Preámbulo 9: La gran final

325 6 5
                                    

Tres meses después de entrar en aquella academia y de haber entrado a formar parte del universo OT, la experiencia llegaba aquella noche a su fin con la gran final. La suerte estaba echada y solo uno de ellos se alzaría con el premio, pero a decir verdad era lo último en lo que pensaban minutos antes de salir al escenario. Ganara quien ganara, se lo merecía, lo valía y los demás estarían felices. Compartieron un abrazo grupal, deseándose suerte y tranquilizándose mutuamente con miradas cómplices. Ellos, junto al resto de compañeros que les esperaban fuera, eran una gran familia y ese era su gran premio.

Salieron a darlo todo en la grupal, consiguiendo levantar al público de inmediato. Aquella reacción de la gente, ver a sus compañeros en el sofá y a sus familiares entre el público les tenía con la adrenalina a tope.  La primera en actuar fue Alba, haciendo una interpretación de Creep que dejó a todo el mundo con la boca abierta. Natalia la miraba desde el sofá sin perder ni un solo detalle, con los ojos llenos de admiración por aquella mujer. Poco a poco las actuaciones fueron pasando hasta que llegó el turno de Natalia con Never enough, una actuación cargada de sentimientos en la que la de Pamplona se abrió en canal. En el momento de preparar la canción había decidido enfocarla a la realidad que estaba viviendo en la academia y en el regalo que había sido para ella haber podido compartir la experiencia con Alba y haber disfrutado de su apoyo incondicional. Por eso durante la actuación le fue inevitable buscarla con la mirada, encontrándola emocionada en el sofá y dedicándole una pequeña sonrisa que provocó en ella una emoción que desbordó en el escenario a través de su voz.

Sin darse apenas cuenta la gala iba pasando actuación tras actuación, y Alba y Natalia aprovechaban cualquier momento para estar pendientes la una de la otra. Bailaron juntas durante la actuación de Famous, se abrazaban o se daban la mano mientras Roberto entrevistaba a alguno de sus compañeros y se miraban buscando la complicidad de la otra, encontrándola siempre en forma de guiño, de sonrisa o de un pequeño susurro de ánimo. Llegó el momento de anunciar quién era el ganador y, si bien todos tenían más que asumido que el verdadero premio era haber permanecido en el concurso hasta el último momento, lo cierto es que los tres se pusieron nerviosos. Cuando Roberto anunció a Natalia como la tercera finalista ella lo aceptó feliz, porque simplemente había llegado a la final sin esperar nada y aceptando que todo podría pasar. Sin embargo, Alba a su lado no daba crédito a aquella decisión. Tenía muy claro, al igual que el resto de sus compañeros, que Natalia debía ser la ganadora del aquel concurso, pues, tal y como habían repetido en varias ocasiones para definir a la navarra dentro de la academia, Natalia era la perfección absoluta que lo hacía todo bien. ¿Cómo iba a quedar tercera?

A: Pero.... No puede ser -Balbuceaba con cara de asombro, mirando a todas partes en busca respuesta-. Tú no....

N: Que no pasa, cariño. Si ya te lo dije -La morena abrazó a Alba con ternura, dejando un beso en su cabeza justo antes de ser abordada por el resto de sus compañeros-.

Tras el momento de confusión, y viendo que Natalia estaba perfectamente, Alba consiguió recomponerse de su asombro. Llegó entonces el momento de conocer al ganador de aquella edición, que resultó ser un sorprendido Famous que no podía creérselo mientras recibía el abrazo feliz de Alba, que se había tomado mucho mejor su "derrota" que el tercer puesto de Natalia.

Después de la entrega de premios se prepararon para cantar el himno de la edición, ese Somos que habían creado entre Julia y Natalia y que se había convertido en mucho que más que el himno del concurso. Entre los problemas de sonido y que ellos estaban todavía de celebración, la actuación no fue perfecta ni muchísimo menos, pero Alba y Natalia la vivieron de una manera muy especial. Antes de cantar su parte la morena se recorrió todo el escenario para acabar al lado de la ilicitana y cantar de su mano entre miradas cómplices que gritaban que ya había terminado, que eran libres.

DecisionesWhere stories live. Discover now