Capítulo 20

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Tadeo extiende la mano y yo creo un signo de la paz al mismo tiempo

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Tadeo extiende la mano y yo creo un signo de la paz al mismo tiempo. Sí, estamos jugando piedra, papel o tijeras; Es una decisión importante la que hay que tomar -aparte de quien lavará los platos -Debatimos si es correcto delatar el paradero de Alvana una vez que el voluntario despierte.

—¡Sí! Perdiste, gracias al cielo, no quería tanta presión en mí. —Tadeo frunce el ceño pero luego sonríe.

Casi parece que nuestro beso interrumpido en vez de hacer todo incómodo, más bien nos ha juntado, al menos en mi opinión no tenemos que preguntarnos si nos gustamos porque seamos honestos...se nota mucho que sí.

—¡Pido revancha, estás haciendo trampa!

—¡¿Qué?! ¿Cómo estoy haciendo trampa si sacamos la mano al mismo tiempo?

Suelto una carcajada magistral mientras él se resiste, segundos después ríe junto a mí, mi risa es muy contagiosa. Claro las risas se acaban cuando un desastroso pelinegro hecho fiera sale por el pasillo, tiene el rostro hinchado del sueño y una expresión de confusión.

Ay no...

—¿Dónde está ella?

Tadeo me mira a mí y yo a él, internamente el coro canta: Oh mierda.

Inar espera, sujetando su única prenda cabe mencionar, una manta enganchada a su cintura con el puño. Por un momento pienso en mi mamá, al ser profesora de pre-escolar siempre nos decía que cuando miráramos a alguien pensáramos en un color que fuera con esa persona, tal vez al identificar lo que más vemos podríamos entenderlos mejor.

Inar se ve como un tono dividido entre azul y rojo: Ira y tristeza.

No hay que ser adivino para concluir con que el motivo detrás de su expresión angustiada es Alvana. No es difícil ver que ambos se atraen así detalles su comportamiento desde lejos.

La chica se veía triste pero segura, el chico de la sabana se mira enojado y en decepción. Es una combinación turbulenta pero gira en el mismo eje.

El rubio a mi lado me observa con derrota y se disculpa en la mesilla para levantarse. Él es el indicado para consolar a su amigo pero la situación le afecta también a él.

Soy una recién llegada pero puedo identificar como el trío siente aprecio entre sí. Tadeo toma a Inar del brazo y lo saca de ahí, después de todo está en paños menores y en cualquier momento pueden regresar mis tíos del día de pesca.

Alcanzo a escuchar una discusión pequeña antes de que las voces se atenúen. Suelto un suspiro mirando la entrada por la que desaparecieron hace segundos.

Puedo entender que cada ser humano sea distinto, cada uno lidie con sus propios demonios y enfrente sus propias batallas, aun así ¿Es correcto pasar por todo eso solos cuando tenemos a alguien dispuesto a apoyarnos?

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