Capítulo 2: Siete años

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- Dazai

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- Dazai... ¿estas…estas bien? – susurro un niño desde la puerta de la habitación del castaño. Se había logrado escabullir de su habitación para ir a ver su amigo, ya que, ese día no había podido encontrarlo en todo el edificio. Su nee-san, o, mejor dicho, Kouyou-san le había servido un vaso de leche y galletas, con una suave sonrisa le había dicho que Dazai se encontraba indispuesto por algunos días y que no fuera por ningún motivo a verlo o podía ser castigado severamente. Ella siempre era muy amable con él, no parecía demostrarlo enfrente de otros, pero cuando estaban solos, siempre le contaba cuentos o le cepillaba el cabello, Dazai decía que era porque ella lo quería mucho, y el igual pensaba igual. Como en este caso, ella le estaba advirtiendo, ya era lo suficientemente grande para comprender una advertencia, pero el pequeño no entendía del todo a que se refería con que estaba indispuesto, ¿Estaría su amigo enfermo? Si ese era el caso, no podía dejarlo solo, cuando él se enfermaba, Dazai siempre iba a verlo.

El castaño, se encontraba sentado en la orilla de la cama, era cerca de la media noche, bastante tarde para que ambos niños estuvieran despiertos. Sin embargo, cada uno de ellos tenía muy buenas razones para no dormir aún.

Chuuya al notar que su amigo no le respondía, ingreso a la habitación y cerró la puerta con suavidad, para no hacer ruido y notaran que estaba ahí, podría meter en problemas a Dazai y con cuidado se puso frente a él, tuvo que subir un poco la mirada para encontrar sus ojos, aun cuando tenían la misma edad, Dazai ya lo superaba por algunos centímetros.

Cuando chocaron miradas, noto que su amigo tenía la mirada casi sin brillo, le dio una mirada muy fría y no había reconocimiento en ellos. Sintió como colocaba sus manos en su cuello, el solo lo siguió mirando, no iba a moverse. Dazai nunca le haría daño, no ha propósito por lo menos, a veces discutían, pero después ambos terminaban disculpándose. El pequeño pelirrojo sintió como Dazai solo sujetaba su cuello con ambas manos sin apretar y lo miraba fríamente.

- Dazai…soy yo, Chuuya – le susurro levantado ambas manos y sujetándolo por las mejillas para que no separara la vista de sus ojos. Poco a poco el reconocimiento fue ingresando a los ojos del castaño, el cual, a reconocerlo, lanzo una exclamación y alejo las manos del pequeño cuello. Los ojos azules no dejaban de mirarlo sin juzgarlo.

- Chuuya – Le susurro, se miraron por unos segundos y sin más el castaño lo abrazo con fuerza mientras temblaba, el miedo de hacerle daño a su amigo no lo iba a dejar fácilmente - ¿Qué haces aquí?

El pequeño le devolvió el abrazo y se apoyó en los brazos del otro. Dos niños abrazándose en una oscuridad que solo se veía interrumpida por la leve luz de la luna que ingresaba por la ventana de la habitación.

- Neesan me dijo que estabas indispuesto y que no debía venir a verte, pero si estas enfermo no puedo dejarte solo – con cuidado se separó de él y se subió a la cama para sentarse a su lado. El castaño con delicadeza los recostó a ambos en la cama, quedando uno enfrente del otro, Chuuya de inmediato tomo su mano y la apretó

A tu lado - Soukoku (Terminado)Where stories live. Discover now