A New Day's Coming for Us ➛Frerard

𝐗𝐈𝐈

Gerard y Frank son la pareja ideal, siempre que salen van tomados de la mano, riendo de cualquier cosa y demostrandose lo mucho que se quieren. Desde que tuvieron esa primera vez no ha pasado una sola noche en que no hagan el amor.

Un par de días después Frank le pidió formalmente a Gerard ser su novio y no pudo haberlo hecho más feliz, ahora tienen casi un mes siendo una pareja oficial.

Ray y Marie están tan felices de verlos juntos, ya que irradian felicidad y no solo eso, también la transmiten.

La floristería es muy concurrida ahora que el pelinegro trabaja ahí, sus manos realizan un excelente trabajo con las flores.

Y el puesto de Frank es cada vez más reconocido, la gente lo aclama a gritos.

Todo está en perfecto orden, pero ¿Qué nos asegura que la maldad de la gente dejará que la vida de estos seres siga el camino que ha de llevar?

Absolutamente nada.

Son las 4:45 de la tarde, Gee comienza a realizar la contabilidad del día mientras Marie cierra las ventanas, ambos absortos en una conversación sobre trivialidades hasta que el teléfono de Gee recibe un mensaje de un número desconocido.

Gerard, te veo en el parque a las 5 30, tengo algo muy importante que decirte.
Frank.

Gerard no le prestó importancia, seguramente Frank se había quedado sin pila y le escribía del teléfono de algún amigo, así que le contestó "Ok amor"

—Marie ya está todo listo, hoy hubo buenas ganancias.

—Claro que si cariño, contigo aquí esto va viento en popa —le sonrío tan maternal como solía hacerlo siempre para con él.

—Bueno me voy, Frank quiere que lo vea en el parque.

—¿Y ese milagro?

—No lo sé, me envió un mensaje diciéndome que tenía algo que decirme y que nos veríamos ahí. Tú sabes como es, no se que tendrá planeado.

—Está bien cariño, que te vaya bien, suerte.

—Gracias Marie, nos vemos mañana —dejó un beso en su mejilla a modo de despedida.

Partió del lugar con una bella sonrisa en su rostro, se sentía tan dichoso de tener a Frankie en su vida, nunca pensó en que cuando encontrara el amor iba a sentirse de esa forma, las constantes mariposas en su estómago, lo acelerado que se ponía su corazón cuando Frank le decía palabras bonitas y el placer que sentía cuando estaban juntos entregándose al amor.

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que lo estaban siguiendo, cuando lo hizo ya era tarde, una voz demasiado conocida le gritaba y unos brazos lo aprisionaban.

—¿Creíste mocoso, que te ibas a salir con la tuya? Pues dejame decirte que te equivocaste.

Donald Way destilaba maldad en sus ojos, tanto desprecio por un ser tan bueno como Gerard no tenía justificación alguna.

—Verás mi querido Gerard, esto es un regalito para ti y el gallito ese que tienes por novio, de parte de... bueno él sabrá de parte de quién es y obviamente, de parte mía también.