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<Pareja destinada> Esas palabras habían dejado descolocado al alfa de piel lechosa. No dijo más y dejó trabajar a su amigo, para no seguirlo atormentando.

Lo comprendía y sabía su dolor, ya que al enterarse que encontró a su pareja, eso..., eso era todo.

Era una lástima, vaya que lo era y maldecía al puto destino por ello.

Amaba a su amigo, eran como hermanos, habían viajado juntos desde Daegu a seúl a buscar un futuro mejor y todo en su momento lo fue, hasta que todo se le complicó a Tae y él lo único que podía hacer era apoyarlo en lo que esté a su alcance.

Sabía su historia, eso lo enojaba y frustraba. Todo por no contar la verdad.

Pero lo comprendía, era una verdad que no pudo ser contada en su momento, por el enojo e ira que se desbordó.

Su móvil sonó haciendo ver la foto de su omega en pantalla, su llamada había llegado.

—Amor~ ¿TaeTae está bien? no contestó mis llamadas.

—Dentro de lo que cabe, lo está. Sólo... sucedió algo, pero llegando a casa te cuento.

—Está bien, amor. Cuídate y ten un buen día, nosotros te esperaremos.

El alfa sonrió cortando la llamada, vaya que su felicidad era desbordante, saber que su pequeño venía en camino lo alegraba en gran manera, amaba a su omega y le alegraba saber que pronto tendrían al fruto de su amor en brazos. 

Y esperaba que a TaeHyung le fuera bien, lo de su marca le atormentaba.

.

.

.

Un castaño terminaba de arreglar todo y por fin salir de aquel edificio e ir por sus pequeños, ya los extrañaba y aunque a veces eran su tormento, así mismo eran sus felicidad, las personitas que le dan fuerza para seguir.

Casi corrió al salir, paró un taxi y se dirigió a la casa de su —ahora— ex suegra. Al llegar bajó y con apuro presionó el timbre haciendo presencia. Bastaron segundos para que aquella puerta fuera abierta y dejara ver a su pequeño.

—Papi~ —Saltó a sus brazos, el omega lo estrechó aún más.

—¿Me extrañaste, corazón?

—Mucho, mucho ¡muchooo...! —lo llenaba de besos.

—Estaba impaciente porque ya vinieras. —La mujer le sonrió. Con obviedad buscó a su bebé al no verlo en sus brazos, la mujer le sonrió—. Está dormido y no quise despertarlo, pasa...

El castaño no se inmutó y siguió en su sitio, con su pequeño en brazos colgado a él como un koala. La mujer negó al ver que no se movía, por eso se apresuró a hablar.

—Sabe que a él no le agrada... verme, y si...

—Aún no llega, seguro se tardará como últimamente lo hace, no te preocupes y pasa.

Casi lo arrastra haciéndolo sentarse, su pequeño se acomodó en su regazo dejándose hacer mimos por su papi. La mujer fue por un té en lo que dejan dormir un poco más al pequeño.

Suspiró con nostalgia al recorrer con la mirada aquel lugar, se sentía nervioso como la primera vez que estuvo ahí, sólo que por diferente razones. Como todo cambiaba...

La mujer llegó y le dio el té, su pequeño bajó de su regazo y tomó el vaso con leche que era para él, sin faltar sus galletas. Eso era suficiente para entretenerlo y hacerle olvidar el mundo que lo rodea.

La verdad no contada |KookV| [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora