² 𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆𝐄𝐑

04| LIFE GOES ON √.

(editado)
004 - life goes on

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Estaba desesperada... Incluso pensar le dolía. Parecía verlo todo como una tercera persona invisible, como si una neblina oscura emborronara todos sus posibles pensamientos y la llevarán de nuevo al origen de su dolor. Era imposible para ella siquiera explicarle a alguien lo que sentía. No era dolor físico, más bien mental. Los días eran indistinguibles, todos iguales. Preferiría mil veces que alguien le arrancará de cuajo el corazón que seguir sintiendo aquel dolor tan inmenso que no se calmaba con ningún analgésico.
 
Todo le recordaba a el. No podía ni siquiera dormir, muchas veces recurría a pastillas para intentar conciliar el sueño, algo que era más que obvio que no funcionaba porque las ojeras crecían cada vez más y más, dándole a los ojos de Cassidy un aspecto enfermo.
 
Pero los pocos días que había conseguido cerrar los ojos, lo sentía allí con ella. Su voz, su olor, recordaba lo hermoso que se veía tumbado en su cama, a su lado, acariciando su mejilla. Viéndola dormir, con sus ojos entrecerrados y su cabello miel brillando dorado ante los rayos del sol que entraban por la ventana de la habitación de Cassidy. Esos días que soñaba que lo tenía a su lado, y luego tocaba el lado vacío y frio de la cama, la llevaban a lo más profundo del abismo, obligándola a pasar todo el día entre sollozos, sin poder despegarse de las mantas y llorando en silencio.
 
Y aunque fuera egoísta, se alegraba de no ser la única destrozada con la partida de los Cullen. Bella estaba aún peor que ella, la oía sollozar y chillar desgarradoramente en sueños, balbuceando el nombre de Edward, esas noches de insomnio insoportable que solo conseguía ponerse aún peor al no poder ser capaz de seguir respirando sin dolor siquiera. Pero aunque fuera doloroso para Cassidy, no podía hundirse en la miseria. Debía ayudar a su prima. Debía ser el ancla a la realidad que arrastraría a Bella. Debía ser fuerte. Charlie no conseguía comprenderlas del todo, para el solo había sido un "amorío adolescente" .
 
Las primeras semanas habian sido un verdadero infierno. Aun seguia buscando incoscientemente a Alice con su brillante sonrisa por los pasillos del instituto, aun esperaba ver a Jasper esperandola paciente en el sitio que compartían en Biologia, dispuestos a no prestar mucha atencion por estar hablando entre si y haciendo tonterias juntos hasta el punto de tener que acallarse ellos mismos para que el señor Molina no les echara la bronca por no prestar la suficiente atención en su clase.
 
Incluso podia decir que echaba de menos las batallitas de Emmett mientras jugaban Mario Kart juntos y Cassidy le ganaba, el tramposo grandullon reiniciando la partida con un juguetón "━Ups..." saliendo de entre sus labios.
 
No podia siquiera pensar en que ya no podria escuchar las batallitas de Carlisle, que le habia contado como es que París en invierno era preciosa, a la luz platinada de la luna menguante cirniendose hermosa e idilica contra la Torre Eiffel o los maternales y sorpresivamente cálidos abrazos que Esme le daba nada mas traspasar la puerta de la residencia Cullen.
 
Podria decir que incluso echaba de menos la indiferencia de Rosalie, incluso aunque multiples veces la hubiera pillado sonriendo de medio lado por alguna cosa que habia dicho o la mania estupida que tenia Edward de sentarse al piano con su prima a su lado en cualquier momento, las piezas musicales sucediendose en una tarde tranquila mientras que Cass, estaba acostada sobre el pecho de Jasper en uno de los sillones del salon, con el rubio absorto leyendo un libro de aspecto antiguo y paginas amarillentas mientras le acariciaba continuamente el brazo de arriba a abajo, llevandola a un estado de letargo acompañada por las notas melancolicas del instrumento amaderado.
 
Pero por mucho que los echara de menos debía seguir hacia adelante, debía seguir con la mente ocupada, que es lo que intentaba hacer desde hacía seis semanas, cuando los Cullen partieron, a saber donde.
 
Debía seguir hacia adelante, debía seguir con la mente ocupada, que es lo que hacía desde hacía cuatro semanas, cuando los Cullen partieron, hacía a saber donde.
 
Los exámenes finales se aproximaban y con ello, el miedo de la graduación. Dentro de un escaso año sería mayor de edad y tendría que comenzar a buscar trabajo. Debía mantenerse fuerte. Por su prima. Y por el futuro que debía labrarse ella misma.
 
Los Cullen se habían marchado para no volver, y aunque eso le doliera en el alma, tenía que hacerse a la idea.