Monólogos de un amor imposible

Monólogo 2: Como dos fichas de ajedrez

¿Que somos? Rencores inexistentes que han atravesado las reglas del amor, dos bombas de relojería a punto de explotar, peones de un juego de ajedrez infinito.

Necesito explicaciones, esas que me dabas cuando no te las pedía, las necesito y las necesito ahora mismo. Nuestra llama se ha apagado y no se el porque. No se si la habrán extinguido, si la habrán robado a hurtadillas, incluso si lo único que ha pasado es que se ha escondido tras nuestro pecho y solo hay que reavivarla.

Me siento como si fuera un cervatillo en la noche de un bosque color turquesa, desorientado, tembloroso, atemorizado... He perdido el norte y el sur, no se encontrarme en este ajedrez, estoy rodeado, en jaque mate, solo contigo podre volver a sentir mi corazón palpitar de nuevo. Solo con mirar tus ojos podre encontrar de nuevo el camino a casa.

Quiero que sepas que yo siempre te esperaré, te daré meses, días, minutos, segundos, esos que me enloquecen con un Tic-Tac estrambótico que se me queda grabado en la mente y no puedo eliminar. Ojala fuese tan sencillo borrar datos, como si de un ordenador se tratase, preferiría no tener inteligencia para poder olvidar todo en un décima de segundo, con solo un abrir y cerrar de ojos.

Aunque me falta tiempo y palabras para explicar todo lo que siento, me falta aire para respirar ya que falta una parte de mi pecho, me faltas tu, simplemente tu.