Capítulo 5

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? horas/días desde...

A pesar de que no podía verla, podía olerla. No es la chica a la que realmente quería ver, sino mi hermana Anabelle. Yo siempre le decía que llevaba demasiado perfume. No era que oliera mal, sólo llevaba demasiado. Mis ojos luchaban por abrirse, todo mi cuerpo estaba seguro de que Belle saltaría sobre mí, o vertería un vaso de agua helada sobre mi cabeza para despertarme. Ella era así de mala a veces. Pero por alguna razón, mis ojos no deseaban abrirse. De hecho, todo mi cuerpo parecía muy indispuesto a hacer cualquier cosa.

-Oye, mamá. -Oí decir a mi hermana-. Creo que está empezando a despertar.

Percibí el sonido de pies arrastrándose, acompañado de pitidos y un montón de otros sonidos que no reconocí. Una astilla de luz apareció mientras mis párpados luchaban por abrirse.

Se sentía extraño cuando respiraba.

-Aris. -Oí el sonido familiar de la voz de mi madre-. Aris, ¿estás despierto? Traté de decirle que era yo, pero se sentía como si mi garganta se hinchara hasta el punto de casi ser cerrada herméticamente.

-Mamá. -Escuché a mi otra hermana menor, Christine, sisear-. Él no puede ahora, ¿recuerdas?

Mis ojos se abrieron un poco más, viendo palidecer la cara de mi mamá. Estaba sentada al lado de cualquier superficie en la que yo estuviera y me tomó un momento darme cuenta de que no estaba acostado en mi cama. Las luces por encima de mí eran incorrectas.

Finalmente registrado las otras caras de la sala, las ocho de ellas. Mi grande y loca familia. Tres hermanos y tres hermanas, y ambos padres.

Un torrente de lágrimas rodaban por el rostro de mamá cuando me miró, con los ojos completamente abiertos ahora.

Entré en pánico con esa vista. Mamá no llora. Pero entonces me di cuenta de dónde estaba.

Yo estaba en un hospital.

Una habitación en el hospital, que estaba decorada con conchas marinas y dibujos animados de criaturas del mar.

Un pequeño gemido escapó de la garganta de mamá y buscó la mano de papá. Colton Hayes, padre de los siete niños en la sala, me miró de una manera enloquecedora.

Abrí la boca para preguntar-: ¿Qué está pasando? -Cuando arrancó un dolor punzante en mi garganta. Mis manos se dispararon a ella, pero mi cuerpo entero gritó.

-No te muevas, Aris -exclamó Chris, moviendo rápidamente sus manos para sujetar las mías. Mis dedos rozaron lo que parecía una gasa en la garganta antes de que ella tirara de mis manos hacia atrás-. No lo hagas.

Por instinto, fui a preguntar-: ¿Qué pasó? -Cuando el dolor me atravesó de nuevo. Mis ojos pasaron frenéticamente a mi familia.

Algo me había pasado. Lo último que recordaba era a mí bebiendo como estúpido, y algo acerca de un ciervo. Tener a todos mirándome, sin decir una palabra iba a volverme loco.

Sentí el pánico comerme, una especie de terror que nunca había sentido antes. Y me dolía demasiado como para preguntar qué había sucedido.

Así que simplemente apunté a mi hermano mayor, el hijo mayor de la
familia, Daryl. Dándome una mirada significativa, se aclaró la garganta.

-Estuviste en un accidente de coche, Aris-dijo éste con voz ronca-. ¿Te acuerdas de eso?

Traté de enfocar mis frenéticos pensamientos por un segundo, pensando en lo último que recordaba. Estaba seguro de que fue el ciervo. Y entonces recordé el ruido del neumático estallar. Y la sensación de acero muy cerca de mi piel.

Mute (En Edición )Where stories live. Discover now