Años antes
𝐕𝐚𝐥𝐞𝐧𝐭𝐢́𝐧
Cuando no sabes lo que querés siempre lo perdes, y no tenia muy en claro la parte de perder, siempre pensé que amira iba a estar a mi lado.Pero no, quiso pensar un momento en ella y no en los demás, lo que hago siempre y no me doy cuenta. Me pongo primero en todo sin darle importancia a los demás.
Y algunas veces es bueno pero otras no, en este caso no. Ya la había perdido, había sido egoísta y traicione la confianza que teníamos, una chica como ella no la volves a ver dos veces.
Y como todos los días me arrepiento de cada cosa que hice, pero ya era tarde.
Los chicos tenían un partido de fútbol y guada y yo estábamos en las gradas mirándolos, ella a metros de distancia. Se había enojado bastante y no me había vuelto a hablar desde lo ocurrido.
Me acerqué poco a poco a ella, y me miró con asco, últimamente todos me miraban así pero me lo merecía, era una mierda. Con mi vista señalé el porro que ella tenia en mano y me lo pasó.
-- gua -- me interrumpió tirándome el humo en la cara
-- no me hables, te lo regalo -- sacó otro de su bolsillo y se levantó de su lugar dejándome solo
Ninguno quería verme, nisiquiera me habían invitado a verlos, quería ver un partido suyo desde hace tanto tiempo y como nunca podía hoy vine.
El partido terminó y todos se reunieron en una esquina de la cancha, reían y se pasaban botellas de cualquier gaseosa o cerveza.
Me acerqué lentamente hacia ellos hasta que me notaron, me miraron feo, horrible diría yo. Se dieron media vuelta y me dejaron solo.
Sentía las punzadas en mi cuello y pecho, no quería llorar ahí, pero rápidamente salí corriendo de la cancha para volver a casa.
Y ahí si me derrumbé, caí en mi cama y con la almohada tapé mis oídos para no escuchar a mi alrededor. Ahogado entre las frazadas lamentandome de cada uno de mis errores cometidos pude dormirme.
Pero la culpa me comía, me pesaba el saber que le había hecho tanto daño a una persona que se merecía el mejor amor.
Quería arreglarla pero no había vuelta atrás, ya era tarde y no serviría de nada ir a pedirle perdón cuando seguro me rechaza en la cara.-- hijo, tenes que comer -- escuché el ruido de la puerta de mi habitación y los pasos de mamá cerca -- me preocupas, pero sabes tus errores y no los vas a volver a cometer
-- no...
-- lo que ella necesita en este momento es un abrazo tuyo, porque así de complicadas somos algunas veces
-- pero no me quiere ni ver -- sentí mi pecho inflarse para querer llorar pero aguante
-- anda hijo, y pedile perdón -- acarició mi hombro y salió de la habitación
¿Valía la pena hacerlo? Ya todo estaba perdido, o al menos para mí.