0: Rutina.

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Despertar, asearme, vestirme y esperar.

Al pie de la letra aquella simple rutina había sido siempre parte de mi vida, al igual que el primer día de clases, era un simple deber que componía sus reglas.

Presentarse, hacer amigos, estudiar, quedar completamente solo y volver a comenzar.

Nada de lo que había experimentado era tan asombroso como cambiar de escuela cada poco tiempo, nuevamente hoy sería mi primer día de clases en otra institución. Era el momento de despertar y volver a la aburrida vida que tenía fuera de las acogedoras y soñadoras sábanas de mi cuarto oscuro.

El matutino llamado de la puerta no me hizo voltear mientras extendía la cama, la voz de una muchacha bastante alegre se escuchaba en toda mi habitación para darme los buenos días.

— Buenos días, Félix el desayuno ya está listo baja lo antes posible para que tu padre te lleve a tu nueva escuela. Espero tengas un buen primer día de clases. — La muchacha soltó una pequeña risa para retirarse de la habitación.

No había sido hace más de un año que mi padre salía con aquella muchacha Alice Hill, una señorita secretaria de mi padre de pelo negro, cuando me la presento como madrastra no tuve otra opción que aceptar, después de todo quería que mi padre sea feliz.

— Si, de nuevo la horrible matutina. — Algo quejoso preparé el uniforme escolar con bastante pereza.

Me vestí, arreglé mi cabello con gel, lave mis dientes y baje al comedor para desayunar con toda la familia reunida.

— Perdón por tardarme. — Me apresuré para sentarme en la mesa y observar en la punta a mi padre cubierto por un periódico.

Aquel bajo el periódico y dejó notar su cabellera rubia arreglada, vestido de traje era lógico que iba a trabajar dentro de poco.

— Félix. ¿Dormiste bien hijo? — Yo asentí con firmeza mientras le daba bocados a mi desayuno. Él sonrió para acariciar mi cabeza. — Sé que nuevamente estás en otra institución así que espero que esta vez no pase nada malo y permanezcas en esa.

— Espero lo mismo. — Musite con la mirada algo baja. Nadie como yo querría llamar mucho la atención, pero siempre parecía normal que mi padre desplegará un aura triste y era notorio cuando lanzaba palabras de reconciliación.

— Luego de trabajo podríamos ir al... — Antes de poder terminar mi padre recibió una llamada entrante que provenía de su bolsillo.— ¿Si señor? Claro, estaré lo antes posible en su oficina.

Mi padre se levantó con rapidez de su asiento para despedirse con la mano mientras aún hablaba por su celular. No me inmute y seguí comiendo mis cereales escuchando la puerta cerrarse por detrás. Todos los días era lo mismo, la misma rutina y la misma soledad.

— Parece que tu padre no podrá llevarte hoy, lo haré yo. No pudo ni acabarse su café. — Con decepción Alice refunfuño en voz baja.

— No te molestes Alice, siempre pasa lo mismo. Puedo ir yo solo hoy, no está tan lejos. — El momentáneo silencio no duró mucho.

— Sabes que tu padre siempre debe trabajar y es espantoso que no puedan pasar tiempo juntos, sabes que tu papá te quiere. — Dirigí mi mirada hacia ella con algo de resentimiento.

— Sé muy bien que mi padre quiere protegerme y por eso sale contigo, no tendría con quién compartir palabras si no fuera así. Ya me es muy común usar otros apellidos, ya tengo claro lo que debo hacer, quisiera poder tener un día tranquilo en el que mi padre no se vaya y me tranquilizará todo este sufrimiento interno que cargo.

Vuelve. | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟸)Where stories live. Discover now