𝐕𝐈𝐈

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Ha transcurrido una semana desde que Gerard está viviendo con Frank, cuando sé va al trabajo prácticamente lo hace arrastrándose, no quiere dejar solo a Gee, quién en los últimos días ha tenido pesadillas con Donald, sueña con la golpiza que le dio o sino con que lo está buscando para acabar con su vida, se despierta en medio de la noche, sudado y alterado, en esos momentos Frank le hace compañía, le saca plática de cualquier cosa e inventa cualquier tontería con tal de verlo sonreír, se queda a su lado hasta que vuelve a conciliar el sueño.

Luego que Frank regresa del trabajo, encuentra la cena lista y a un Gerard sonriente, verdaderamente alegre porque ya ha vuelto.

Al día siguiente que Gerard se mudó a casa de Frank y se sentía mucho mejor fueron de compras al centro comercial, luego pasaron viendo el local de Frank quién aprovechó para presentarlo con Raymond.

Ray se encariño de Gee inmediatamente, le sugirió a Frank que lo llevase seguido al local y cuando estuvieron solos los dos le dijo que quien le pateaba el trasero si se atrevía a dañar al pelinegro sería el, que tenía que luchar por él, además se notaba que Frank babeaba por Gerard.

Las buenas noticias estaban llegando, el mismo día que Gerard conoció el local de Frank descubrió que casi enfrente había una linda floristería, él siempre se ha sentido atraído por las flores, son hermosas, sus colores son tan vivos que le transmiten esperanza y tranquilidad.

Él entró a ver y luego de unas cuantas palabras se dio cuenta que Marie, la dueña de la floristería, era la abuelita que el nunca tuvo, le relató brevemente su historia e indignada le juró que si un día veía a su padre se las tendría que ver con ella.

Le ofreció a Gee trabajar ahí, por su edad necesitaba de un ayudante pero era sola sin hijos menos nietos, y ver la felicidad en los ojos de él no tuvo precio, quedaron en que se incorporaría cuando estuviera de alta definitiva.

—Me voy a mal acostumbrar Gee —Frank estaba sentado en la mesa, esperando que Gerard terminara de servir los refrescos—. Tu comida es la mejor que he probado en mi jodida vida.

—Gracias Frankie, es lo menos que puedo hacer por ti.

Frank rodó los ojos.

—Quiero que vayamos a ver una escuela, para que retomes tus estudios pronto, ¿Cuánto te faltaba por terminar?

—Eso es genial, solo me faltaba el último año.

—No te preocupes Gee, lo harás bien.

En el poco tiempo que llevaban conviviendo Frank se había dado cuenta que Gerard era un chico muy inteligente y que era muy bueno con los números.

—Mañana quiero que vayamos a un lugar especial —comentó Frank.

—¿Dónde? —sus ojitos se iluminaron.

—Mmm es una sorpresa —lo señaló con el tenedor.

—¿No me puedes dar un adelanto? —parpadeo varias veces.

—Nop, si te digo ya no será sorpresa.

—Está bien Frankie.

El resto de la cena transcurrió en el relato acerca del día de Frank y lo emocionado que estaba Gerard por empezar a trabajar con Marie.

Luego de que Frank lavara los platos y ordenara todo en su lugar se dieron las buenas noches y se fueron a dormir, al día siguiente saldrían a las 8 de la mañana.

*

—Llegamos.

Tras conducir una hora más o menos habían llegado a su destino.

—Has tenido mucho estrés estos días, así que un día con la naturaleza y este ambiente te hará sentir mucho mejor.

Estaban en un parque-volcán, situado en una zona tropical un poco alejada de la ciudad, la flora era muy variada y hermosa, el clima era muy cálido así que Frank había empacado previamente en su mochila dos chaquetas y unas botellas con agua.

—Oh Frankie, esto es muy bonito, yo nunca había estado en un lugar así.

Gerard observaba su alrededor extasiado, habían bajado del auto para comprar las entradas. Frank le regaló una sonrisa, y le indicó que se acercara a él para sacarse una selfie.

—Tome señor Iero, cuando suban unos dos kilómetros encontrarán la hacienda, ahí está una cafetería, modestia parte el café es de los mejores en la zona —el hombre que los atendía sonrió amenamente—. También están los Canopies, eso es opcional, pueden realizarlo o no.

—¿Qué dices Gee?

Frank es un fanático de los deportes extremos, le encanta sentir la adrenalina en su cuerpo.

—Si tu lo haces, yo también.

Frank hizo una seña de celebración e incitó al joven a seguir con la explicación.

—Ahí mismo tendrán que dejar su vehículo puesto que subirán en la camioneta de acá, ya que el camino es muy inclinado, estando allá arriba recibirán una exposición acerca del lugar y su historia, hay un pequeño bufete por si desean tomar el almuerzo, por último el guía los llevará por los senderos.

—Suena jodidamente genial.

Gerard lo secundó asistiendo un par de veces.

—Entonces que disfruten.

—Gracias —respondieron al unísono.

Al principio Frank estaba nervioso, atormentandoce mentalmente porque creía que Gerard pensaría mal de él, que lo estaba arrastrando a una cita, pero no era así.

Realmente quería empezar a borrar todos los malos ratos que Gerard había pasado, llevándolo a un lugar bonito, que respirara aire fresco y la pasará bien.

Aunque todo apuntaba a que si era una cita, Frank no se atreverá a dar ningún paso, aún.

Todavía no es el momento.

A New Day's Coming for Us ➛FrerardWhere stories live. Discover now