Doce

217 47 10
                                    


Surt era un buen aprendiz como lo fue Zamasu en su momento. No preparaba el té como él,pero era bueno. Gowasu trataba de apartar a su anterior estudiante de su mente,mas no lo lograba con frecuencia. En más de una oportunidad lo llamó por el nombre equivocado.Con el paso de los días comenzó a ver diferencias entre los dos,como el carácter más jovial y sonriente de su nuevo pupilo. Le empezó a agradar, pues de alguna manera siempre lo hacía sonreír,pero no quería encariñarse con él.

Cus venía a verlo a diario. Ella era un trago de vida para él. Hablaban de tantas cosas.
Algunas relevantes y otras no tanto. Reposar en el regazo de ella, era lo más gratificante que podía existir. A Veces compartían una taza de té,a veces caminaban por ahí y a veces se escabullian a un rincón solitario donde la intimidad fuera máxima. Era como si nunca hubieran estado separados. 

Pero Cus se había ganado la atención de Surt también. El aprendiz la miraba llegar cada tarde y conforme pasaban los días empezó a añorar verla aparecer. Siempre estaba barriendo el patio para poder coincidir con ese momento. Era cosa de minutos que ella estaba ahí.De pie esperando por su maestro. Le daba una sonrisa cortés y él, le respondía levantando la mano. Le parecía tan bella y distante, como la luz de las estrellas y también ilusoria como estas,pues estaba tan próxima y tan remota a la vez. Su maestro le agradaba, aunque a veces era demasiado estricto y al principio lo llamaba por otro nombre,pero ya no era así. Con frecuencia le hacía alguna broma blanca o un comentario divertido,pero no podía evitar sentir algo de envidia de él.

Para Gowasu no era un secreto que su nuevo aprendiz le interésaba Cus y desde luego no veía eso con buenos ojos,mas no iba a comportarse como un adolescente celoso. Él sabía que a Cus,ese muchacho no le importaba. Sus sonrisa y palabras eran simples formalismos y amabilidad. Sin embargo, el tiempo que Gowasu tenía para vivir su amor era breve y le surgió un gran temor ¿Qué pasaría después cuando él, regresará a ser un anciano? Aquello se volvió una sombra en su corazón y ese día le ordenó a su alumno una tarea que lo alejaba del patio.

Surt se sintió algo triste con eso y claro que notó que su maestro lo hizo a propicio. Él no cometeria la osadia de interponerse entre los dos,sólo quería verla y se las arreglaria  para hacerlo. Se escondió el las ramas de un árbol, que pasaban por encima del muro del patio donde ella llegaba y esperó. Con lo que no contaba es que la rama se rompiera. Él floto para evitar la caída,pero un pequeño pájaro cayó con todo y su nido. Lo levantó medio muerto,lo curo e intentó devolverlo a su nido.

-No funcionara-le dijo una voz femenina a sus espaldas.

-¡Ángel Cus!-exclamó Surt sorprendido.

-Lo has impregnado con tu aroma. La madre lo rechazará-le dijo ella con un rostro un poco triste.

Surt se quedó viendo al polluelo en su mano.

-Fue mi culpa-dijo en voz baja-Yo lo cuidaré...

-¡Cus!-la llamó Gowasu desde el centro del patio.

-Me tengo que ir. Cuídalo bien, Surt-le dijo la ángel y fue con Gowasu.

El maestro le dió una mirada fría y sería,el pupilo le respondió con una sonrisa tranquila.

Mi última primaveraWhere stories live. Discover now