capitulo 3

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Habia tomado una ducha y de arreglar mi cabello, hoy había decidido ir a buscar un cupo para una universidad, no negaría que estaba bastante nerviosa. Esté era la tercera universidad que visitaba, entre y estaba nerviosa el pedir a algunos que me dirá la indicación de dónde queda la oficina del director, me dirigí hacia un pequeño grupo de tres chicos y toque el hombro de uno de ellos.

—¿Disculpa sabe dónde está la oficina del director? — al verle la cara quedé sorprendida.

— Rylie, que sorpresa verte aquí — yo aún seguía mirándole sorprendida — Rylie — pasa su mano por encima de mi rostro.

— Vaya que el mundo es pequeño... Ahm, perdón, Sí... Para mí también es una sorpresa encontrarte aquí — me abraza y le correspondo.

— Ellos son Clark y Nick, son mis amigos — dice presentándome a los chicos que lo acompañaban ese día, cuando le tiré mi almuerzo.

— Hola es un placer — dicen ambos al unisono extendiendo sus manos.

— El gusto es mío chicos — estrecho sus manos, algo incomoda.

— Te llevaré a la oficina del director, sigueme — agregó para comenzar a caminar y le sigo el paso — ¿Qué te trae por aquí rylie?

— Estoy buscando una universidad, y terminé aquí, que por cierto es la tercera que visitó, no pensé que te gustará la literatura. — le mire por unos segundos.

— Sí me gusta, puedo ser yo mismo, puedo expresarme a traves de las palabras.

— Me parece bien, a través de la escritura puedo dejar volar mi imaginación. — agregué.

— También a través de las escrituras puedes trasmitir emoción, tristeza, amor, entre muchas otras emociones, y también ayudar a otras personas através de ellas — respondió.

— Vaya...

No podía negarlo, me había déjalo sin palabras su respuesta, hasta que paro sus pasos y señalar una puerta color marrón opacó.

— Bueno aquí es la dirección, tengo que irme a mí clase.

— De acuerdo, muchas gracias emiliano — sonreí amable.

— Adiós rylie, espero y te vaya muy bien.

— Una ves más gracias y adiós.

logré decir mientras emiliano bajaba las escaleras agitando su mano de un lado a otro, toque la puerta respirando hondo, cuando escucho un ligero:  «adelante».

Volví a casa feliz, ya que el director, dijo que me avisaría en estos días, si llegara a entrar, al menos tenía una muy buena corazonada con esta universidad. Había preparado el almuerzo, cuando tocaron el timbre de la casa.

— Oh, hola señora Smith ¿En qué puedo ayudarla? — dije luego de abrir la puerta y ver a mi vecina.

— Rylie, ¿Podrias cuidar a mi pequeña hija? Por favor será solo por pocos minutos.

Parecía estar muy apresurada, mire a la niña y está estaba toma de la mano de su mano, se le veía tímida u apenada.

— Claro señora Smith, no se preocupe yo puedo cuidarla. — respondí con gentileza, después de todo no me quería quedar sola hoy.

— Muchas gracias rylie — me entrega el bolso de su hija, y le da un beso a la frente de su hija— será rápido amor, te portas bien ¿De acuerdo?

— Está bien mami — respondió y luego de unos segundos se coloca a mi lado.

—Adios señora Smith.

— Adiós y gracias rylie — se subió  en su auto, la vimos irse y nos adentramos a la casa.

𝓓𝓲𝓸𝓼 𝓔𝓼𝓬𝓸𝓰𝓲𝓸́ 𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓸 𝓐𝓶𝓸𝓻 (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora