Capítulo 13

150 40 2
                                    

Pensaría que con todo el alboroto y la forma abrupta de acelerar del castaño, Adrián aparecería

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Pensaría que con todo el alboroto y la forma abrupta de acelerar del castaño, Adrián aparecería. Pero no había señales de él o de los chicos.

Rebusco entre los bolsillos de mis jeans pero no doy con el móvil, mis manos tiemblan y me es imposible no estar preocupada, quisiera ser de ese tipo de personas que pueden tener la cabeza centrada en estas situaciones, sin embargo no poseo ese don para nada.

Llevo una mano a mi frente y me reprendo mentalmente cuando recuerdo que he dejado el teléfono en la recamara, Damián me echa una mirada corta mientras avanza por la carretera, el límite de velocidad parece no importarle y lo agradezco, también el hecho de que Don Luis tenga un auto con motor decente.

—Usa mi teléfono, está en el tablero.

No le miro, solo asiento, esperando que eso sea suficiente y no tener que decirle gracias. El aparato en el tablero era nuevo y bastante moderno, parece tonto para mi sentir algo extraño el hecho de que haya cambiado de teléfono. 

Deslizo mis dedos para activarlo y él me dicta pacientemente la contraseña para que después de un patrón de números, se revele el inicio del móvil frente a mí. Trato de que mi rostro no demuestre sorpresa cuando la fotografía de una chica y él sonriendo me golpea de pronto, como fondo de pantalla brillante.

El teléfono cae en mi regazo, de reojo puedo ver como alterna la mirada de la carretera a mí.

Otra chica..

Tiene a alguien más y de esta manera me entero.

Han pasado dos años, tampoco esperaba que no tuviera una nueva relación, es más, era un pensamiento muy presente en mi mente, pero una cosa era imaginarlo y otra saberlo...ver el rostro de ella.

Reuní mucho valor para darle al botón de Dejar de seguir justamente para evitar este sentimiento, y ahora simplemente aparece frente a mí el tipo de fotos que evitaba. Y yo todavía de imbécil con una foto de ambos en mi celular.

Trato de calmarme y como puedo recupero el móvil y me concentro en ignorar la imagen mientras abro el portal de llamadas, marco el número de Adrián que afortunadamente sé de memoria, luego de varios tonos me envía al buzón de voz.

Suspiro, agobiada. El centro clínico se alza por entre los demás locales, ya estamos llegando.

—Su esposo no responde.

—Respecto a la...

Y giro, me ve bien y no sé qué ha de haber visto en mis ojos, pero debió haber sido lo suficientemente fuerte para acallarlo. Me han dicho muchas veces que mi mirada suele ser intimidante, determinada y no lo habría creído de no ser por ahora.

Lo conozco tanto como para saber que quería darme alguna excusa que no me dañara, que no me hiciera verlo como cínico. Trata de que no le vea como el villano cuando solo vive su vida.

El Click  ©  Where stories live. Discover now