11: El profesor Pines y yo.

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Luego de aquel descubrimiento, había quedado perplejo y lleno de dudas, por primera vez necesitaba que alguien escuchara todo lo que me había pasado hasta ahora y aquella persona la represente como el profesor Mason, era muy bueno conmigo y sabía que podía confiar en él. Mientras caminábamos hacia la escuela una pregunta salió de mi boca con algo de temor por su respuesta.

— Necesito un favor suyo y lo necesito ahora... — Musite estrujando mi ropa con cada segundo que pasaba, me encontraba realmente tenso.

— Primero cuéntame y te diré mi respuesta. — Con tal solo una frase el profesor Pines ya había reaccionado a mi extraño comportamiento. Tenía razón después de todo, aunque llorara sin razón alguna frente a él, aún así se quedaría a mi lado para calmarme y escucharme.

— Estoy pasando por una crisis existencial de mi vida y necesito ahora mismo alguien con quien hablar...

Ya habían pasado como una hora desde que le había empezado a contar al Profesor mis problemas, estábamos afuera de una heladería mientras yo comía y relataba cada pequeña cosa y coincidencia que había encontrado, fue un gran imprevisto que el castaño aceptara faltar a dar clases por mí. Cuando termine de hablar di un gran bocado de aire.

— Entonces ya no sé qué hacer. — Le había contado la mayoría de cosas que había hecho, sobre el Diario, los sueños y sobre la tristeza que se me presentaba en varias ocasiones. El profesor Pines estaba bastante sorprendido, parecía que no iba a decir nada a principio de la conversación pero se atrevió.

— ¿Realmente quieres saber sobre tu madre? Tal cual me lo cuentas debe ser muy duro vivir de esa manera y saber específicamente esas cosas de golpe te termina dando un vuelco. — Hablo con franqueza tomando un sorbo del café que se había pedido, su mirada parecía procesar todo y a la vez decepcionarse de sí mismo, aunque él no tenía nada que ver.

— No lo sé, solo quiero saber qué son los sueños que tengo. De dónde vengo, tal vez eso sea la causa de que esté tan solo y el sufrimiento de no tener atención.

— Algo que tengo claro es que tus sueños quieran transmitirte un mensaje, podría ser uno malo o uno bueno, aunque no es de preocuparse los Astreos te protegen. — Rio el castaño.

— ¿Y eso qué es? - Pregunte por aquella peculiar palabra.

— Son dioses de la noche, protegen las estrellas y todo tipo de mal, debe ser cansador trabajar de noche y tener vida por la mañana.

— ¿Y por qué no piden ayuda? ¿Acaso no hay más de esos Astreos?

— Bueno supongo que se dividirán en regiones, tal vez los recluten si tienen sangre Astral, algo así decía el internet. — Estaba bastante confundido aquellos seres parecían más un invento, jamás en mi vida los había escuchado y si fuera el caso habrían sido un buen cuento para que los niños se durmieran.

— Es bastante interesante.

— Simplemente magníficos aunque es lamentable que la gente los busque para el mal o simple burla. Las generaciones cambian... — Dijo algo deprimido por aquello.

— Si encontrará alguno le preguntaría que camino seguir.

— Eres muy joven, en algún momento la vida te dará una señal. La respuesta que todo psicólogo da es pasar tiempo con tu familia.

— Lo intento, realmente me esfuerzo por querer tener comunicación con él, siempre que alguno menciona a mamá todo se vuelve incómodo.

— Olvidar siempre es una opción aunque parece ser que ustedes no pueden alejarse de aquello que les duele. Eres astuto Félix, sé que encontraras una manera de que todo mejore, no pongas todo el peso en tus hombros.

— Gracias por escucharme profesor.

— No soy psicólogo ni nada, pero te escucharé cuando te sientas mal, te puedo dar mi correo para las tareas y para hablar cuando gustes.— Yo asentí para darle mi celular, él agendó su contacto y me lo devolvió.— Lo menos que puedo hacer es acompañarte a casa.

— Realmente siento haberlo molestado con mis problemas.

— Tranquilo hijo, todos pasamos por etapas así. — Acarició mi cabeza para después reaccionar y taparse la cara con vergüenza, yo realmente no entendí que tuvo de malo.

Ambos nos fuimos de la heladería con dirección a mi casa, me sentía protegido cuando iba con el castaño, era como si tuviera un gran poder en su interior que me mantenía a salvo.

Debía buscar una manera de sacarle más información a mi padre y descubrir al menos el nombre de mi madre. Cuando llegué casi a la puerta me despedí del profesor para entrar a mi casa, me encontré a Alice que se dirigía al comedor con tazas de té.

— ¿Cómo te fue en clases? Viniste demasiado pronto. — Pregunto con duda pero sin sacar aquella sonrisa amable.

— Hubo un problema y salimos temprano, creo que era un corte de luz o algo así. ¿Cómo está mi papá? — Mencioné al Rubio, no era tan normal encontrarlo ebrio, con resaca y faltando al trabajo.

— Si, su amigo vino a ver cómo estaba. — Al escuchar eso y ver cómo ella se retiraba no dude en siguiéndola por curiosidad.

Mi padre vestía un pijama de triángulos amarillos mientras su amigo Mark de traje lo miraba algo preocupado.

— ¿Papá? — Pregunté para acercarme a él y tomar su mano.— ¿Estás bien?

- Oh Félix. Estoy bien, tuve algunos problemas, pero disculpa si doy miedo. — Sonrió intentando calmar mi preocupación. Sí que daba miedo, tenía unas largas ojeras y su cabello despeinado, nunca lo había visto tan mal. Era como si hubiera tenido una maratón de películas tristes y llorará toda la noche.

— Amigo, miedo no es la única palabra para describir la esquizofrenia que traes encima. — Rio Mark, él simplemente bromeaba.

— Si necesitan algo estaré afuera tomando aíre. — Hablo Alice para salir de la habitación luego de entregar los tés.

— Oh espérame, quería decirte algo Alice. — Mi padre se terminó retirando para dejarme solo con Mark.

Era buena oportunidad para sacarle algo de información sin que lo notara.

— Que triste que mi padre esté así, quisiera ayudarlo. — Dije con un tono de tristeza esperando que Manuel pícara el anzuelo.

— Descuida Félix, tu padre estará bien. Como dicen: 'La vida te da un vuelco cuando descubres algo'. Tu papá solo actúa como un tonto, descuida todo mejorará. — Mark se había acercado para despeinar mis cabellos.

— Esperaré a su lado a que mejore. — el pelinegro me sonrió por esas palabras, yo me había retirado y era una suerte porque mi padre volvía.

Descubriré La Verdad Aunque Me Lastimé En El Camino.

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Editado (✓)
31/12/21.

Vuelve. | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora