36.

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Mark debía cumplir con el reto que le había puesto Kun y ese era el de ser su modelo, la noche anterior le había llamado para confirmar su asistencia, este contestó muy feliz de que aceptara así fuese obligado y le dio la dirección del lugar.

El pelinegro fue con la compañía de Jisung, obvio el castaño no sabía de aquello, pero poco le importaba a decir verdad.

— Este lugar es más grande de lo que esperaba. — Confesó Mark fascinado por la estructura de la empresa que dirigía Kun.

— Kun hyung siempre trabaja por mantenerla así, lo admiro demasiado.

Mark asintió y se dirigió a la recepción, una mujer de unos veintiséis años lo recibió con una gran sonrisa y le pidió amablemente que esperaran en la sala ya que su jefe se encontraba en una conferencia muy importante.

— Dime, ¿Tu hermano habla sobre mí? — Preguntó Mark mientras se sentaba junto a Jisung.

— Siempre, desde que nos volvimos nuevamente cercanos me tiene hastiado contigo, nunca para de decir que eres lindo, que lo tratas bien, que eres perfecto y quien sabe que otras cosas más dira cuando no le presto atención.

— ¿De verdad? No creí que fuera así. — Sentenció con una sonrisa en su rostro.

— Me dijo que eras un microondas.

— ¿Microondas?

— Sí, lo calientas pero tristemente nunca llegan a nada. — Confesó Jisung viendo la pantalla de su celular.

— ¿Él quiere llegar a algo más?

— Sí Mark, digo, toda la familia cree que es santo pero realmente no es así, además de que tiene años sin sexo si te soy sincero.

— ¡Yo nunca he tenido sexo con un hombre!

— ¿Y qué quieres que haga yo? Simplemente ve porno... Además, tu serás el que le de a Donghyuck, no él a ti, tú solo debes encargarte de prepararlo y meter a tu amiguito. De ahí en adelante solo te toca disfrutar.

— Shhh, ¡Baja la voz Jisung!

Jisung iba a decir algo más pero se vio interrumpido cuando vio a Kun pasar por la puerta con dos guardaespaldas detrás de él.

— ¿Qué haces tú aquí? — Preguntó el castaño recordando lo enfadado que estaba con él.

— Quiero hablar contigo Kun.

...

— ... Y Yerim está internada, todos estamos bien gracias al cielo, solo me faltas tú Kunkun. — Dijo jugando con la corbata del mayor.

Kun no se aguantó más y tomó al chico de las caderas para alzarlo en el aire y sentarlo en su gran escritorio, con fiereza se apoderó de sus labios y jugó con ellos a su antojo, su lengua jugó con la ajena por un buen rato mientras se restregaba contra el chico de cabellos rubios.

— Mierda, te extrañé demasiado. — Gruñó arrancando los botones de la camisa del más bajo.

Jisung gimió en su oído al sentir la lengua de Kun en uno de sus pezones ya endurecidos, sus manos temblorosas las guió hasta la corbata del empresario millonario y la quitó rápidamente, después se deshizo de su camisa y tocó todo el torso desnudo del mismo.

— Me pones muy duro maldita sea. — Dijo Kun lamiendo el lóbulo contrario para después morderlo.

Mientras Jisung y Kun estaban a punto de tener sexo Mark por otro lado posaba para las fotografías que le sacaba el fotógrafo del castaño.

— Muy bien dulzura, posa así así — Decía el hombre entusiasmado — Muestra algo de tu piel, sí, justo así, perfecto.

Mark siguió cada una de las instrucciones del hombre mayor, se cambió unas diez veces y cambiaron su maquillaje muchas veces como para ser contadas.

En todo ese tiempo no volvió a ver ni a Jisung ni a Kun, supuso que tal vez aquel par era muy terco como para arreglar las cosas rápido.

Cuando salió del lugar fue al encuentro de Donghyuck en su casa, ese día tendrían una cita.

— ¡Markie! ¿Dónde has dejado a Sung? — Dijo el menor arrojándose a sus brazos.

— Al parecer se quedó arreglando las cosas con Kun, espero funcione.

— Créeme, sí lo harán. — Dijo con una sonrisa traviesa.

— ¿Cómo lo sabes? — Preguntó confundido.

— Sung me dijo que haría algo en específico para que volvieran.

Mark siguió sin entender, pero prefirió no darle más importancia al asunto.

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