Trece

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-Sólo hablaba con Surt,Gowasu no te tienes que poner celoso por eso-le dijo Cus con una sonrisa traviesa-Simpática mientras le peinaba el cabello,con la mano,al Supremo Kaiosama que descansaba en su regazo.

-Yo no estoy celoso-dijo él.

-Sabias que cuando mientes arrugas un poco en entrecejo-le dijo ella riendo.

Gowasu se sonrojo un poco al sentirse al descubierto,pero así era siempre. Poco podía ocularle a Cus. Se levantó y quedó sentado delante de ella por lo que la ángel se le lanzó a los hombros y lo derribo otra vez sobre su regazo.

-No se te está permitido levantarte sin mi permiso-le dijo y él se sonrió.

Era como un juego entre los dos. Cuando ella reposaba en el pecho de él tampoco podía levantarse sin el permiso de Gowasu.Habían ido a un mundo despoblado muy silencioso y con muchos árboles. Los árboles eran algo que a ambos le agradaba. Muchos eventos de su romance pasaban bajo los árboles. Ese día,aquel mundo tenía un clima muy agradable. Había una brisa suave y perfumada que invitaba a dormir,pero él no quería dormir.

El Supremo Kaiosama estiró la mano hasta alcanzar la trenza de Cus y le libero el cabello de ese peinado eterno. El viento jugo con esos plateados cabellos y la mano de Gowasu se posó en la mejilla de Cus.

-Es una primavera solamente-murmuró mientras veía ese rostro grácil reclinado hacia él.

-¿Una primavera solamente?-repitió ella-¿Lo dices por el tiempo que permanecerás jóven?

-No...Lo digo por la vida en sí...

Mintió,pero lo hizo de tal forma que en esta oportunidad ella no lo advirtió. Se quedó viendola  hasta que decidió levantarse contra la regla de ese juego y besarla,pero con una intensidad inusual. La derribo sobre la hierba y se quedó sobre ella así, como en el tiempo ido aferrado a cada día de su breve paréntesis.
Muchas eran las cosas que pasaban por la mente y el corazón de Gowasu en ese momento,pero habían dos que lo estaban consumiendo la primera era el breve tiempo que tenían para vivir ese amor y la segunda lo que venía después,pero no para él si no para ella. Cus podia verse casi como una niña,pero no lo era y si bien tenía una gran madurez,era también muy sensible. Él no quería que ella sintiera,otra vez,la soledad que viene tras un amor que se finiquita.

Ese beso,la ángel,lo siento diferente a los de siempre,pero no menos amoroso y cándido,sin embargo, a Cus se le imprimió el corazón por una razón que no conocía. Él se apartó de ella y le hizo una caricia en el rostro.

-Te amé,te amo y te amaré hasta el último de mis días-le dijo a Cus.

-También yo...-le respondió toda candor.

Los ojos de Gowasu la miraron condescendiente. Volvieron al templo después de eso y se despidieron. El Supremo Kaiosama fue en búsqueda de su aprendiz y lo encontró en la cocina con una extraña gorra,en la que piaba un polluelo.La cara que puso Gowasu al verlo fue mezcla de gracia y burla blanco, pero se contuvo.

-Es que aún no vuela y debo mantenerlo caliente-le dijo Surt.

-Entiendo...dime una cosa Surt ¿Te gusta la señorita Cus?

La pregunta lo desencajo un poco,pero no tenía porque mentir.

-Si señor,pero yo no...

-¿Quieres que te ayude a conquistarla?-le preguntó Gowasu seriamente.

Mi última primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora