Capítulo 14

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Realmente estoy loca.

Totalmente llevada del carajo.

Mi sentido de preservación está quemado o algún punto se desoldó y por eso estoy aquí a las 09:05 de la noche, completamente sola, esperando por él, por el lobo negro de ojos verdes.

Sí, estoy chiflada. En vez de huir de los lobos, estoy aquí esperando por uno, sin un arma como defensa, sin nada.

Podría no haberme atacado anoche, lo cual es extraño...

Qué va, todo fue extraño anoche.

No sé exactamente por qué vine, podría atribuirlo a un loco impulso, estaba viendo el estúpido video que me envío Zack y un minuto después estaba tomando el camino hasta aquí.

—No sé qué carajos me pasa —murmuro para mí mismo mientras me paseo de un lado al otro, la luz de la lampara que traje dibujando mil siluetas por mi movimiento—. Estoy demente, de verdad que sí. —la ansiedad cada vez aumenta y empiezo a morderme las uñas al comprobar que el tiempo pasa y no se presenta—. ¿No va a venir?

Empiezo a desesperarme, la noche se torna más y más fría, el viento soplando fuerte y despeinando mi cabello.

Al menos hubiera traído café, así mi trasero no se estaría enfriando.

Decido sentarme en una de las rocas y respirar profundamente. Mis dedos vuelven a tocar mi codo, recordando lo que se supone debería estar ahí, también noto que la noche está extrañamente silenciosa, muy silenciosa, hasta el agua del lago permanece quieta e insonora. Acaso y se escuchan unos pequeños grillos a lo lejos. Muerdo mi labio y decido esperar cinco minutos más, y si no aparece, me iré.

El ruido de pasos acercándose precipitadamente me hacen levantarme abruptamente y mirar ansiosamente hacia el follaje tras el camino que conduce a la colina. Los latidos de mi corazón se aceleran justo cuando una sombra que lentamente se acerca.

Es él.

Sí vino.

Doy un paso tentativo hacia el lobo cuando se detiene, es como si estuviera tentándome a acercarme, me sorprendo un poco al ver que lo que parece ser su cola se agita.

¿Está feliz de verme?

Unos cuantos pasos más y estamos casi frente a frente, me siento hipnotizada por el brillo en sus ojos, vagan por todo mi cuerpo, como si estuviera analizándome, descubriéndome.

—Soñé contigo —suelto. Las orejas del lobo se irguen y sus ojos se traban con los míos—. Yo..., esto es bastante estúpido —resoplo—, era como... era como tú. —Da un paso hacia mí, despacio, como si no quisiera asustarme—. Estaba cazando un ciervo y tú me vigilabas —se detiene en medio de otro paso, una de sus patas delanteras en el aire. Puedo escuchar como su respiración se torna brusca y acelerada—. Lo lograba, mataba al ciervo. También me entrenabas, tú y otros lobos... y luego, —Retoma el acercarse a mí, sus ojos vuelven a brillar y yo me veo sacudida por una ola de emociones intensas, tengo que respirar profundamente para hablar de nuevo—, luego estaba en un granero. Había una mujer y un hombre muy extraño. Dios —me río sin humor, dándole la espalda al lobo—, ni sé por qué te cuento un tonto sueño. No has ni de entenderme y yo aquí.

Resoplo y regreso a la roca para sentarme. Me regaño mentalmente por creer que un animal podría explicarme el por qué soñé con él, o la razón de que no me ataque y deje mis tripas esparcidas por la hierba. Froto mis sienes, tratando de calmar la voz de mi conciencia y mis locos pensamientos. Me sobresalto cuando siento algo húmedo y frío rozar mi cuello. Jadeo al volverme y ver al lobo justo sobre mí.

Linaje Negro: DESTINO (Serie Linajes)Where stories live. Discover now