Capítulo siete

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La lluvia en Seattle era una de las características que tenía. Trevor y Luke se encontraban abajo del techo de la escuela esperando a su amigo Nick. Siempre hacían lo mismo, si alguno de los tres llegaba tarde, los otros dos esperaban. Las amistades eran así.

—¿Dónde se metió? —preguntó Trevor observando la calle. Luke lo miró.

—Trevor, preguntaste lo mismo hace diez minutos, hombre. —Trevor rodó los ojos.

—Solo quiero saber, quiero entrar.

—Como si yo no...

Ambos chicos se quedaron en silencio. Sabían que Savannah, la novia de su amigo, estaba con una compañera para hablar sobre el trabajo práctico de historia que debían entregar, Nick les había informado y así no tenían que esperarla a ella también. Pues desde que esos dos estaban de novios, esperaban a la pareja feliz separados o juntos. Trevor y Luke se volvieron buenos amigos de Savannah y la querían como a una.

—Ahí viene el idiota —anuncia Trevor y Luke suelta una risa.

Nick corre por debajo de la lluvia hasta llegar a donde estaban sus amigos y sacudir su pelo que estaba empapado por el agua. Sus amigos se quejaron por haberlos mojados y Nick se río.

—Perdón por el retraso —habla Nick—. El colectivo no venía más.

—Algo habitual —comentó Luke.

—¿Cómo está tu madre? —le pregunta Trevor.

—Está mejor. Solamente era una gripe, nada grave —responde Nick.

Hacía una semana que la madre de Nick se había informado y había tenido fiebre, por lo que él se estaba haciendo cargo de su hermano menor de diez años, Nahuel.

—Me alegra —dice Luke—. Mañana iremos a comer con los chicos del equipo, ¿vienes? —le propone. Nick asiente de inmediato, pero después hace una mueca.

—¿Qué? —le pregunta Trevor.

—No puedo ir, quedé en hacer el trabajo con Phoebe —recuerda. Trevor y Luke fruncen el ceño.

—¿La chica nueva? —Nick asiente—. ¿Se juntan siempre? —pregunta el rubio.

—No, Trevor —responde Nick—, pero ella no puede todos los días, por lo que debemos arreglar los días y poder proseguir con el trabajo.

—Entiendo...

—Parece simpática —dice Luke.

Nick lo miro y asiente lentamente. No es un secreto. Desde el primer momento, esos dos se llevan bien. Hace dos semanas que empezaron con el trabajo y se han juntado unas cinco veces. Nick estaba agradecido que le tocará con una chica simpática, divertida y muy inteligente. Porque Phoebe podía ser una chica muy bonita, pero su inteligencia superaba otras cualidades.

Él era consciente.

—Lo es y mucho —dijo Nick.

—Y bonita —dijo Trevor.

—También —asintió estando de acuerdo, Nick.

Trevor y Luke lo miraron y él los miró levantando una ceja.

» ¿Qué?

—¿Bonita? —cuestionó Luke, Nick rodó los ojos.

—Sí, eso fue lo que dije. No tiene nada de malo —Ninguno de sus amigos contestó—. Oigan, decir que una chica es linda o si un chico lo es, no tiene nada de malo. No le estoy siendo infiel a Sav y jamás lo haré. Puedo decir si alguien me parece lindo.

Trevor y Luke asintieron y dijeron que lo sentían. Sabían que Nick quería mucho a Sav, lo habían visto conquistarla y llegar a ella. No debían dudar de lo que sentía su amigo.

Nick no entendía porqué las personas se ponían de esa forma cuando decías si una persona que no sea tu pareja es linda. ¿Qué tenía de malo? Estar haciéndole infiel es ir y coquetearle, o besarla sin pensar en la otra persona. Él jamás haría algo como eso. No tenía experiencia en el amor ni en las relaciones de ese tipo, pero sabía que cualquier relación se basaba en confianza, y entre los dos la había. 

Infinitos Quebrados. #WDA20Where stories live. Discover now