No me dejes solo

¡Atrápame o cae en el camino!

N/A:Este capítulo puede contener escenas violentas e insultos, si eso te molesta de alguna forma por favor evita leerlo.

La adrenalina aumenta y el pánico trepa por su espalda haciendo que sus hombros se levanten irremediablemente. Siente su corazón a punto de estallar, el sudor cae por su frente, el calor y la sensación de la falta de aire es su cuerpo que amenaza con traicionarlo en el peor momento posible. Pero había llegado muy lejos y no podía retirarse ahora. Lo habían logrado. Habían entrado en la boca del lobo sin ser detectados. Estaba escondido fingiendo arreglar un vehículo militar en medio de una base estadounidense ubicada en algún lugar de Santa Cruz. Uruguay estaba por algún lado distrayendo a los soldados más cercanos. Todos deberían estar en posiciones, esperaba que lo estuvieran, pero no había forma de comunicarse. Cualquier señal podría alertar a la seguridad incluso si no pudieran descifrarla. Uruguay pasa a su lado dandole un golpe en el hombro. Martín levanta la cabeza y ve las llaves que este acaba de dejar, colocadas sobre el motor. Agarra las llaves cierra el capo y entra dentro del vehículo. Cuando está por poner las llaves una sirena suena por todo el lugar. Hay un llamado a toda la seguridad en el ala este, se cree que hay intrusos y es correcto, pero es solo una distracción. Es la señal. Argentina arranca el vehículo y sale del estacionamiento de la base militar por una puerta convenientemente abierta. El yorugua lo hizo bien. A unos pocos metros la radio se enciende y una voz áspera de algún humano estadounidense le habla.

–Please report your name, number and reason for take a vehicle not authorized (Por favor reporte su nombre, número y razón para tomar un vehículo no autorizado.

–Ehm, tengo como cuatro nombres, creo que si quieren demandarme tiene que usar el de Nación Argentina, no veo el código de barras pero la razón es que quiero irme a la mierda.– Ojalá hubiera pensado algo mejor que responder, pero logró lo que quería. Luego de un prolongado silencio la radio volvió a encenderse pero ahora era el mismo Estados Unidos el que le hablaba.

–You are insane, fucking bitch (estás loco, maldita puta). ¡¿What the hell you pretend you'r doing (qué mierda crees que estás haciendo)?!

–Amigo, es una falta de respeto hablar con la boca llena. Así que sácate lo que espero que sea una hamburguesa como una suela e intentas de nuevo. Ah, y que sea en español esta vez, porque nunca entiendo cuando hablas en tiroteo escolar. –Martín ya podía escuchar los motores de otros vehículos acercarse a él y cada vez le era más complicado evitar a los soldados franceses que comenzarían a dispararle en cuanto se dieran cuenta de quien iba adentro del auto.

–Eres un maldito idiota al venir hasta aquí, pero no es una crítica, me estás haciendo todo muy fácil...

–¿De verdad? Porque yo pensaba que estarías muy molesto después de haber pasado casi un año sin poder atraparme. El gran Estados Unidos y sus aliados por la reorganización no pueden contener a un pequeño latino que lleva en crisis por casi seis años. Admite que no esperabas que mi verano te afectara tanto. Y escuché que tus soldados en el norte se asustaban hasta con los escorpiones. Es gracioso, sabes que en mi capital hay más veneno...

–¡Shut the fuck up (cierra la puta boca)! Gasta toda la saliva que quieras, eso no te salvará. Estás rodeado, pronto voy a atraparte y todo este circo se acabará. Y entonces me repartiré tu maldita casa y me aseguraré de que no quede ninguna de tus malditas cucarachas. Te lo concedo aguantaste bastante y tu casa es horrible. Pero sigues siendo un maldito sudaka y esto estaba ganado desde el principio. ¿Qué pensabas que podrías hacer tu solo? ¿Pensaste que si resistías alguien vendría a ayudarte? ¡A nadie le importas! Nadie te quiso nunca...

–Ah, porque a vos todos te aman...–Martín desearía que eso no hubiera sonado tan brusco, porque eso delataría que las palabras de USA reflejaban pensamientos y sentimientos que el mismo había tenido hasta hacia muy poco tiempo.