Capítulo 2 (Versión antigua)

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A unos pasos de donde me encuentro hay un carruaje parado sobre la carretera, junto a la fuente la cual se encuentra en la rotonda. Tres adultos están saludándose, entre ellos únicamente reconozco a mi padre desde la lejanía.

Mas conocido como el Rey de Nerón, hijo primogénito del fallecido rey, mi abuelo. No lo recuerdo mucho, era muy pequeña cuando falleció, solo sé que él era una buena persona por historias que mi padre me contaba. Ambos siempre hemos tenido una estrecha relación, siento mucha mas confianza con él que con mi madre. Siempre le agradeceré que me dejase madurar a mi ritmo, prohibiendo a terceras personas el forzarme a cambiar mi mentalidad. Nunca ha llegado a presionarme con la idea de matrimonio de conveniencia, siempre he sido su niña consentida.

Aunque... Cuando era mas pequeña solíamos estar muy unidos, hacíamos muchas cosas padre-hija; pero todo cambió cuando tuvo que heredar el cargo de Rey tras la tragedia. Tanto le afectó la pérdida que se convirtió en otra persona, mucho mas distante con todo el mundo, incluso con su pequeña niña. Lo entiendo perfectamente, aunque siento mucho su ausencia, por ello siempre solía meterme en problemas para llamar su atención y poder pasar un rato junto a él. Acabé comprendiendo que no puede dedicarme las mismas atenciones que antes, su trabajo requiere mucho de su tiempo. Tengo a muchas personas que, si les pido un abrazo o una palabra de aliento, sin duda me la dedicarán, pero a veces necesito eso de mis padres... pero no pueden.

Volviendo al asunto, ambos hombres se encuentran arreglados usando trajes de chaqueta, cuyas mangas son largas. Pienso en el sacrificio que requiere estar usando chaqueta, ya que ahora mismo hace unos 26 grados. Si fuese hombre, no sería capaz de usar mangas largas haciendo tanta calor. Puede que no siga el protocolo, pero no voy a pasar calor así porque sí.

Al ver a la mujer recuerdo a mi madre, la cual no se encuentra junto a su esposo recibiendo agradablemente a los invitados. Me da pena que ella vea mas importante el intentar embaucar a su hija sobre concebir matrimonio, antes que siendo respetuosa con otros de gran influencia. De este modo, no logrará subir su status, lo que tanto anhela en esta vida. No queriendo seguir los pasos de la Reina, me acerco a mi padre para poder saludar adecuadamente a los invitados. Debo ser respetuosa con todos para no tener enemigos en un futuro, cuando siga los pasos de mi padre.

—Padre —inclino la cabeza en señal de respeto. Intento recordar el nombre de ambas personas, sin éxito, por lo que los llamo por sus apellidos. Seré una gran reina (nótese la ironía)—. Señor y señora Harrison, bienvenidos a mi humilde hogar. Espero que pasen una muy buena estancia en este día.

—¡Qué grande estás, Sofía! Ya eres toda una señorita —la señora me abraza, hace ese gesto que solo recibo de mi mejor amiga y de mi Aya, la cual considero mas mi madre que la verdadera. Mi corazón late fuerte, pero le devuelvo el abrazo—. ¿Cuántos años tienes?

—Dieciséis años, señora. Como quien dice, en breve seré mayor de edad.

—Supongo que tendrá prometido, ¿no princesa?

Esta vez habla su marido: el Conde de Nelis, ciudad situada en la parte sur de Nerón. Este señor es un buen amigo de mi padre, aunque su pregunta haya intentado sonar amable mas bien oculta algo de codicia, como si esperase una respuesta negativa.

—Querido, solo es una niña. Lo mas seguro es que no tenga, no querrá arruinar su infancia tan deprisa —lo reprocha su esposa, mostrando amabilidad hacia mi persona. Le ofrezco una sonrisa agradecida.

—En este instante no tiene prometido —responde mi padre por mí— pero me estoy encargando personalmente de encontrar a un candidato aceptable. Desde hace un tiempo estoy recibiendo muchas propuestas interesantes, las cuales estoy teniendo bastante en cuenta.

Proyecto princesaWhere stories live. Discover now