—Un mes después—
—Hola —le dijo sentándose frente a él—. Te... Te ves bien.
—Gracias —sonrió levemente.
—¿Qué pedirás para beber?
—Lo que tú pidas está bien.
—Licuado de durazno ¿Te parece? —sonrió.
—Sí, si es lo que quieres, está bien.
—¿Y cómo has estado? —le preguntó cruzándose de piernas—. No hemos podido hablar.
—Bien, un poco mejor. Las pesadillas... Ya no son todas las noches.
—Es bueno oírlo. Gillian me contó que quieres empezar a estudiar, y es muy bueno que te preocupes por ti.
—Gracias, lo que no entiendo, es que ocurre contigo. ¿Por qué ahora quieres hablar conmigo? ¿Por qué me tratas así? Me tienes lástima ¿Verdad?
—No, claro que no, pero quiero lo mejor para nuestro hijo, y si tú estás bien, él también lo estará.
—Sí...
La castaña respiró profundo, y luego jugó con el servilletero, algo nerviosa.
—Y-Yo... Entro en vacaciones en unas semanas, no tengo clases hasta dentro de dos meses, y me gustaría que nos acompañaras a Luke y a mí, pasar un tiempo como familia. El año próximo comenzará el nivel inicial, y quiero que tenga una buena imagen de su familia.
—Está bien —le dijo en un tono bajo.
Ella sólo estaba buscando que su hijo hablara bien de algo que no existía. En ese mes que Bastien se había ido a vivir con Gillian, ellos apenas habían hablado unas tres veces.
Candice ya no tenía ningún tipo de interés en Bastien, hasta ahora.
***
—Semanas después—
"—¿Es por el padre de tu hijo? Ya déjalo de una vez, si se quiere ir de la casa, deja que se vaya, Candy. Llevamos cuatro meses saliendo, y lo único que escucho, es que el tipo es un insufrible, que no entiende que tú ya no lo quieres. ¿Por qué simplemente no le dices la verdad?
—Porque no, Luke es muy pequeño, y necesita que nosotros estemos juntos.
—Okay —murmuró con molestia."
—Vamos cariño, guarda tus cosas, amor —le dijo Candice a su hijo, mientras doblaba su ropa.
—Mami ¿Puedo llevar al pato?
—Por supuesto, guárdalo también —sonrió.
—¿Vendrá Bastien también?
—Sí, tu papá también vendrá con nosotros a la playa, y los tres pasaremos unas hermosas vacaciones juntos, en familia.
—¡¿Vamos a ir al mar?!
—¡Sí! —sonrió—. Vamos a ir a la playa, cómo tú querías, precioso —sonrió abrazándolo.
"—¡¿Qué?! ¡¿Pero por qué?!
—Ya no podemos seguir juntos, él me necesita —le dijo con lágrimas en los ojos—. Lo siento, te quiero, pero el papá de mí hijo es más importante en este momento... No puedo dejarlo solo.
