesitaba más, algunas eran profundas y no dejaban de sangrar a pesar de nuestro rápido proceso de curación, así que le dije a mi lobo que retrocediera y me transformé de nuevo.

Le susurré palabras tranquilizantes mientras trataba de tomarla en mis brazos no dejaba de temblar, por lo que la llevé a casa orando a la diosa Asena para que ella estuviera bien. No podía perderla, no ahora, nunca.

En casa, el Tonu de la aldea vino y la atendió con su magia. No me pasó desapercibo la sorpresa de todos al ver a mi compañera en su forma natural. Su pelaje, una vez logró secarse siguió siendo negro, oscuro como la noche y hermoso. Sus ojos nunca dejaron de buscarme en la habitación y mi mano no dejó de acariciarla nunca. Ni siquiera cuando el cansancio y el sueño la venció.

Sólo hasta la tarde del día siguiente fue que Marya regresó a su forma humana. Fue involuntario, mientras seguía dormida. Al despertar, la mayoría de sus heridas eran ahora simples rasguños en su piel, en unas pocas horas serian recuerdos de una tragedia que se cobró la vida de una inocente.

Malditas bestias.

La destrozaron totalmente.

Sin embargo, para todos era un misterio el saber cómo fue que Marya logró escapar de ellos con unas cuantas heridas. Por lo que, tanto mi familia, como yo, pedimos que nos contará que fue lo que sucedió.

Según su relato, ella y Alicia regresaban de cazar conejos cuando las bestias las alcanzaron. Ambos fueron a por Marya, pero Alicia tomó su forma natural y trató de defender a mi compañera. Asustada, Marya trato de defenderse también, pero la bestia que la agarraba la sometió fácilmente mientras la otra destrozaba a Alicia. Escuchar los gritos de la loba y ver lo que esa bestia hacia con ella la llevó a un estado de total pánico que, dice Marya, no se dio cuenta en qué momento sintió que alguien más tomaba el control de su cuerpo y luchaba con más fuerza.

Cree que mordió a quien la sometía y, cuando se sintió libre, corrió. Su instinto le dijo que buscara el río, que corriera hacia él, pero cuando notó que no lo hacía en sus dos piernas, sino que, por el contrario, se encontró sobre cuatro patas de pelaje oscuro, se detuvo asustada. Ahí fue cuando el Itzala la alcanzó y la hirió. Sin embargo, tanto mi padre como yo, hemos llegado a la conclusión de que las heridas que la bestia causó en Marya no fueron mortales, por lo que nuestra teoría de que quería llevársela, se afianza.

Cuando Marya sintió los cortes en su costado, luchó de nuevo, sus dientes, que ahora se sentirán extraños, perforaron la piel de las bestias, y sus garras cortaron sus hocicos, logrando que pudiera volver a escapar. Llegó al río y se adentró en él, necesitaba esconder su aroma, sus sonidos, y su sangre; de esa manera, las bestias no podrían encontrarla.

Una ola de orgullo se instaló en mi pecho al escuchar la forma tan inteligente y valiente con la que mi compañera enfrentó a las bestias, pero el hecho de saber que estuve a punta de perderla sólo por un capricho de poder cenar conejo me llenó de ira y terminé gritándola por arriesgarse de esa manera cuando ya le había dicho que no se alejará de casa.

Las palabras que le grité la han hecho creer que ella es la culpable de la muerte de Alicia, y eso me hace sentir como un cretino, pues ella sigue llorando y pidiendo perdón a los padres de Alicia por llevarla a su muerte.

No debí gritarla, lo sé, pero no puedo permitir que ella se ponga en semejante peligro de nuevo. Hoy tuvo suerte, hoy ella logró darle vida a su propia loba, pero incluso ella también es pequeña, más débil en comparación a una loba de raza pura, y Alicia, que era una de las jóvenes y fuertes perdió tan fácilmente frente a los Itzalas, no quiero imaginar que pudieron haber hecho con Marya.

Aunque seguimos tratando de aclarar por qué no la mataron ahí mismo, sino que trataron de llevársela, tal como lo han hecho con otras hembras. Nos confunde el hecho de que las otras hembras eran de raza pura, Marya no lo es, Alicia sí, pero no es Marya quien yace totalmente destrozada en el bosque.

Lo que me lleva a una conclusión que me deja aún más frío.

Marya ha sido marcada por ellos, y no descansaran hasta tenerla.

Linaje Negro: DESTINO (Serie Linajes)Where stories live. Discover now