Capítulo 25

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8 horas desde recoger a Dest...

En algún momento alrededor de las 17:30, los abuelos y Claire se dirigieron de vuelta hacia el transbordador para ir a casa. Destinity y yo nos ofrecimos a lavar los platos, cosa que hicimos en el cómodo silencio que habíamos experimentado aquel día en el lago. Pero en este día de Acción de Gracias, el día en el lago ya no parecía real.

-Bueno -dijo Dest mientras se secaba las manos, todos los platos lavados-. Creo que comenzaré a caminar a casa.

Hice la señal para riendo, transmitiendo a través ella el mensaje de muy graciosa.

-En serio, está bien -dijo. De repente sonando nerviosa-. No me importa caminar.

Habiendo encontrado una pluma en mi bolsillo, cogí una toalla de papel y garabateé: Está completamente negro afuera, y lloviendo. Mi cara debe haberse visto bastante molesta, porque la de ella de pronto se endureció, entrecerrando sus ojos. -Bien -dijo, su voz aguda y fría.

Dándole una rodada de ojos, me di la vuelta y caminé hacia la puerta. La familia entera le dijo adiós a mi amiga mientras ambos salíamos a la calle, ella devolvió sus adioses calurosamente. Estos días se sentía como si sus sonrisas nunca fueran lo bastante reales cuando me miraban. Ninguno de nosotros dijo nada mientras nos metimos en el coche, ambos golpeando las puertas cuando entramos. Podía decir que había algo en la mente de la chica Faith de nuevo mientras salía de la calzada. Ni siquiera lo había puesto en marcha antes de que explotara.

-¿Cuál es tu problema, Aris Hayes? -gritó prácticamente. La miré cuando empecé a salir hacia adelante, mis cejas juntándose-. Además de tu estúpido accidente, tienes la vida perfecta y estás deprimido como... no sé, ¡como un pequeño bebé malcriado!

Quería gritarle de regreso, preguntarle cómo se atrevía, pero sólo pude fulminarla con la mirada, mirando entre ella y la carretera.

-Tienes una familia, ¡una que te ama! -Continuó, con la cara cada vez más roja-. Tienes un techo sobre tu cabeza y comida más que suficiente para comer. Tus amigos pueden no "captarlo". -Hizo una pequeñas comillas en el aire-. Pero aún están tratando de estar allí para ti. Y todo lo que puedes hacer es aislarte del mundo y sentir lástima por ti mismo.

No había nada como recibir gritos y no ser capaz de defenderte. Encendí las direccionales, a punto de girar al Camino del Bosque Encantado.

-No -dijo de repente, sacudiendo la cabeza-. Ya no vivo ahí. Corta a través de la ciudad y empieza a salir hacia el lago.

No me había dado cuenta de que se había mudado. Mantuve mis ojos hacia adelante, tratando muy duro de no mirarla mientras me dirigía hacia el pueblo. Pero podía decir que los ojos de ella tambien estaban sobre mí. Podía sentir la ira saliendo de ella.

-Hay algo que quiero mostrarte -dijo de pronto, mirando a través del parabrisas y hundiéndose en el asiento-. Creo que es algo que tienes que ver.

Seguí las instrucciones de Dest, a través de la ciudad, girando a la derecha en la Tienda de la Esquina, y saliendo hacia el lago. No habíamos avanzado más de dos kilómetro desde la Tienda de la Esquina, sin embargo, cuando me dijo que fuera hacia la izquierda por un camino de tierra. Como muchos de los caminos en Wales, éste estaba cubierto, todos los árboles empujando de vuelta en el corte del hombre a través de su territorio. Helechos estaban brotando entre las huellas de los neumáticos y la grava se veía arrastrada en más de un lugar. Condujimos en silencio durante un minuto por ese camino hasta que una pequeña casa apareció a la vista. Empecé a detenerme delante de ella.

-No -dijo, agitando la cabeza-. Sigue por detrás.

Le di una mirada burlona, pero hice lo que me dijo, siguiendo por el lado de la casa a la parte posterior.

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