N U E V E

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•You•

Tomando sus cosas nuevamente, el bajito estaba por largarse, huyendo de nuevo de aquella situación.
Su compañero no paraba de molestar buscando respuestas ante su comportamiento y realmente no se sentía nada bien para soportarlo.
Deseaba ser tragado por la tierra hasta llegar al núcleo para desaparecer sin dejar rastro alguno, se sentía aturdido, harto de todo.

–. Sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa, solo dime qué te pasa y trataré de ayudarte.

Como odiaba esa sonrisa, la detestaba por que causaba un terrible revoltijo en su interior, era tan amplia que incluso desfiguraba un poco su rostro, no quería verla más, ni a ella ni a su portador.
Lo confundía por completo, había días en que era su inspiración y otros que ni siquiera quería verlo entrar por la puerta del aula, ¿Cómo podía siquiera darle una explicación si el mismo no se entendía?

Ante las insistencias, sintio como su sangre hervía, deshizo el agarre que el alto había formado con sus manos cuando lo detuvo para que no se fuera y volteó para mirarlo, casi hechando humo por las orejas.
Simplemente exploto, estaba al borde y ChanYeol solo lo empujó, no lo pensó siquiera, raro, el siempre debatía sus acciones.

–. ¡L-lo que me pasa eres tú!

Su garganta ardía, sintió cada palabra como pequeños alfileres picarlo, ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que hablo?, habían sido meses, meses tortuoso y repletos de desgracias.
Ahora realmente se pregunta cómo es que había durado tanto hasta derrumbarse.
Y sabía con claridad que el alto, quien lo miraba con sorpresa, no tenía ninguna culpa, pero no pudo evitar descargarse sobre el, diciendole y acusándolo de todo.

–. Eres un maldito martirio, no te soporto, te detesto, vines y me quitas todo,
¡¿Por qué tenías que aparecerte?!

Grito con desesperación, no pudiendo detener las gruesas lágrimas que resbalaban por sus mejillas, su boca ahora tenía rienda suelta, dejando todo lo que pensaba sobre si mismo, a mérito del más alto.
Su garganta dolía pero dolía más cada que su corazón latía, su voz incluso se escuchaba más ligera y suave, tal vez fue producto de tanto tiempo que dejo de hablar.
Lo mareo un poco ese hecho pero no podía detener sus palabras, estaba vomitando todos sus sentimientos.

Pero lo que más lo desconcertó, fue ver aún una sonrisa adornar su rostro, era leve, estaba pintada de lado sobre su mejilla derecha.
Se veía dolido, el realmente lo consideraba alguien especial en su vida y jamás quiso causar nada de esto, cada palabra le dolía más y lo hacía sentir culpable y entonces lamento el haber querido hacer que hablase por qué solo fue curiosidad, su juguetón ser pensó que verlo molesto era lindo, pero ahora lo único que le causaba, era miedo y pesadumbre.

–. R-realmente te odio, ¡No quiero verte jamás!

–. ¿De verdad?

Intento todo para que su voz no se quebrase, fallando mientras lo miraba con atención, aún teniendo esperanza de que se arrepintiera o se retractara.
Por qué así era, aunque su subconsciente sabia de ante mano que eso no pasaría, siempre mantenía viva esa chispa de esperanza, esa que no era más que un deseo egoísta, una forma de mantenerse aferrado a una simple ilusión.
Una donde el chico del cual estaba completamente enamorado dejaba ser cuidado entre sus brazos.

–. ¡Con un demonio, si!

Entiendo que aquello ya no tenía una aparente solución, entonces se marchó, sin decir nada más, dejando al pelinegro solo de nuevo, ahogandose en un llanto silencioso.

Originalmente había pensado en una manera menos dramática para cuando Kyung volviera a hablar pero mientras iba escribiendo esto me salió.

Estuve leyendo un experimento personal de una chica por internet que trataba sobre dejar de hablar durante dos semanas.
Al final solo aguanto una por qué se sentía mal con ella misma y me inspire de allí un poco también. Se supone que Chan solo lo hartaria y entonces Kyung le gritaría que se callara o algo así (・_・;) me salí mucho de la idea principal :'v, pero bueno me gusta bastante así también.

Talk (ChanSoo) Where stories live. Discover now