Capítulo diez || Yocelín.

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El moreno observaba enojado como Joel se alejaba luego de haberle gritado frente a la chica con la que apenas llevaba conversando unos minutos y había hablado con insultos. Ella lo miró y sonrió levemente al verlo tan molesto.

— ¿Estás bien? —asintió.

— ¿Tú lo estás? —se mordió el labio y ella le sonrió de nuevo— Lamento todo esto, en realidad no sé por qué su actitud de hoy es tan fea. Siento tanto lo que dijo.

— No hay problema, en realidad sé que puedo afectar tu reloj.

El moreno negó y tomó su mano.

— ¿Quieres que salgamos de aquí? Digo, para hablar en un lugar más tranquilo.

— Claro.

Sonrió emocionado cuando al pasar entre la multitud de alumnos en la pista, vió a Christopher comiéndole la boca al rubio de antes.  Cuando llegaron a los casilleros, bastante alejados del ruido creyó que deba bien detenerse ahí, pero la chica siguió caminando y no le quedó más que ir tras ella. Su camino siguió hasta las jardineras traseras y de sentaron.

— Entonces... —dudó un poco lo que iba a decir, pero finalmente lo hizo— ¿Tú y yo estuvimos juntos?

— Lamento esto Richard, al parecer verme una segunda vez después de lo que sucedió no fue una buena opción para tí, y lo entiendo, no creo que sea el tipo de chica con quien todos desearían estar.

— ¿De qué hablas? —preguntó incrédulo— Tú eres tan... ¡Perfecta!

Espetó embobado. Esa era la palabra que la definía completamente. Ella soltó una risita, negando.

— Ahora me ves así, pero realmente sé que no siquiera recuerdas quien soy.

Era verdad. Richard abrió su boca, buscando palabras, pero nada salió, así que la cerró de nuevo.

Un largo rato hubo silencio mientras la chica sonreía porque sabía que era cierto, nadie la recordaba por lo que había sido. Ahora llamaba la atención de todos, pero lastimosamente sólo el amigo grosero de Richard la había recordado.

— ¿Estás embarazada? —miró al chico y asintió— ¿Cuánto tiempo?

— Dos meses.

Un poco más de silencio y escuchó al moreno suspirar.

— Siempre has sido perfecta. Lamento no haberte llamado después, simplemente perdí tu número y no sabía dónde encontrarte, ni siquiera me dijiste tú nombre —sonrió tomándola de la mano nuevamente—. Eras esa chica de cabello corto. Por supuesto, has cambiado muchísimo, pero sigues siendo hermosa.

— ¿Lo soy? —susurró bajando la mirada con las mejillas levemente sonrojadas.

Richard sonrió enternecido y tomó su mentón para que lo mirara.

— Completamente —besó sus mejillas y pudo ver que de rosa, cambiaban a rojo—. Y Yocelín...

— ¿Sí?

— Nuestro bebé será muy amado por sus papás ¿Vale? —la chica abrió más sus ojos, sorprendida— No habrá día que ella o él no se sienta amado.

Los ojos de la chica comenzaron a brillar por las lágrimas que se acumulaban.

— ¿Me ayudarás con el bebé?

— ¿Es broma? —sonrió— Si no tienes inconveniente, me gustaría que tú y yo tengamos una relación para que sepa lo que es una familia.

— ¿Hablas en serio, Richard? —preguntó con una sonrisa y su mejilla fue acariciada por el moreno.

— Jamás hablé tan en serio como ahora.

La chica se aventó hacia él y se abrazó a su torso.

Dos meses atrás habían tenido un encuentro en alguna fiesta como aquella, no se había opuesto porque Richard había sido el primero que la miraba de forma linda, y al escuchar sus palabras de conquista se fue con él, porque creía que nunca nadie sería de nuevo así con ella por ser fea.

Pero ahora que lo había encontrado después de todo ese tiempo creyó que tendría un mal concepto de ella, que no le había gustado y que sólo la había utilizado para aquello. Aunque ya que habían hablado estaba muy feliz, porque entendía que era un chico que afrontaba sus responsabilidades y además era muy agradable. Ahora, más que la primera vez, le gustaba.

— El viernes tengo una cita para el ultrasonido...

— ¿Puedo acompañarte? —sonrió, correspondiendo a su abrazo.

— ¿Quieres?

— Quiero ver a mi bebé ya, hay que ser una familia desde hoy.

Ella sonrió acurrucándose más entre sus brazos.

— Me encantaría.

— ¿Y cuándo podrémos saber si es niño o niña, Yoce?

— El doctor me dijo que el próximo mes podrémos saberlo, pero lo más probable es que sea niña, por la forma lenta en que crece mi vientre.

Richard sonrió alejándose lentamente y puso sus manos sobre el vientre apenas abultado de la chica y la miró a los ojos.

— ¿Puedo? —susurró y la morena asintió con una gran sonrisa.

Richard se arrodilló frente a ella y pegó su oído.

— Háblale, te escucha, seguro le gustará oír la voz de su papá.

— ¡Ese soy yo! —chilló emocionado haciendo sonreír a la chica con mucha ternura.

Enterró los dedos en su roja cabellera y comenzó a acariciarle.

— Ese eres tú.

— Cariño —comenzó a hablarle luego de un largo suspiro de felicidad—, soy tu papi. Estoy tan feliz de saber que existes, no tenía idea de que era así, pero me he vuelto loco de la felicidad con la noticia. Apenas sé de ti y ya te amo, tanto como seguramente lo hace tu madre, y tanto como yo la voy a amar a ella —la chica le sonrió, un tanto sorprendida—. Te esperamos con ansias, deseamos verte ya, aunque esperaremos con paciencia hasta que tú estés lista para salir.

La morena rió y Richard se levantó, inclinándose hacia ella, muy cerca de su rostro.

— ¿Así que me vas a amar? —preguntó mirándolo con ojos coquetos.

Al escucharlo suspirar como enamorado, comenzó a carcajear y Richard sonrió escuchando aquel melodioso sonido.

— Que bonita risa —cuando paró de reír, tomó entre las manos su rostro—. Eso de que quisiera formar una familia no es sólo por el bebé, si no que también por tí, me gustas mucho.

— ¿Y qué pasa con tu destino?

— Voy a tener un bebé contigo, ¿Crees que ahora me importa mi destino?

Antes de que respondiera, Richard jaló su rostro y unió sus labios en un suave beso.

— ¿Entonces?

— Tú y nuestro bebé son mi presente, y ya no importa el destino.

Y volvió a besarla lentamente, completamente feliz.

El TIC TAC de tu amor || Chrisdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora