15.- Un padre a punto de enloquecer.

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—¡ no eso no papá!—gritó desaforado Aioria al ver semejante aguja que se dirigía a su zona sensible, es decir su retaguardia.

— sostenga al joven, señor!—pidió la enfermera que se dispuso a desinfectar esa zona, Shura se quedó afuera pues no quería ver como Sisifo seguía retando a Aioria, suficiente con ver su aura oscura.

Sisifo aplicó una llave a su hijo huracán para que la enfermera no tuviese más dificultades. Por su afrentosería ahora debía aplicarse esa medicina y tomar suspensiones y pastillas en el lapso de muchos días, eso sin contar la dieta que debía consumir.

—¡ nooooo, me dolerá mi nalguita y no po....AHHHHHHH, MALDITA VIEJA.....!

Un segundo más tarde.

—buaaaaaaaaaaaaaaaa—unas almas piadosas que pasaban cerca de aquel consultorio se consternaron por semejante lamentación.

La enfermera aplicó un mentol a esa zona mientras Sisifo leía la receta y hacía cálculos de cuanto dinero gastaría en medicinas. Ese hijo le salió caro.

Al salir del consultorio, Aioria se quejaba y hacía pucheros, la malvada aguja le había provocado un terrible dolor del que no sabía si su bella retaguardia se recuperaría de aquel ataque. Shura mensajeaba con Aioros el cual ya se encaminaba a su casa y claro como todo jovencito enamorado escribía con emojis y hasta le dedicaba canciones que hacían más suspirar al joven español.

El mismo taxista los recogió, le había caído tan bien Sisifo que hasta le dio su número para que lo llame cuando salieran de la consulta con el pediatra porque aunque Aioria tenía 13 años, podía ser visto por un pediatra hasta las 18 años.

—¡ ayayayayyyyy!—chilló Aioria apenas puso sus nalgas en el asiento, Sisifo alzó un dedo en actitud amenazante—¡ estoy bien!

Una balada en inglés sonó, era una canción que Aioros le había enviado cuya letra a palabras de Saga era demasiado hermosa aceleró las emociones de Shura. Sisifo sonrió apenas, reconoció la canción como la favorita de su hijo mayor.

—¡ ponte audífonos!—le casi gritó Aioria mientras se removía cual gato gruñón en el asiento del taxi.

—¿ disculpa?—lo desafió Shura—te recuerdo que el amargado porque le clavaron una aguja por comelón eres tú.

—¡ no me grites!—dijo dramático—¡ papá, tu yerno me faltó el respeto!

El taxista se divertía por la escenita de niños peleoneros de aquel par de adolescentes, Sisifo quería ignorar a Aioria y sus quejas, pero su vocecita acusadora sumado  que se había enzarzado a quitarle el celular a Shura le hizo tomar una decisión...

—¡bueno ya!—el taxi se detuvo en una luz roja, Sisifo aprovechó para darle otro coscorrón a su hijo que desesperado ponía pausa a la canción—¡ me tienes harto con tus jugarretas Aioria!

—uhhhhh—musitó Shura triunfante, los ojos azules de Sisifo se dirigieron a él tan serios como los de un profesor en un examen de matemáticas—nada...

—¡ disciplinelos señor!—le hacía barra el chofer.

—creo que serán dos muertos...voy a comprar dos ataúdes—decomisó el celular que justo recibía la llamada de Aioros—llama después, tengo a un par desadaptados que arreglar y pobrecito de ti en llegar tarde hoy ¡ entendido!

Al otro lado de la línea.

—s...si pa..pá.

—así me gusta—dijo el padre, Aioria temblaba en el asiento con su cabello desarreglado por el zape, ya el dolor en su zona desapareció—ah cierto... deja de ser meloso y si Cid te llama dile que estoy de retiro espiritual de 24 horas con Aioria.

Adolescencia e ilusiones. Temporada II " Pequeños" ©Where stories live. Discover now