17.

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Estaba junto a Yukhei comprando ropa nueva, cada vez que lo hacía era solo por hacerle un favor, ya que él era un comprador compulsivo y necesitaba a alguien que lo detuviera.

Y quién más que yo para eso.

— Woaaah~ ¡Mira ese pantalón! — Yukhei me miró con ese típico brillo en los ojos que solía tener cuando veía algo que quería.

— No lo necesitas. — Mi voz sonó seria y cortante, tal como quería.

— Por supuesto que sí, ¡Debo comprarlo! — Chilló como un niño pequeño logrando llamar la atención de las personas que se encontraban alrededor.

— Yukhei, compraste uno casi igual hace un mes, créeme, no lo necesitas. — Le tomé de la mano y lo arrastre a otro lugar.

Mi preciado tiempo se fue en ello, ayudar a Yukhei a escoger lo que podía y no debía llevar, sentía que lidiaba con un niño.

Una vez salimos del centro comercial su semblante cambió y me preguntó por Donghyuck.

— ¿Qué sucedió entre ustedes después del beso?

— Nada relevante, pronto llegaran las vacaciones y planeo hacer que las cosas funcionen.

Yukhei puso una mueca y esta vez no sabía por qué.

— ¿Qué sucede?

— Ne-Necesito ir a un baño...

Realmente salir con Yukhei se sentía como ir con un niño de cinco años, ambos eramos muy diferentes, sin embargo nos llevábamos tan bien...

Recuerdo el día en el que lo conocí, estaba lloviendo y él se encontraba fuera de un local moqueando mientras veía la calle con miedo, parecía un perrito desamparado, fue imposible no acercarme y preguntarle si necesitaba ayuda.

Yukhei me sonrió calidamente, a pesar de que el frío invadía todo su cuerpo y miró mi paraguas.

— Desconocido, mañana empiezo mi primer día de trabajo y no quiero pescar un refriado, ¿Me das tu sombrilla?

Este es el colmo. — Pensé.

— Por supuesto...

Entonces se lo di, a cambio él me dio su número ya que dijo que lo devolvería, se fue gritando "Gracias" y el que terminó cogiendo el resfriado fui yo.

— Vamos al baño de aquella tienda, así yo aprovecho y compro una soda para el camino.

Yukhei asintió y corrió como alma que lleva el diablo.

Yo llegué detrás de él y pedí dos sodas junto a un paquete de galletas para llevar, lo que no esperé ver fue a Yerim hablando por celular, ella no me vio pero yo a ella sí, por lo que me senté en una de las sillas que estaba detrás de ella y escuché lo que decía.

— ¡No puedes volver nunca más Jeno!, si vuelves volverás a convertir a Donghyuck en un desastre, de todas maneras ya me encargué de convencer a mi padre de que te quedes allá.

Realmente no podía creerlo, ¿Por qué le hacía eso a su hermano?

— Sí, lo sé, pero era porque sabía que tu no te atreverías a tocarlo de más, pero ahora qué sé que le empieza a gustar Mark me dejaste de servir.

¿En serio empezaba a gustarle a Donghyuck?

— Donghyuck es mío, mi novio, solo mío, y no me importan los demás, logré separarlos a ustedes, puedo lograr lo mismo con Mark.

Realmente Yerim tenía problemas.

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