Monólogo 15: La bestia

286 4 0
                                    

Ser la gota que colmó el vaso, ser el alma errante que se perdió en tus labios, ser el paréntesis de tu vida, ser el niño que antaño jugaba en el parque.

Sabía que no existía mayor exponente, no era más para ti que un cero a la izquierda.

He sido desplazado, insultado, acusado, redimido y controlado. Me he sentido defraudado, defraudado por aquel que rige las reglas de mi vida. Solo soy un felino enjaulado en el circo, en las manos del domador que castiga si no le obedezco.

He sido engañado por el maestro de ceremonias, ese ser inerte que nadie recuerda tras el pésame del tiempo. Pero que sin duda es el artíficie de tan malévola atracción, de tal lenta agonía.

Ya no quiero ser más ese supuesto infinito, tampoco volver a ser la fiera amaestrada. En algún momento despertará la bestia que habita en mi, en algún momento despertará el monstruo de debajo de tu cama. 

Monólogos de un amor imposibleWhere stories live. Discover now