𝐗𝐗𝐈𝐈

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Eran aproximadamente la una de la madrugada cuando Frank regresó a casa, se topó con las luces de la habitación encendidas y a un Gerard que estaba dormido en una silla mecedora con la cabeza hacia atrás, la boca abierta y un pequeño bultito rosa en su regazo, había colocado la silla muy cerca de la cama y en medio de ésta rodeada por una pila de almohadas estaba la otra bebé, luego de haber tenido semejante día por fin pudo sonreír nuevamente.

Tomó con delicadeza a la pequeña que estaba despierta y se sentó con ella en brazos junto a Gerard, la observaba detalladamente sus ojitos eran grises, sus pestañas largas y en apariencia serían rizadas, muy parecidas a las de Gee, su naricita pequeña y redondita, las cejitas parecían haber sido colocadas pelito por pelito, estaba seguro que no tendría problemas para depilarselas, se río de el mismo porque ya se estaba imaginando con una escopeta en mano para ahuyentar a cualquier pretendiente que osara a acercarse a sus princesas, era tonto ya que las bebes apenas tenían días de nacidas

Luego observó a la niña en brazos de Gee, eran casi idénticas, sin embargo la niña que él sostenía era más rosa que su hermanita, inevitablemente eso le hizo recordar a Jamia y lágrimas amargas comenzaron a recorrer su rostro.

No entendía por qué la vida era tan desgraciada e injusta con personas que no lo merecían, Jamia no fue una mala persona, no era justo para ella haber sufrido tanto, un par de horas antes él había estado en el hospital junto a ella sosteniendo su mano intentando darle ánimos para luchar pero ya era en vano, su corazón cada vez latía más débil, con sus últimas fuerzas ella le volvió a pedir que amara a las niñas, que eran lo más importante para ella.

Él se lo juró y por supuesto que lo cumpliría, las amaría tanto o más que a su propia vida.

Entre sus sollozos sonrió y acarició la mejilla de la pequeña niña.

—Mi dulce Cherry —dijo dejando un beso en su frentecita.

Gerard había despertado al escucharlo llorar pero prefirió observarlo y no interrumpir, sin embargo esa escena le removió el alma, se estiró y acarició la pierna de Frank susurrando un pequeño "te amo".

—Ay Gee, me siento tan mal, mi padre murió en mis brazos y no pude sentir más que lástima, Jamia también acaba de fallecer hace poco en terapia intensiva, todo esto es muy difícil.

—Oh cielo.

Gerard se levantó despacio y acomodó a Bandit en la cama, luego quedó en pie junto a Frank y lo abrazó, dándole el confort para que las lágrimas salieran libres y sacara eso que le afectaba, él había estado en esa situación, la pérdida de un ser querido es lo peor que te puede pasar, el vacío que deja esa persona es algo que te taladra todos los sentidos.

—Gee yo le prometí que siempre las cuidaría, que estaría junto a ellas, que...

—Y lo haremos mi amor —se miraron a los ojos, Gerard hablaba con total seguridad—. Sabes que yo te apoyaré siempre en todo, estamos juntos.

—Te amo tanto Gee.

—Y yo a ti.

Estaban a punto de besarse cuando Cherry comenzó a llorar.

—Debe tener hambre —dijo Gerard yendo a la cocina a traer un biberón, que Marie le había enseñado como prepararlo—. Toma—se lo pasó a Frank.

—Vamos Cherry a comer —tomó lugar en la mecedora y Gerard colocó una almohada debajo del brazo donde sostenía a la bebé.

—¿Cherry?

—Un lindo nombre ¿No crees? Va con ella.

—Claro que si cielo.

—Gee, mañana tendremos que asistir al entierro de Cheech y a la cremación de Jamia.

—¿Cremación?

—En el hospital dijeron que por las causas de muerte se tiene que cremar el cuerpo, yo no quería, pero son las reglas.

—Esto es muy injusto y cruel.

—Lo es —Frank suspiró.

—Llamaré temprano a Marie para que se quede con las niñas entonces.

—Gracias amor.

Gerard iba a acercarse a besarlo pero Bandit despertó.

—Parece que ahora será más difícil tenerte para mi —Frank rió.

—No lo creo ¿Verdad que no Bandit? solo te gusta estar en brazos de papá —la niña se calmó en cuanto el la cargó—. ¿Ves?

Ambos sonrieron.

—Por cierto mañana tenemos que ir al registro Gee hay que inscribir a las niñas lo más pronto.

Gerard asintió con entusiasmo.

—Bandit y Cherry Iero Way, me gusta.

—Además tenemos que comprarles ropita y las cunas, no van a dormir con nosotros toda la vida.

—Tenemos que comprar también juguetes y acondicionar su recámara.

La cual sería la que Gee ocupaba antes de mudarse a la habitación de Frank.

—Compraremos todo lo que quieras —Frank le lanzó un beso y le guiñó el ojo—. Sabes Gee, si alguien me hubiese dicho hoy por la mañana que a estas horas estaríamos cuidando un par de bebés, que encima son nuestras y que no estaríamos haciendo el amor no lo hubiese creído.

—Mucho menos yo, durante mucho tiempo pedí tener a alguien que me amara, que estuviese a mi lado y cuando creí que todo había acabado para mí, bajo ese hermoso paisaje naranja la mañana del 10 de abril la vida me regaló a ese hermoso ángel, que llegó a salvarme.

—No sabes la envidia que siento de ese tipo —Frank bromeó—. Pero te equivocas yo no te salvé, tú lo hiciste conmigo, me enseñaste lo que es el amor, me mostraste lo que es sentirte querido y especial Gerard, te convertiste en mi razón de ser.

Gerard acarició su rostro, su teléfono vibró y desvió la mirada para observar quien era, pero no le dio importancia, la hora llamó su atención, eran las cuatro de la mañana, el tiempo se fue volando pero una idea cruzó rápidamente su cabeza.

—Oh Frankie, ven vamos.

Lo invitó a que juntos se acercaran al balcón del departamento, antes Frank colocó su canción favorita y en cuánto el artista comenzó a entonar la melodía los cuerpos de nuestros personajes estaban juntos, fundiéndose en un delicado beso, en medio de ellos dos cuerpecitos durmiendo en paz, tenían dos padres que darían todo para que ellas fuesen felices.

Después de todo el amor si existe, sin importar género, clase, raza o color, Gerard y Frank han superado las barreras que la vida les ha puesto como prueba y juntos observaban el nacimiento del nuevo día.

Let That New Day Barrel Over Us.

Cantaron ambos junto con el artista, Gerard posó su cabeza en el pecho de Frank y continuaron disfrutando de unos minutos de paz.

A New Day's Coming for Us ➛FrerardWhere stories live. Discover now