Monólogo 4: Frases

651 9 0
                                    

No es necesario más lamentaciones, no hay que utilizar más palabras, es inservible el pensamiento, siempre acaba en lágrimas.

El tesoro escondido en la cueva, custodiado por el pirata, ha sido robado. No queda nada dentro de mi, ni tesoro, ni pirata, solo han dejado un hueco vacío dentro de mi pecho.

La llama se apagó tras haber sido el libro quemado. Las páginas se han convertido en ceniza, las letras están achicharradas.

La esperanza fue derrotada en la batalla, nada pudo hacer su filo, fue totalmente apalizada por el hacha de la realidad.

El lobo murió tras el ataque del cazador que con su bala de plata le sentenció el camino. Nada pudo hacer el animal fruto de la agonía.

El árbol perdió sus hojas en su último otoño, no superó el frío invierno.

Las sirenas olvidaron su canto, ya nadie creía en ellas, el pensamiento se había esfumado.

La ira era cada vez más fuerte en mi, me estaba transformando en un ser maligno, nada que pudiera hacer, nada en mi interior.

Las palabras frenaron esa transformación con ayuda de las lágrimas que derrame por ti.

Ya nadie cree en el amor, que se desvaneció hace bastante tiempo.

Monólogos de un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora