Mi última primavera

diecinueve

Le dijo que hablaría con su discípulo y lo hizo,pero no le pidió que desistiera de su propósito.Surt estaba molesto, más que eso indignado y le dijo que dejara de usarlo como un juguete en sus asuntos.

-¡Yo vine a aprender cómo ser un Supremo Kaiosama! ¡Si no es para ese asunto no cuente conmigo para nada!-le dijo el aprendiz y se fue a su habitación.

Estaba bastante disgustado, pero tras escuchar el relato de su maestro no pudo evitar sentir dos cosas,la primera era la compasión y la segunda admiración mezclada con algo que no estaba seguro que era. A él le gustaba mucho Cus,pero era pronto para decir que estaba enamorado de ella. Se haría aún lado de todo ese lío y se concentraria en su propósito nada más.

Cus no podía aceptar que Gowasu muriera así nada más e investigo al respecto,incluso llamó a su padre para averiguar algo,mas este no hizo sino corroborar,lo que ella ya sabia. No se resignaba a perder a su amado de esa forma que no le era digna o justa. Gowasu enfermo de dolor y culpa que no le correspondía,al menos no del todo.

Los días fueron pasando y Cus visitaba a Gowasu cada tarde por unas horas,pero un buen día fue él quien llegó al templo en compañía de Surt,quien lo sujetaba del brazo. De inmediato eso llamó la atención de Cus, quien corrió hacia ellos.

-No puede ver-le indicó el aprendiz.

Y no sólo eso,tampoco podía caminar del todo y los poderes de curación de Surt no hacían ningún efecto en él. Cus los llevo dentro y allí revisó a Gowasu,el mal avanzaba rápidamente y ella no podía evitarlo.No había otra cosa que hacer,mas que comenzar a resignarse a lo inevitable. Surt los dejo a solas y así Gowasu se atrevió a levantar su trémula mano hacia ella,le alcanzo la mejilla.

-No estés triste,al menos no ahora. No es el momento...aún no me muero-le dijo Gowasu sonriendo divertido.

-Si,tienes razón...Aún vives...-dijo Cus secándose las lágrimas.

-Aunque no sé cuanto,por eso vine aquí...Porque si debo partir quiero estar a tu lado,así no tendré miedo-le dijo Gowasu-Recuerdo a mi maestro en su lecho de muerte. Me dijo que estaba en paz pues dejaba todo en su lugar,pero yo...Yo ví en sus ojos otra cosa.La rebeldía,la resistencia a partir...

-Nadie quiere morir Gowasu,ni siquiera los dioses...Yo lo sé,pero no hablemos de eso.

-¿Puedo pedirte un favor?-le pregunto Gowasu con voz cansada.

-El que quieras...

-No me dejes solo esta noche...Quiero decirte tantas cosas,quiero que tomes mi mano mientras me voy.

-No digas eso

-No hay tiempo ya Cus,tú lo sabes.

- Ayer estabas bien.Jugamos en ese campo de lavanda...

-Lo único verdaderamente ecuánime es la muerte Cus y eso porque no es un individuo con corazón. Pero no llores que todo está bien. Le robe tiempo al tiempo,pude retomar nuestra amor en pausa y te hice feliz estos días,pero yo...Yo he sido mucho más feliz...

La mano de Gowasu estaba fría,el calor de las lágrimas de su amada le dieron un escalofrío.

-He venido para dormirme mirándote...