7.-Déjame ya, eres molesto (Leopika)

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Situación: Después de todo el tema de el Gen'ei Ryodan y el continente oscuro, Kurapika decidió descansar de todo por un tiempo. Sin embargo, olvidó completamente un pequeño detalle, un molesto detalle. Leorio insistía en quedarse con él para cuidarlo debido a su estado físico (Y mental). Pero a pesar de todo... Quizás vuelva a ver a ese Kurapika amable y neutral en vez de ese Kurapika cortante, frío y insensible.

AU: Ninguno.

Advertencia: Ninguna.
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En una tarde normal en el gran edificio de la Asociación de cazadores, un rubio con aspecto bastante desaliñado se encontraba saliendo del lugar a paso lento. Tenía una cara de pocos amigos que no se compararía con nada, y el irritante pelinegro que no dejaba de hablar no lo estaba ayudando. Leorio no había dejado de hablar desde que salieron de la oficina de Beans, asistente del actual presidente.

-Leorio... Porfavor cállate -Murmuró pasando una mano por el puente de su nariz con irritación- Ya es suficiente con vivir contigo por un tiempo.

El de mayor estatura dejó de hablar de golpe para así mirarlo de reojo. Era consciente de que no se comportaba como cuando lo conoció. Nunca pensó que cambiaría tanto... Aunque ese cambio podría ser una señal de madurez mental. Soltó un suspiro bastante largo y pesado para después seguir con el camino a casa del rubio.

-¿Sabes? Se me ocurrió preparar algo para la cena.

Kurapika sólo se dedicó a asentir como pudo, el cansancio lo estaba dominando. Leorio no pasó eso por alto y lo cargó en su espalda recibiendo golpes débiles y varias quejas de parte del de ojos escarlata. Kurapika terminó accediendo a que lo cargara y cayó dormido de una manera algo incómoda para el pelinegro. 

-(Puedo sentir su respiración en mi cuello... Es muy irregular a decir verdad) -Pensaba al sentir como el pecho del rubio subía y bajaba de forma lenta, siendo eso muy preocupante para el aspirante a doctor.

Después de un rato de estar caminando (Y que mucha gente los viera raro), Leorio y Kurapika por fin llegaron a su hogar. Aunque sólo sería un hogar temporal para el pelinegro.

-Déjame en el suelo, creo que iré a dormir un rato al sofá -Pidió dándole un pequeño golpe en la cabeza para que lo bajara. 

-¡Deja de pegarme! -Reclamó dejándolo cuidadosamente en el sofá.

Kurapika se sorprendió bastante por la delicadeza con la que lo había acomodado. Al principio pensaba que lo estaba cuidando porque necesitaba aprender a cuidar a las personas si quería ser médico. Pero al verlo preparar la cena, ordenar la casa, darle sus medicinas... No podía evitar pensar que podría tratarse de algo más. Le estaba dando demasiada importancia y eso en cierta forma hacía que el rubio se sintiera agradecido y... Querido.

-Kurapika abre la boca, necesitas comer.

Si, ahora Leorio estaba dándole de comer al terco rubio. Por alguna razón no quería comer, ni siquiera lo intentaba. Sin embargo como estaba al cuidado del pelinegro él no permitiría que estuviera mal alimentado. Leorio se iba a encargar de que Kurapika volviera a aprender como cuidarse por sí mismo.

-Ya te dije que no ten... -El de mayor estatura aprovechó que abrió la boca para darle una cucharada- ¡Mmmph... Oye! -Iba a protestar hasta que le dio otra. Y así sucesivamente hasta que dejó de quejarse y empezó a comer solo.

×Hunter x Hunter× One-Shots (Pedidos Pausados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora