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Lo que más le gustaba de HyunJin era que no preguntaba nada. Cualquier otra persona le hubiera preguntado que había pasado, porque había tenido un ataque de ansiedad o porque se lanzó a llorar en medio de un parque. Pero Hwang lo único que preguntaba era si se encontraba bien, si ya todo estaba bien con él.

—Gracias por traerme—habló SeungMin una vez que el conductor detuviera el auto frente a la que se supone que es la casa del menor, según sus indicaciones—y gracias por lo de hoy.

—No hay nada que que agradecer, SeungMin—respondió este con una sonrisa, al igual que el Hwang junior. Ambos tenían la mismísima sonrisa, encantadora—que no se te olvide que puede haber una próxima salida, ya que este pequeño ya te tiene en su lista de amigos.

—Timin—dijó el pequeño RaeWo en forma de despedida, moviendo su manito izquierda.

—Enserio gracias, HyunJin.

—Cuando quieras—Kim le dedico una última mini sonrisa para luego dirigirse a su hogar; una vez que esté entro, el rubio volvió a prender el auto e irse a su casa.

SeungMin entró con una sonrisa gigante a su casa—que más bien es de MinHo—intentando borrarla para no tener que someterse al interrogatorio que haría el dueño de esta, pero no paso nada de esto pues Lee se encontraba en la sala de la casa con un cigarro en su mano izquierda intentando calmarse.

—¿Todo bien? —preguntó el menor preocupado, no era muy normal ver a su amigo fumar en casa. Este rápidamente al notar al contrario apagó la colilla de su cigarro y se levantó.

—Todo bien—despineo el cabello del castaño—Siento no haber pasado por ti, el trabajo me tiene un poco ocupado.

—No te preocupes—respondió, regalándole una sonrisa.

—Pero bueno, ¿de dónde vienes?.

—HyunJin me ofreció traerme pero nos distraimos por el camino—MinHo le regalo una sonrisa pícara a lo cual el menor le regalo un golpe.

—No me mires así, fuimos a recoger a su hijo de la guardería y de ahí fuimos al parque por unos hela...

—Espera ahí—MinHo pensó que por haber estado trabajando toda la tarde ya estaba escuchando cosas que no tenían sentido—¿HyunJin tiene hijos?.

—Solo tiene uno, se llama RaeWo y tiene tres años—contestó, restándole importancia al rostro de sorpresa que tiene su amigo—y dejame decirte que es una ternurita.

—¿Y está casado?. Digo, HyunJin.

—No...

—Se que te estaba molestandote con él por lo joven que es y todo eso, pero no contaba con que tenga un hijo y probablemente casado.

—No está casado, creo—contestó, intentando convencerse a sí mismo que de verdad no lo está, pues nunca tuvo la oportunidad de preguntarle si lo estaba o no.

—Tengo que ir a trabajar—evadió el tema notándose algo cansado y dirigiéndose a su estudio—te deje un poco de comida en el microondas, si tienes hambre te lo calientas.

—¿Enserio estás bien?—preguntó, viendo qué Lee no estaba con la misma actitud de siempre, nos estaba  alegre como de costumbre ni con un poco más de vida.

—Todo está bien—MinHo mentía y Kim lo sabía mejor que nadie, pero lo iba a dejar pasar, en un momento él le iba a contar lo que le sucedía.

[...]

El lunes llego más rápido de lo que HyunJin había pensando y la verdad es que lo agredece a diferencia de otras semanas, y era especialmente por que tenía ganas de volver a ver a SeungMin, pues que desde su salida del viernes no ha dejado de pensar en él y de lo mucho que le ha gustado su compañía, y bueno, no era el único, RaeWo cada vez que podía iba preguntando cuando volvería a volver a ver a Timin—como este le gusta llamarlo—. Hwang no sabía como responder pero de igual manera esperaba que fuera pronto y al menos para él si sería pronto.
Pero tan bien como había amanecido por la mañana, todo esa alegría desapareció cuando recibió la llamada de su padre.

No vamos a poder seguir pagando tu departamento por un tiempo, tu hermano esta volviendo de Tailandia a vivir aquí, necesitamos ayudarlo con los gastos y no vamos a poder con los dos. Lo siento HyunJin pero vas a necesitar buscar otro trabajo por el momento.

¿Otro trabajo? ¿Cómo carajos su padre estaba pensando que HyunJin tenía tiempo para tener otro trabajar? Y por más que lo tuviera y de hecho que lo tiene por las tardes, ¿qué haría con su hijo? Con suerte esta pudiendo pagar la guardería en las mañanas, y simplemente no puede seguir abusando de WooJin pera pedirle que su hijo se quede en las tarde más. Realmente esa noticia le cayó como un balde de agua extremadamente helada, y era claro que eso iba pasar cuando su hermano mayor algún día vuelva a pisar tierra coreana; sus padres se olvidarian de él y harían lo que fuera para ayudar nuevamente al hijo primogénito en lo que fuera que esté necesitará.

La verdad es que desde que su hermano se fue a estudiar y vivir a Tailandia hace siete años su vida había mejorado en un cierto sentido, y no es que no le agrade su hermano—bueno no del todo—pero siempre ha existido una especie de rivalidad entre ambos, ya sea en estudios o en otros ámbitos externos, y el mayor de los Hwang normalmente siempre llevaba la victoria y sus padres le daban mucho crédito por ello. Y por más que ellos negaban la existencia del favoritismo entre ambos hijos se se notaba a kilómetros que siempre le daban un poco más atención a JinYoung que a HyunJin.
Una vez que el primero ganó una beca completa en el exterior sus padres empezaron a notar que su segundo hijos tiene habilidades y destrezas igual de asombrosas que el primogénitos y lo lamentan cada día no haber notado antes... pero una vez que Hwang JinYoung haya vuelto, su vida estaba condenada a complicarse.

—¿Todo bien?—ese fue Kim que una vez terminada la clase, su profesor se quedó con la mirada perdida en un lugar del aula.

—¿Qué?—volvió a la realidad donde había terminado de explicar la primera parte de la Guerra Fría a estudiantes de último año—Si, todo bien.

Respondió guardando sus lapiceros, papeles y marcadores en su maletin, para posteriormente ir a sentarse en el asiento delante del de SeungMin. El cual noto que aquella respuesta era igual una mentira ¿acaso nadie se encontraba bien?

—¿Tú, estás bien?—La pregunta tenía segundas intenciones, y ambos sabían que era relacionado a lo sucedido el viernes pasado.

—Todo esta bien.

Un silencio apareció en el aula y el castaño no podía seguir con la pregunta que seguía atormentado su mente desde aquella charla con MinHo, sabía que no era correcto hacer la pregunta pero también sabía que iba a explotar ya sea ahora o en unas horas más.

—HyunJin, ¿estás casado?.

El nombrado no sabe que le sorprendió más, la pregunta o el hecho que lo llamó por su nombre así no más, de igual manera no le molestó en absoluto.

—¿Perdón?.

—No debí haber preguntado, lo siento —Kim tenía unas inmensas ganas de morir en ese instante o que por lo menos la tierra lo tragase y lo escupa donde sea pero menos ahí. Sabía que la pregunta no tenía sentido y era algo irrespetuosa para un profesor suyo, además que sabía que HyunJin no le iba a responder, pero ¿por qué se animó a preguntarle de todos modos?

Kim se levantó se su asiento a toda prisa para salir de esa aula, ya se para ir al baño, al patio o a donde sea menos en es lugar.

—No—habló el rubio antes de que él menor atravesará la puerta para salir—No estoy casado, SeungMin.

El nombrado giro su vista hacia la persona que pronunció su nombre viendo como ambas mano se colocaron a cada lado de su rostro, demostrando que no había ni una pista de una sortija de matrimio

flor de oro ❀ hyunminWhere stories live. Discover now