Jugar sucio

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Matthew:

El ruidoso llanto de Jade sobre mi hombro me decía más que mil palabras. Me rompía tanto que no pude evitar empezar a llorar yo también. Sentía una inmensa rabia de pensar todas las cosas que ese bastardo le había hecho, pensar en lo mucho que me necesitó y no poder hacer absolutamente nada al respecto. La separé un poco de mí, acuné su rostro entre mis manos y besé sus húmedos y salados labios debido a sus lágrimas.
-Estoy aquí, preciosa, estoy aquí...- dije consolándola.
-Oigan, sé que esto es muy conmovedor, pero seguimos afuera de este maldito lugar y debemos irnos ya.- dijo Andrew quién estaba al volante de la camioneta que habíamos robado.
-Suban...- subí a Jade y a Gretel a la parte trasera y yo me coloqué junto con ellas.
-¿Qué hay de mis tíos?- preguntó Gretel.
-Descuida, corazón ellos tienen alas, ¿recuerdas? Estarán bien.- respondió Sam que se encontraba en el asiento del copiloto.
-Vámonos de aquí.- Andrew se fue a toda velocidad hasta que estuvimos lo suficientemente lejos de ese lugar.

Sentado en medio de los dos amores de mi vida, respiraba totalmente aliviado de poder tenerlas cerca de nuevo. Jade seguía pareciendo un tanto ida. Sabía que esto iba a ser tan difícil para mí, como lo fue para ella, pero no iba a dejar que se derrumbara, no al menos sola.

-Nos detendremos aquí. Pediré unas habitaciones.- dijo Andrew aparcando en un hotel.

Andrew ordenó una habitación especialmente para mí y mi familia. Así que lo primero que hice al llegar fue darle un baño a Gretel y cuando terminé fui a buscar a Jade quién había dejado en la cama.

-¿Mi amor?- pregunté acercándome a la cama. -Vamos, es tu turno, tienes que tomar un baño.- dije acariciando su mejilla. La ayudé a levantarse y la llevé hasta el baño.
-Tú espera aquí, princesa.- le dije a Gretel, quién tenía puesta una bata de baño que le quedaba enorme. -Tú tía Sam no tardará en llegar con algo de ropa para ti y para tu mami.- ella asintió y se sentó en la cama a esperar pacientemente. Cerré la puerta del baño y tomé la manta que Jade tenía en la espalda. -Cariño...- aparté el cabello de su rostro para mirarla mejor y miré como su maquillaje estaba corrido gracias al agua y las lágrimas. Cuando noté algo raro en su pómulo izquierdo, froté con delicadeza con mi dedo pulgar hasta que quité el resto de maquillaje. Liberando así un gran moratón. Sentí una enorme rabia pero preferí seguir desvistiéndola. -Voy a quitarte esto...- la puse de perfil para poder bajar la cremallera del vestido que tenía puesto, mismo que se veía bastante caro, pero ahora ya estaba arruinado. -Creo que era un lindo vestido. Me habría encantado vertelo antes de que se arruinara.- dije sonriendo levemente, tratando de distraer la mente de Jade, al igual que la mía. Pero eso se fue al carajo cuando comencé a bajar su vestido y vi en su abdomen la palabra "PERRA" marcado con lo que parecía ser una navaja. -¿Él te hizo esto, cierto?- pregunté buscando su mirada, que ahora sólo permanecía en el suelo. -Preciosa...- la llamé nuevamente, pero no hubo respuesta. Más sin embargo sus ojos se llenaron de lágrimas sin siquiera poder mirarme. -Amor, mírame...- tomé su rostro con ambas manos y la hice mirarme.
-Es él... Bradley es el Anticristo, Matt, él ha estado haciendo todo esto. Le dije que prefería morir antes que hacer lo que me pidiera y él me hizo esto...- dijo entre lágrimas. -Luego trajo con él a Gretel y entonces no tuve opción. Tuve que hacer todo lo que él me dijo que hiciera... lo lamento tanto, Matt...- negué con la cabeza y la pegué contra mi pecho.
-No tienes que disculparte por absolutamente nada, linda.- susurré sintiendo como lágrimas y lágrimas de coraje se deslizaban por mis mejillas.
-¡Hubiera preferido morir, lo hubiera preferido!- sollozó.
-No, no digas eso. Mírate, estás aquí conmigo otra vez. ¿Creíste que te iba a abandonar?- dije mirándola a los ojos. -Ya lo hice una vez y no tienes idea de cuanto me arrepentí de hacerlo y desde que lo hice me juré a mí mismo no volverte a abandonar.- expliqué.
-Bradley dijo que no era posible que tú me recuperaras. Dijo que estarías muerto en cuanto te decidieras a intentarlo.- dijo entre llanto.
-Cariño, sabes que cuando se trata de ti no hay imposibles para mí.- sonreí. -Nada. Absolutamente nada ni nadie me va a detener si de mi familia se trata. Y vamos a superar esto juntos. Sé que tú puedes hacerlo, eres la mujer más fuerte que he conocido.- Jade mordió su labio para evitar seguir llorando. -Ese malnacido hijo de perra te marcó físicamente, pero tú sigues siendo la misma Jade.- limpié sus lágrimas. -Sigues siendo esa chica de la que me enamoré hace siete años.- logré hacer que sonriera levemente.
-Te amo tanto...- hundió su cara en mi pecho y me abrazó con fuerza.
-Yo te amo a ti... más de lo que puedas imaginar.- susurré mientras acariciaba su húmedo cabello.

Bradley:

No podía más con mi rabia. Todo mi palacio ahora era un desastre y varios de mis preciados invitados habían muerto ahogados. Pero me preocupaba Jade, no la encontraba en ninguna parte.
-¡Oye tú!- me acerqué al primer guardia de seguridad que vi, al mismo tiempo que exprimía mi finísimo y costoso traje.
-¿Sí, señor?- respondió.
-Revisa las cámaras de seguridad, necesito encontrar a mi mujer.- ordené.
-Señor, pero todavía no terminan de desalojar toda el agua.- protestó. -Está bien iré...- dijo al ver mi mirada encima de él.
-¡Señor Black!- escuché que alguien me llamó.
-¿¡Y ahora qué!?- pregunté irritado.
-Ahm... perdimos varios de nuestros hombres que custodiaban los alrededores del palacio, señor.- explicó.
-¿Ahogados también?- pregunté.
-No, señor. Alguien les disparó con un rifle de presición.- explicó.
-¿Qué?- fruncí el entrecejo confundido.
-Debió de haber pasado durante el desastre.- dijo nervioso.
-¡Señor!- Dharius corrió hacia mí. -¡No encuentro a la mocosa!- dijo recuperando el aire con las manos en sus rodillas.
-¿¡Qué dices animal!? ¡Te dije que la cuidaras!- lo tomé de la ropa.
-¡Y eso hacía señor! Sólo que de un momento para otro me quedé dormido. Y no recuerdo absolutamente nada.- di un puñetazo en su nariz.
-¡Imbécil!- dije molesto.
-Señor Black, ya revisamos las cámaras.- regresó el guardia.
-¿Él era el encargado de vigilar las cámaras de vigilancia?- pregunté señalando al pedazo de idiota que llevaba casi a rastras con una laptop en mano.
-Sí. Su mujer y la niña escaparon, señor, con ayuda de Sanders y unos amigos de él no provenientes de este mundo.- explicó.
-¿¡Qué!?, ¿¡Tú lo sabías!?- ahora sí que estaba enfadado.
-¡No, señor Black, acabo de enterarme! Este idiota se quedó dormido y no vio absolutamente nada.- empujó al tipo hacia mí. Le quité la computadora y chequé la grabación en donde, efectivamente; Jade y la mocosa escapaban con ayuda de Sanders y un par de ángeles. También pude ver el momento exacto en el que Sanders mató a varios de mis hombres.
-Señor, no fue mi intención. Le juro que no sé qué fue lo que me pasó.- chilló el tipo.
-Sí, sí, sé que no lo fue...- dije en un tono tranquilo. Saqué mi revolver y sin pensarlo le volé la cabeza a ese inútil.
-¿Alguien más que me quiera decir que se quedó dormido?- pregunté serio. Todos se quedaron callados con la mirada baja. Todo tenía sentido ahora. Ese bastardo había planeado todo, no podía creer que Sanders se había salido con la suya. Lo odiaba tanto que sólo deseaba aplastar su cabeza hasta que sus estúpidos sesos se salieran por sus malditas orejas. -¡Traigan mi maldito helicóptero y quiten este pedazo de porquería de mi vista!- dije enfadado dando una patada al cadáver. Miré a Dharius quién temblaba de miedo al haber visto aquella escena. -Si ese bastardo va a jugar sucio, entonces yo también puedo jugar.- Dharius tragó saliva.
-¿Y qué hay de la chica, señor?- preguntó.
-Si Jade no va a ser mía... no será de nadie más.- guardé mi arma y puse punto final a la conversación.

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Where stories live. Discover now