Monólogos de un amor imposible

Monólogo 7: Tal día como hoy...

Tal día como hoy, fui la persona más feliz del universo, te había encontrado, había llegado a mi meta. Tal día como hoy, conocí lo que era el sufrimiento, no valió la pena intentarlo, fue todo una gran mentira.

Tal día como hoy, supe que podía volar, te había conocido, me había enamorado. Sufrí demasiado por ti, derramé demasiadas lágrimas, sufrí cosas que poca gente ha experimentado. Sabía que era un imposible pero yo intentaba alcanzarlo, a mi manera, rompiendo como siempre las reglas del juego, traicionando a aquellos que confiaban en mi, convirtiéndome en un miserable.

Tal día como hoy, jugué todas mis cartas y, hasta cierto punto, tu hiciste lo mismo. En cambio me cortaste las alas, caí al frío suelo, no pude retomar el vuelo. Quedé devastado, humillado, avergonzado... Quería matar al amor por ser tan vil, cruel, espantoso, mezquino y una larga tira de adjetivos que no me apetece nombrar. Porque sin querelo me enamoré.

Recuerdo el lugar, el momento. Recuerdo también nuestras primeras palabras, el primer roce. Y tu, aún sin saberlo, es gracioso. Después de 365 días y de 365 noches. Sin querelo has sido mi primer amor y el primer imposible de mi vida.

Tal día como hoy la vida me sonreía de nuevo, hoy se apaga para siempre.