T R E C E

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•profile•

–. ¿Que más dice la lista?

Pregunto su madre, atenta mirando la gran variedad de carne congelada, KyungSoo bajo un poco la mirada, entrecerrando sus ojos mientras leía la nota que tenía entre sus manos.

–. Cebollas, fideos y azúcar.

Dijo de inmediato el pelinegro, devolviendo su mirada hacia en frente, dándose cuenta de que su madre ya estaba caminando hacia el pasillo siguiente sin siquiera esperarlo.
Apresuró entonces su paso, posicionándose a su lado.
No hizo ninguna pregunta o trato de sacar tema de conversación, le había quedado ya muy en claro que no conseguiría nada.
Supuso que le presentaría a otro de sus pasajeros amoríos pero esto de incluso hacer la cena le parecía extraño.

Anteriormente, con ese desinterés que la caracterizaba, hacia todo tan simple, como pedir algo por teléfono y sacaba lo primero que veía en su armario.
Hace unos meses salía con un veterinario, era un buen hombre, adoptó a su antigua mascota en su consultorio. Ahora ya ni siquiera podía pasarse por allí.
Su madre era demasiado exigente, gritona y mandona, no parecía interesarle nada si es que no le afectaba, pero está vez incluso le pregunto si se vería mejor con un vestido azul rey o con un pantalón negro y una blusa blanca, no supo ni que decir mientras la miraba decidir entre un conjunto o otro frente al espejo.

Al terminar sus compras, regresaron a casa en autobús, limpiaron todo a detalle y juntos prepararon la cena, si de alguien KyunSoo había heredado sus dotes de buen chef era en definitiva de ella, el Japchae se veía delicioso mientras humeaba sobre la mesa.

El ya estaba arreglado y bien presentable sentado en el sofá mientras revisaba sus redes sociales, no había nada interesante, todo estaba lleno de artículos sobre ciencia o escritores famosos, no tenía ganas de ver nada de eso y su madre estaba tardando demasiado en estar lista.
Se supone que su visita llegaría en unos cinco minutos, miraba la hora constantemente y fue en ese momento que miro entre "las personas que quizás conozcas" una cara conocida, orejas grandes y una sonrisa boba, la culpa volvió a atacarlo.

Entro a su perfil, deslizando sus dedos con delicadeza para observar con detenimiento, en cada foto se veía tan alegre, tan atractivo incluso, ¿Sería buen momento para disculparse?.
Se preguntó una y otra vez mientras miraba la opción que le permitiría charlar con el.

Pero el toque sutil sobre la madera de la puerta lo hizo desistir, apagó el aparato para guardarlo en el bolsillo de su pantalón y fue a abrir la puerta.



Talk (ChanSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora