7

29.6K 3.9K 1.1K
                                    

—Jungkook, amor. ¿Me estás escuchando?

Amor... 

Volteó a verle con una de sus sonrisas que no, no eran falsas, pero que de alguna manera se sentía mal, incorrecto. Sentía que al mirarle y hablarle de manera amorosa, cometía una falta. Cosa que no debería ser así, no estaba cometiendo ninguna, después de todo, no tenía ningún otro lazo. 

Él no estaba mal, él estaba haciendo las cosas bien ¿cierto?

Aún no se saca de su cabeza aquella escena, donde su cachorro lloraba en los brazos de..., su padre. No quería ver sufrir a su pequeño, pero debe entender que su corazón pertenece a otra persona.

Sí, pertenece a otra. Debe pertenecer a otra.

Recuerda la reacción de su bebé cuando le comentó y les presentó, sin duda lo habían criado bien, no se comportó mal, pero su tristeza se vio reflejada y eso le lastimaba. 

No había nada que hacer, ya no estaban juntos y ahora había encontrado a su destinada. Sí, tal como su madre lo dijo, es una mujer.

—Disculpa, ¿Qué decías? —Avergonzado le dijo, pero sin borrar su sonrisa.

Ella le sonrió mientras negaba ante lo distraído de su novio. —Que está bien ir mañana a ver a tu mamá, ya vi que puedo.

—Excelente, mamá se alegrará de verte. 

—Me pone nerviosa, pero lo soportaré, por ti, cariño. —Se acercó y lo besó. Obviamente le correspondió.

Su lobo se sentía a gusto ante la presencia y contacto de ella. Su lobo.

Aunque aún se cohíbe al sentir que está cometiendo un error, pero la sensación y dependencia de ser su destino lo hacen olvidar y revolotear por más contacto, a llegado al punto de desearla y querer pasar sus celos, que algunas veces se han adelantado, pero hasta el momento su parte humana ha podido controlarlo.

Espera que cuando aquel gran paso sea dado, todo salga bien y que su pequeño acepte su nueva pareja.

.

.

.

Su jornada laboral había acabado y eso le alegraba, por fin vería a sus cachorros. Siempre le dolía separarse de ellos por las mañanas, pero era algo que le tocaba aguantar y soportar. Esta vez no llevó a su bebé donde la señora Jeon, sólo a su pequeño. Tuvo la suerte que Jimin lo cuidara, ya que por el embarazo dejó de trabajar a petición de YoonGi. Vaya suerte, se decía él. 

Ahora sólo tenía que pasar por su cachorro, e ir por su bebé a casa de su amigo. Iba tarde como siempre, ya que por haber faltado tenía muchos pendientes que actualizar, soportar a un furioso NamJoon y soportar aquellas punzadas de dolor.

Se bajó del taxi y una vez frente a la puerta, tocó el timbre de ésta. Escuchó unos pasos a toda prisa, sin duda era su cachorro y al abrirse la puerta lo confirmó.

—¡Papi~! —Gritó y se abalanzó a sus brazos donde lo recibió gustoso.

—Cariño... —Besó su frente—, ¿te portaste bien? —Indagó mientras lo acomodaba en sus brazos.

—Siempre, papi. Soy muy obediente. ¡Abuelita está orgullosa!

—¿Ah sí...? pues me alegro. —Y lo bombardeó a besos en todo su rostro mientras el pequeño reía.

Ambos estaban absortos en sus actos que no se percatan de la mirada que tenían sobre ellos. Hasta que una voz carraspeó.

—No vayas a entrar, mamá fue por tus cosas. —Le informó con seriedad.

La verdad no contada |KookV| [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora