Enamorada De Mi Tatuador || (MYG) [TERMINADA]

Problemas

—si, todo encaja a lo que pienso...debe ser....—lo escuchaste?— finalizó

—si, yo lo escuché... había escuchado como le decía Yoongi, cariño quién es— imité su voz extraña y Namjoon sonrió.

—dijiste... cariño?— repitió como si eso le causaba burla.

—ya se quién es y es mejor que te levantes de ese sofá y me acompañes en este momento, este mal entendido se termina ahora!— se levantó y me extendió la mano.

—me acompañas?—

—que?—lo miré unos segundos.

—Me vas a acompañar, y no está en discusión—Namjoon hablo de manera lenta pero firme.

Me levanté del sofá y tomé mi abrigo, no sé qué esperaba hacer Namjoon pero llevarle la contraria no estaba en mis planes por ahora.

En el camino Namjoon no dijo nada más que escuchar música en la radio del auto, yo me dediqué a mirarlo un par de veces mientras veía la carretera.

Luego de unos minutos el camino se me hacía familiar, si mal no recuerdo esta era la ruta por la qué llegábamos a la fiesta.

—Namjoon— le hablé un tanto incómoda.

—Miungi?— me miró rápidamente.

—por qué vamos en esta dirección?— pregunté

—creí que lo habías entendido—dijo pensativo—te llevo con Yoongi.

—que?.. y eso que tiene que ver con todo esto, ya te había dicho lo que sucedió— dije ya un poco molesta.

—Miungi creo que has entendido todo mal, y prefería qué las cosas se aclaren por el bien de todos— me dedicó una leve sonrisa.

—Namjoon pero yo...— corté mis palabras y me resigné.

Habíamos llegado a la casa, Namjoon caminó delante de mi y prefirió que esperara unos minutos en la puerta, yo no me opuse más bien debía admitir que quería ver a Yoongi.

...

—Yoongi?— escuché a namjoon llamarle dentro de la casa.

Ninguna respuesta se escuchó.

—Yoongi?— Namjoon nuevamente llamó— donde estas?...

Silencio absoluto era lo que recibía en respuesta Namjoon.

—Miungi, ven, entra, creo que debe estar en su habitación— me hizo paso y entré a la casa.

Debo admitir que era bastante amplia y aún más cuando no había nadie.

Tres sillones negros de cuero hacían presencia en la gran sala al igual que una mesa dorada adornaba el centro de los sillones.

Seguía observando y podía ver imágenes de los muchachos en varias actividades, verlos juntos me alegraba, lucían felices eran como hermanos, siempre unidos apoyándose mutuamente.