Preámbulo 6: En el aire

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A media noche Natalia se había vuelto a su cama, tal y como solían hacer cuando dormían juntas. Al despertar, las cosas seguían exactamente igual entre ellas. Ninguna dijo nada sobre el beso de la noche anterior. Ambas tenían muy claro que tenían que hablar y que en algún momento tendrían que poner sobre la mesa todo lo que estaban sintiendo y ponerle nombre a lo que tenían, pero aquel no era el momento de hacerlo. No en una casa repleta de cámaras. No con una realidad sin resolver esperándolas fuera.

Natalia salió de la habitación aun medio dormida, directa a abrazar a Alba por la espalda, hundiendo la cabeza en su cuello.

N: ¿Cómo estás? -Susurró dejándole algunos besos en aquella zona-.

A: Bien -Contestó con la voz aun ronca del sueño, cerrando los ojos para recibir aquellos mimos-.

N: ¡Guapa!

Aquel día decidieron sacarles de la academia para dar un paseo y permitirles que se despejaran alejados de las cámaras, lo que tenía a Alba más feliz que una niña pequeña el día de Reyes. Sin duda le hacía falta ese pequeño respiro para recuperarse del sofoco de la noche anterior. Durante el paseo Alba y Natalia no se separaron en ningún momento, salvo para el momento de las fotos que Noemí insistió en echarles. Caminaban de la mano, relajadas y felices, comentando cada pequeño detalle que veían por el camino. No tuvieron oportunidad de hablar, ya que a pesar de estar alejadas de las cámaras, estaban allí sus compañeros y la directora de la academia, que no se separó de ellos en ningún momento, pero ambas podían leer en los ojos de la otra lo especial que estaba siendo aquel momento. Las dos paseando libres, cogidas de la mano y sin preocuparse de absolutamente nada, con la esperanza en sus mentes de poder conseguir eso al salir de allí.

Los días siguieron pasando, y ellas compartían la misma rutina de siempre, con la diferencia de que ambas eran plenamente conscientes, a pesar de la falta de una conversación, de que las cosas entre ellas crecían a pasos agigantados, haciendo que cada vez les fuera más complicado aguantar la tentación de dejarse llevar. Y más después de aquel beso que habían compartido tras la gala 10. Probar sus labios las había dejado con ganas de más, aumentando considerablemente la "tensión sexual no resuelta" entre ellas. Los abrazos cada vez eran más largos, los besos cada vez caían más cerca de la comisura y sus ojos habían pasado a convertirse en cámaras pegadas a los movimientos de la otra. Una clase de interpretación de los Javis había resultado la excusa perfecta para dejarse llevar y aliviar un poco sus ganas acumuladas, primero mediante un abrazo propiciado por la complicidad de Miki en el que se habían  dicho todo lo que aun no habían puesto en palabras, y después a través de un beso que Alba no había podido reprimir mientras interpretaban a una pareja.

Aquel beso había sido motivo de cachondeo por parte de Miki, que no podía dejar de vacilar a Natalia con el tema después de ver, según él, la cara de gilipollas que se les había quedado a las dos tras el beso.

N: Eres imbécil de verdad. -Decía dándole un cojinazo con todas sus fuerzas en la habitación-.

M: ¡Ay, qué agresiva! -Protestó entre risas-. No, ahora en serio. No entiendo vuestra cabezonería de no aclarar las cosas cuando es evidente que cada vez estáis más encoñadas.

N: Joder Miki, es que no es tan fácil.

M: ¿Y eso por qué?

N: Pues porque estamos en una casa llena de cámaras y micros, en la que todos pueden ver todo lo que pasa aquí dentro y tenemos nuestra realidad esperándonos allí fuera. Y prefiero esperar a estar fuera para poder afrontar todo esto.

M: Esa parte la entiendo. Lo que no entiendo es que no habléis vosotras sobre lo que estáis sintiendo. -Insistía sin levantar la voz-. 

N: A ver, porque una cosa es decirle que me gusta y otra muy distinta es decirle que me parece que me he pillado por ella. -Confesó bajando la mirada-. Tengo miedo de que ella no esté sintiendo lo mismo y, además está lo de su ex. Acaba de salir de una ruptura, yo tengo novio fuera... No sé, me da miedo que ella no se sienta cómoda y que puedan cambiar las cosas  entre nosotras.

M: A ver. Punto uno, hay que estar ciego para no darse cuenta de que Alba Reche está tan pillada como tú o más. Y punto dos, entiendo que os asuste hablar claro sobre el tema porque sería reconocer en voz alta que esto va enserio y tenéis muchas cosas que afrontar cuando salgáis, pero creo que os haría bien y que aliviaría un poco esa tensión que hay entre vosotras.

N: Ay, no sé. No quiero pensar nada ahora mismo, de verdad. -Dijo tras un suspiro de agobio-.

Miki entendió que aquella conversación había llegado a su fin al ver el agobio de su compañera, por lo que pusieron fin fundiéndose en un abrazo con el que pretendía decirle a Natalia que estaba allí para lo que necesitase. Poco después llegó Alba a la habitación, con la que empezaron una guerra de cojines a la que pronto se unieron el resto de compañeras, provocando un gran revuelo en la habitación.


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