Abrahel

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Caminé hacia mi habitación aún algo preocupado por lo que me había contado Jimmy, hasta que entré a mi habitación y al ver a Jade tan provocativa me hizo olvidar todo.

-Joder...- dije mirándola de arriba a abajo. Tenía puestas unas bragas color blanco; sexys pero discretas y una camiseta del mismo color con letras rosas que decían: "yes, daddy?", súper corta. Tan corta que podía verle parte de abajo de los pechos y tan delagada que se le transparentaba todo.
-¿Acaso ya te habías olvidado de lo que teníamos pendiente, cariño?- preguntó mientras se ponía de pie dándole la espalda a la cama.
-Debo admitir que sí, pero me la has puesto dura en cuanto te vi.- respondí.
-Hahaha...- rió divertida. Me acerqué hasta quedar justo enfrente de ella admirando cada parte de su cuerpo con detenimiento. Jade tiró de mi camiseta y me besó lentamente. Como siempre el que fuera tan despacio me provocaba aún más. Tomé su cintura rápidamente para acercarla más a mí y después puse mis manos en su trasero. Sus besos bajaron a mi cuello y su mano a mi miembro para acariciarlo por encima del pantalón. Solté el aire y con un movimiento rápido le di la vuelta para poder pegar mi erección a su trasero mientras tocaba sus pechos y besaba el lado derecho de su cuello.

-Eres una diosa, joder.- susurré en su oído para después dar una leve mordida en su lóbulo. Ella soltó una risita.
-Y sólo tuya...- siguió frotando su mano sobre mi erección.
-Hmm...- cada que me decía eso sentía arder mi miembro aún más.
Sin soltarla caminé con ella hasta el tocador de nuestra habitación, me arrodillé y bajé sus bragas lentamente dando besos en cada centímetro de piel que iba destapando. Sabiendo exactamente lo que haría puso sus manos en el tocador y levantó un poco su enorme y precioso culo. Sonríe y separé un poco sus glúteos para que mi boca tuviera un perfecto acceso.
-Aaaahh...- comenzó a soltar gemidos cuando empecé. Como siempre sabía tan bien.
-Estás muy mojada, ¿acaso te habías estado tocando sin mí?- pregunté parando un momento.
-Haha te estabas tardando.- rió. Di un azote en su trasero haciendo que soltara un pequeño grito. -Aaahhh Matt...- dijo mordiendo su labio. No paré hasta que tuvo un orgasmo. Después de eso me llevó a la cama, me puso boca arriba sobre ella y bajó mis pantalones junto con mis calzoncillos. Tomó mi miembro con la mano derecha y comenzó a masajearlo mientras succionaba la punta. Sonreí y eché mi cabeza para atrás. Sus gemidos mientras la tenía en su boca y su mirada sobre la mía era tan excitante.

Después de algunos minutos bajó a mis testículos y pasó su lengua por ellos.

-Joder...- no podía más, tenía que estar adentro de ella ya. Tomé su mano y la hice subir a mi regazo. Mi miembro entró deslizándose con facilidad sin que ninguno de los dos lo manipulara, gracias a la extremada lubricación de Jade.
-Aaaahhh mierda...- gimió excitada y comenzó a moverse. Subí su cortísima camiseta para ver sus pechos moverse al compás de ella. Me mordí el labio inferior y comencé a jugar con mis dedos en sus pezones. Lo habíamos hecho tantas veces con Gretel estando en la casa que ya habíamos aprendido a gemir menos fuerte. Cuando comenzó a ir más rápido metí mi dedo pulgar en sus labios y ella lo chupó ansiosamente.
-Te mueves tan rico...- susurré después de haber arrojado lejos su camiseta.
-Y tú estás tan enorme...- dejé escapar todo el aire y sentí como estaba a punto de venirme.
-Preciosa...me voy a correr.- ella se inclinó quedando cara a cara conmigo.
-Córrete adentro de mí...- suplicó sobre mis labios.
-Aaahhh joder...- dije después de sus palabras. Ella me besó con pasión cuando supo que estaba a punto de terminar. De no haber sido por ese beso en ambos hubieramos gritado de placer al momento del orgasmo. Pero sólo fueron gemidos un poco más fuertes que los anteriores.

Controlamos nuestras respiraciones y Jade sacó mi miembro de su interior dejando que mis fluidos se salieran de su intimidad. Se tiró en la cama justo a mi lado y me abrazó. Rodeé su cuello con mi brazo derecho y besé su cabeza.

-Por eso nunca sales de mi jodida cabeza...- dije con la respiración agitada. Jade rió.
-Eso está bien...porque no debes pensar en nadie más que no sea yo.- puso sus manos en mi pecho y se puso cara a cara conmigo.
-¿Cómo pensar en alguien más?- pregunté sin dejar de verla como idiota.
-No lo sé...dudo que todas las que trabajen contigo sean feas...- solté una carcajada.
-Para mí no hay nadie más hermosa que tú.- acaricié su rostro. -Te amo tanto.- ella sonrió y besó cortamente mis labios.
-Yo te amo...- nos besamos y acariciamos unos minutos más hasta que ambos nos quedamos dormidos.

Abrí los ojos, no sé después de cuanto tiempo exactamente. Jade no estaba y lo único que iluminaba la habitación era la luz de la luna que entraba por las puertas del balcón. Juré recordarlas cerradas antes de que me quedara dormido. Me senté en la cama y busqué a Jade con la mirada.

-¿Amor?- la llamé. Puse mis calzoncillos de nuevo, me levanté y me dispuse a ir al baño para ver si estaba ahí pero antes de que tocara la puerta de este vi como el picaporte giraba, la puerta se abrió y pegué un salto al ver con quién me topaba.
-¿Sí?- respondió.
-¡¿Qué carajos haces aquí, Abrahel?!- pregunté enfadado tomándola del antebrazo.
-Wow...todavía te acuerdas de mi nombre...- rió.
-¡Lárgate!- ordené. Ella hizo un puchero y miró al suelo, pero segundos después levantó su mirada y rió mostrándome sus colmillos.
-¿Quieres que me vaya?...¿Acaso ya olvidaste lo bien que la pasábamos tú y yo?- se mordió el labio mientras me veía descaradamente de arriba a abajo. -¿Cuánto te mide...?, ¿22?- preguntó coqueta mientras hacía su largo, lacio y negro cabello hacía atrás que era lo único que cubría sus pechos.
-Púdrete...- di media vuelta pero ella inmediatamente apareció de nuevo frente a mí, me tomó del cuello y me arrojó a la cama.
-Suena divertido, guapo...- se puso sobre mi regazo.
-Sal de mis malditos sueños, perra.- dije con rabia.
-No creo querer.- negó con la cabeza y comenzó a besar mi pecho.
-No...- sentía como empezaba a tomar control de mi cuerpo. Tanto que no podía moverme.
-Descuida, guapo, lo haré mejor que tu querida esposita...- sacó mi miembro y comenzó a hacerme sexo oral. Me concentré lo más que pude para no tener una erección ya que si la tenía ella ganaría. Comencé a rezar a mi padre para que me ayudara a librarme de las garras de esta maldita. Ella dejó de hacer lo que hacía y me miró con odio.
-¡Cállate!- gritó enfadada. Pero yo seguí. Ella puso ambas manos en sus orejas y conforme ella se debilitaba yo recuperaba más el control de mi cuerpo, lo que me hacía elevar más mi tono de voz.
-¡Hijo de perra!- salió despavorida y yo desperté agitado.
-Amor...¿qué te pasa?- preguntó Jade sentándose.
-Sólo una pesadilla, linda, es todo...- expliqué.
-Oh cariño...- me abrazó con ternura y dio un beso en mi mejilla. Tal vez debí de haberle dicho, pero no quería preocuparla. Ahora entendía lo horrible que era ser atacado en tus sueños. -¿Quieres hablar de eso?- preguntó haciendo que la mirara a los ojos. Negué con la cabeza.
-No, no es nada, perdón por despertarte, amor.- besé sus labios.
-No te preocupes. Anda, vuelve a dormir...- hizo que me acostara de nuevo, puso su cabeza en mi pecho y yo la acuné entre mis brazos. Pero definitivamente no pude conciliar el sueño el resto de la noche.

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Where stories live. Discover now